¿Por qué creemos que los gatos son menos cariñosos y amigables que los perros?

Los gatos son tan cariñosos como los perros, pero lo muestran de una manera más alejada al entendimiento humano.
¿Por qué creemos que los gatos son menos cariñosos y amigables que los perros?
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 27 agosto, 2022

“Solo me quiere cuando le doy de comer”, “me pide mimos y cuando se los doy, me araña”, “se sienta en mi cara a las 3 de la mañana”, ¿quién no ha oído esas frases de un tutor de gatos? De hecho, la tendencia general es a pensar que los gatos son menos cariñosos que los perros, independientemente del ejemplar.

Al ser las dos especies que más conviven con humanos (y desde hace siglos, además), es común encontrar que se espere de ellos las mismas cosas, aunque no sean el mismo animal. Esto da lugar a prejuicios como que los gatos son muy independientes y que los perros son más simpáticos. ¿Es esto cierto? Vamos a analizarlo.

El proceso de domesticación en perros y gatos

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Si somos capaces de entendernos con ambas especies y llevar una convivencia exitosa con relativa facilidad, se debe al proceso de domesticación. Aunque ahora sean parte de nuestra familia, el primer objetivo de compartir espacio fue el mutualismo, seguido de la explotación.

Así, se pasó de compartir comida con los lobos a utilizarlos como cazadores y de dejar vivir a los gatos cerca de las granjas a meterlos en casa para que controlaran las plagas. Este proceso, que ha durado miles de años en ambas especies, ha dado como resultado animales adaptados a las necesidades humanas, tanto logísticas como emocionales y comunicativas. No obstante, no se ha realizado de la misma manera en gatos y en perros:

  • Perros: su domesticación comenzó en Europa hace unos 19 000-32 000 años. A medida que lobos y humanos iban estrechando sus relaciones, se comenzó con las primeras capturas para incorporarlos a las poblaciones y usarlos para la caza y el pastoreo.
  • Gatos: su domesticación fue más tardía, unos 10 000 años atrás. En Oriente Medio se comenzó a introducirlos en hogares, cultivos y almacenes para el control de plagas. A diferencia de los perros, al principio no dependían de los humanos para comer.

Por qué los perros parecen más simpáticos

Como ves, el proceso ha sido diferente en ambas especies, por lo que el resultado también lo es. Los perros, en este caso, proceden de una especie de cánido con un comportamiento gregario y jerárquico, por lo que se adaptó a vivir con el humano de esa manera. Esto implica comportamientos sociales de apego y agonísticos que nuestra especie ha moldeado.

Un ejemplo muy ilustrativo de ello es que los perros tienen un músculo adicional en las cejas que les permite poner una expresión de pena cercana a la nuestra. Sí, los “ojitos” para que les des más comida o dejes de regañarles. Esto se debe a la selección artificial, donde los perros con expresiones más fáciles de entender por los humanos eran los que tenían más probabilidades de ser cruzados.

Además, los perros perdieron su vida salvaje mucho antes que los gatos, por lo que desarrollaron un comportamiento mucho más dependiente.

Por qué se cree que los gatos son menos cariñosos

En primer lugar, se trata de una especie diferente. Puede parecer algo obvio, pero muchas veces se ignora que los felinos son animales solitarios, nocturnos y mucho más capaces de valerse por sí mismos que los perros. Esto, por supuesto, se refleja en su conducta, pero no quiere decir necesariamente que no sientan afecto por sus humanos.

Puesto que los gatos pasaron a depender por entero de nuestra especie mucho más tarde que los cánidos, su carácter se ha vuelto menos apegado, al menos bajo la interpretación humana. Los felinos domésticos, de hecho, son los primeros animales solitarios que han sufrido una domesticación.

Problemas de comunicación

Como diría cualquier persona que conozca el lenguaje de los felinos domésticos, la clave está en entenderlos. Si nunca se ha convivido con alguno, es fácil caer en la trampa de pensar que los gatos son menos cariñosos que los perros, ya que no saltan de alegría cuando entramos por la puerta y a veces arañan después de enseñar la panza.

Aun con todo, este apego que sienten los gatos por su humano se ha demostrado de forma científica adaptando el famoso experimento de la psicóloga Bowlby sobre la formación de vínculos en bebés humanos. En el estudio se detalla que se estudia la respuesta de varios gatitos de 3 a 8 meses cuando su cuidador les deja solos en una sala desconocida.

Los resultados fueron tal y como se esperaban: cuando el apego entre humano y gato era seguro, las respuestas eran de poco estrés y equilibradas entre contacto y exploración. Sin embargo, aquellos que presentaban un apego ambivalente o evitativo realizaban conductas de apego excesivo, de evitación o desorganizadas.

El entendimiento es posible

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Tu gato no te mira con sospecha, cierra los ojos porque se siente a gusto. Te muestra la barriga para indicar que confía en ti, pero no necesariamente para que se la acaricies. En definitiva, los gatos no son perros, y hasta que no se conozca su lenguaje tan a fondo como el de los cánidos, los malentendidos seguirán ocurriendo. No obstante, no lo dudes: si tu gato te quiere, lo sabrás, pues el cariño es un lenguaje universal.


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