Perros muy civilizados

Perros muy civilizados

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 diciembre, 2017

¿Qué entendemos por perros muy civilizados? ¿Aquellos que se comportan todo el tiempo como señoritos y nos hacen quedar bien en espacios públicos o cuando recibimos visitas?

Quizá también podamos incluir en este ítem a los que van vestidos al último grito de la moda canina y no emiten un ladrido aunque se tengan que morder la lengua porque ante su vista está pasando un lindo gatito.

Humanización de las mascotas

Autor: Barcelona · Three Looks
Autor: Barcelona · Three Looks

Querer humanizar a los perros parece ser un signo de nuestros tiempos que habla mucho de esa tendencia humana de medir todo con su propia vara.

Si nos ponemos psicologistas, quizá podríamos señalar que la inseguridad puede ser uno de los grandes motores que llevaron siempre a los hombres a querer dominar al otro –persona o animal- e imponerle sus reglas, en lugar de tratar de entenderlo y de convivir en la diversidad.

Apuntes sobre el verbo civilizar

Porque al fin y al cabo, ¿qué significa civilizar? Apuntamos algunas especificaciones que nos brinda el diccionario:

  • Elevar el nivel cultural de sociedades poco adelantadas.
  • ­Introducir en un pueblo la civilización de otro.
  • Mejorar la formación y comportamiento de personas o grupos sociales.

Como  se podrá observar, además de definiciones escritas por aquellos que relatan la historia desde el lugar del vencedor, son conceptos referidos a los seres humanos. A los animales no se los civiliza. Entonces, ¿por qué insistir en el concepto de perros civilizados?

“El perro no es ‘casi humano’. Y no conozco un insulto mayor a la raza canina que describirla de esa manera.”
-Jhon Holmes-

¿Debemos civilizar a nuestros perros?

El error esencial que se suele cometer es pensar que lo que es bueno para una persona debe ser bueno para los perros. Muchas de las conductas y actitudes que podemos llegar a tener con nuestras mascotas, a veces de manera inconsciente, pueden producirles inconvenientes en su salud física y mental. Por ejemplo:

  • Provocarles sobrepeso a través  de dietas inadecuadas, sobre todo, por el exceso de dulces.
  • Darles medicamentos para humanos.
  • Llevarlos constantemente en brazos si son animales pequeños. El can debe tener contacto con el suelo y así poder enfrentarse a distintas situaciones.

Perros muy civilizados y bien vestidos

Además, un mundo regido por la estética -y por todo el negocio que se mueve tras de ella- no podía dejar afuera a las mascotas. Así pululan por doquier:

  • Ropas y accesorios de moda que se renuevan cada temporada
  • Casetas de lujo
  • Tratamientos de peluquería y belleza

La cuestión es: ¿A nuestros perros les interesa esto, les sirve? O mejor aún, ¿les hacemos bien o les estamos dañando con toda esta parafernalia?

“Primero fue necesario civilizar al hombre en su relación con el hombre. Ahora es necesario civilizar al hombre en su relación con la naturaleza y los animales”.
-Víctor Hugo-

A cada cual su mundo

Autor: Enzo Antonio
Autor: Enzo Antonio

Muchos expertos señalan que los problemas de conducta y de convivencia con los perros pueden deberse, entre otras cuestiones, al desconocimiento real de lo que el animal necesita.

El comportamiento del can es el resultado tanto de su herencia genética como de la educación que recibió y de las experiencias que tuvo, sobre todo cuando era un cachorro.

En incontables ocasiones, y sobre todo por ignorancia, pretendemos aplicar a los animales consideraciones que solo son válidas en el mundo humano racional pero inútiles y hasta perniciosas en el universo instintivo animal. Allí empiezan los problemas.

Conviviendo con nuestros queridos peludos

Volvemos entonces a la pregunta del millón. ¿Por qué esa necesidad de darle carácter humano a un animal? ¿Por qué no aceptarlo como can y disfrutarlo tal como es? Seguramente le ahorraríamos a nuestros peludos muchos trastornos de conductas derivados de pretender que sean lo que no son.

Por eso, si los amamos en serio, tratemos de interpretar su propio lenguaje y no los confundamos pretendiendo cambiar su naturaleza.

Conocer y aceptar cuáles son las diferencias y semejanzas que tenemos con los perros, seguramente nos hará más humanos. Y así le proporcionaremos a nuestros amigos de cuatro patas una forma más sana de relación y convivencia.

Imagen cortesía de emdot.


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