Mi perro tiene sarna. Cómo actuar en esa situación

Mi perro tiene sarna. Cómo actuar en esa situación
Francisco María García

Escrito y verificado por el abogado Francisco María García.

Última actualización: 27 noviembre, 2017

La sarna es una afección relativamente común entre perros y otras mascotas, como los gatos. Es una enfermedad perfectamente tratable y curable, pero que debe ser atendida con celeridad, para evitar complicaciones que pudiesen llegar a ser fatales.

La producen una serie de ácaros, algunos de los cuales habitan en el cuerpo de los caninos. La forma más común de contagio es a través del contacto directo con algún animal infectado.

A la menor sospecha de los síntomas de la sarna se debe acudir al veterinario, no solo para confirmar la presencia de la enfermedad, también para saber con precisión el tipo de sarna y el tratamiento adecuado a seguir.

Cómo identificar la sarna

La sintomatología de la sarna presenta una serie de constantes visibles, muchas de las cuales aparecen en la etapa inicial:

  • Picor y ardor en la piel: los perros empiezan a rascarse compulsivamente, Por ello muchas veces los propietarios confunden el cuadro con un ataque de pulgas. Pueden alcanzar niveles de desesperación en los que se frotan contra paredes, suelo o algunos objetos.
  • Enrojecimiento o inflamación de ciertas zonas primero, aparición de heridas y llagas después. Esto viene derivado no solo por la frenética acción de rascarse, también se generan por la acción misma de los ácaros sobre la piel del animal.
  • Caída del pelo: las zonas afectadas quedarán totalmente expuestas, sin la presencia de pelaje.
  • Pérdida del apetito y de peso: el malestar general derivará, entre otras cosas, en que el animal afectado muestre inapetencia. La consecuencia directa e inmediata de dejar de comer es la pérdida de peso y masa muscular.
  • Cuando la enfermedad se expande y no es atacada con prontitud, no pasará mucho tiempo antes que las zonas afectadas muestren erupciones, escamas cutáneas, mal olor, deshidratación y costras gruesas. En lo posible, se debe evitar a la mascota la terrible situación de llegar a este estado. Y también es posible la recuperación.

Prevención, factor clave

Aunque siempre hay elementos que escapan del control de las personas, es mucho lo que se puede hacer para evitar que los miembros caninos de las familias contraigan esta incómoda enfermedad.

Mencionaremos algunos factores claves para reducir al mínimo las probabilidades negativas:

  • Alimentación adecuada: en casos como los de la Sarna Demodécica o Sarna Roja, los ácaros que la producen (Demodex Canis), pululan regularmente sobre la piel y el pelaje del animal. Si el perro presenta malnutrición, los microorganismos crecen descontroladamente. En líneas generales, suele ser bastante difícil que un perro sano y fuerte contraiga la enfermedad.
  • Visitar periódicamente al veterinario y cumplir con el calendario de vacunas y desparasitación: las mascotas (al igual que los dueños), requieren visitas regulares al médico. Muchas enfermedades imperceptibles a simple vista, que se encuentran en fase de gestación, pueden ser detectadas mediante chequeos rutinarios.
  • Higiene y limpieza: los perros también deben contar con un calendario de baños (los veterinarios indicarán la frecuencia ideal y los productos a usar en cada caso). Necesitan, al igual que sus dueños, vivir en un hábitat limpio y salubre.

Qué hacer en caso de que la prevención resulte insuficiente

Existe una serie de remedios caseros que sirven de alivio al animal. Importante contar siempre con la supervisión del especialista y tener en cuenta que la sarna solo se curará cumpliendo al pie de la letra el tratamiento recetado. No hay remedios caseros que curen la enfermedad.

  • Aplicar aceites en las zonas afectadas: puede ser de oliva, lavanda o almendras. Su principal virtud es debilitar los depósitos de los ácaros, así como eliminar a los más débiles. También hidratan la piel.
  • Limón: cortado en rodajas y aplicado con suavidad en la zona afectada, es útil para desinfectar.
  • Mezcla de ajo y limón: la capacidad desinfectante del limón se combina con las virtudes cicatrizantes del ajo. Para preparar esta infusión, se deben machacar unos 40 dientes de ajo, picar un limón en rodajas y añadir 4 litros de agua. Se pone a hervir, se deja enfriar y se aplica con generosidad sobre las zonas afectadas del animal.
  • Té de Aloe Vera: aplicándolo sobre la piel del can, es eficiente para combatir la proliferación de parásitos.
  • Miel: otro elemento que se puede aplicar directamente sobre la piel afectada, con resultados favorables para el animal. Se debe dejar actuar por un tiempo no muy largo y después retirar con trapos húmedos, para evitar atraer a las hormigas.
  • Mantener la rutina: si bien el can debe aislarse mientras se recupera, es importante tratar de mantener ciertos aspectos de la rutina diaria para evitar asustar más de la cuenta al animal e impedir que caiga en cuadros depresivos. Eso incluye mantener los juegos, los mimos y cariños, así como los paseos diarios.

Algunas de las variantes de la sarna pueden transmitirse a humanos, por lo que al momento de manipular al enfermo, es muy importante proteger las manos con guantes de látex.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.