Perrito sin hogar, lloraba después de que le robaran su posesión más preciada: su almohadita

Una cajita de cartón, un pequeño plato y una almohadita era lo único que este perrito logró conseguir para sobrevivir en la calle.
Perrito sin hogar, lloraba después de que le robaran su posesión más preciada: su almohadita

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 17 octubre, 2022

Los perritos, al igual que los humanos, buscan sentirse acompañados. Son seres sociales capaces de darse al otro con todo su corazón.

Es por eso que los perritos abandonados son quienes más la pasan mal. Normalmente deambulan por las calles en busca de alguna persona que pueda regalarle un poco de afecto y comida. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones, son ignorados por todos. 

Muchos de ellos aprenden a apañárselas como pueden y se rinden a su propia suerte. Así pasó con Buzu, un perrito sin hogar que fue encontrado vagando por las calles de Rumania.

Buzu recorría las calles a diario buscando con la mirada alguna persona que le brindara algo de ayuda. Algunas veces corría con suerte y recibía comida, pero la mayoría de ellas terminaba comiendo los restos de comida en los botaderos de la ciudad. 

Luego de su jornada cotidiana terminaba regresando a un pequeño refugio que el mismo se había conseguido quizás con los regalos de algunas personas en la calle. U na cajita de cartón, una almohadita y un plato era lo único a lo que este perrito podía llamar hogar.

Lamentablemente en una de sus salidas para buscar alimento, se dio cuenta al regresar que le habían robado sus pertenencias. Lo dejaron tan solo con su cajita de cartón y Buzu no paró de llorar. 

Al vivir en la calle y apenas sobreviviendo con desperdicios, Buzu comenzó a deteriorarse hasta que su salud se vio muy comprometida. Su piel se enfermó con una sarna severa y su dentadura estaba deteriorada por los alimentos descompuestos que lograba conseguir.

Fue entonces cuando unos rescatistas de Howl Of A Dog, una fundación de protección de animales en Rumania, lo encontraron infestado de pulgas y enfermo, justo a tiempo para salvarlo. Al principio Buzu se mostraba muy desconfiado, pero con afecto y constancia, el equipo de rescatistas logró ganarse la confianza del perrito. Buzu se mostró agradecido con un suave jugueteo de su colita.

El can fue llevado a la sede de la fundación para ser atendido, alimentado y consentido como se lo merecía. De inmediato recuperó sus fuerzas y pudimos notar a un perrito amigable y profundamente agradecido.

Luego comenzó la búsqueda de una familia adoptiva y adivinen qué: ¡Buzo se fue a Inglaterra!

Su nueva dueña tiene una guardería para perros por lo que Buzu tiene cientos de nuevos amiguitos. Y seguramente le habrán regalado su propia almohadita para que se sienta seguro.

Adoptar le cambió la vida a este perrito que se daba por perdido, pero un simple gesto de amor lo pudo salvar.

¡Felicidades Buzu! 

 

 


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