¿Por qué tu gato hace ruido al aparearse?

¿Por qué tu gato hace ruido al aparearse?
Francisco María García

Escrito y verificado por el abogado Francisco María García.

Última actualización: 28 noviembre, 2017

A muchos les resulta enigmático el hecho de que el gato hace (tanto) ruido al aparearse. Hay un conjunto de mitos al respecto. Se ha popularizado la idea de que el coito es doloroso y esa es la razón de tantos sonidos diferentes.

Ciertamente, el sonido que producen estos pequeños felinos durante el coito puede ser realmente molesto. No es un sonido agradable al oído humano. Generalmente provoca irritación pero también muchas risas y chistes entre aquellos que lo escuchan.

Los gatos tienen gran personalidad. Son felinos indómitos que valoran profundamente la independencia. También son muy obstinados. Tienen todos los rasgos de los cazadores solitarios, que no necesitan del permiso de nadie para salir a sus andanzas.

A pesar de su tamaño y su bonita apariencia, los gatos no son animales sumisos por naturaleza. Parte de esa fuerte personalidad se aprecia en su comportamiento reproductivo.

El gato hace ruido al aparearse porque esa es su naturaleza. Hay algo fiero en su forma de vivir, de sobrevivir y de garantizar la continuidad de su especie.

La maduración sexual de las gatas

El gato es un animal que tiene una maduración sexual muy temprana. Lo usual es que las hembras tengan su despertar sexual entre los 5 y los 9 meses de vida. Los machos tardan un poco más.

Las gatas tienen un periodo de celo de 5 a 7 días, una vez al mes. Sin embargo, esto no es una norma fija. Hay factores como la raza, el clima y la luz, entre otros, que condicionan su comportamiento.

En los países con estaciones muy marcadas, es frecuente que el celo solo se produzca a comienzos de primavera, otoño e invierno únicamente. También se sabe que las gatas domésticas tienen más celos que las salvajes.

Es normal que las gatas se pongan muy inquietas cuando están en celo. Por lo general, comen menos, se mueven frecuentemente y exigen caricias. Estos síntomas se incrementan hacia el tercer día de calor. Si no se cruza con un macho durante un largo periodo, puede llegar a tener problemas hormonales y embarazos falsos.

Los gatos machos

Los gatos machos están en celo permanente. Alcanzan la madurez sexual entre los 9 y los 12 meses y desde entonces buscan pareja todo el tiempo. Muestran varios síntomas de su deseo sexual. Uno de los más llamativos es la huella de orín que dejan por todas partes. Tiene un fuerte y desagradable olor.

El otro síntoma evidente son esos maullidos estridentes que el animal hace por todas partes. Las gatas también producen ese tipo de sonidos, pero son más moderadas. En cambio, el macho no ahorra esfuerzos en lanzar maullidos y aullidos, buscando una hembra que les responda.

Los gatos son capaces de todo por buscar el apareamiento. Pueden saltar súbitamente por cualquier ventana, si hay una hembra que está cerca y en celo. Los machos llegan a ser muy agresivos, incluso haciendo peleas con otros machos en esas circunstancias.

El gato hace ruido al aparearse

El encuentro entre el macho y la hembra se produce literalmente a gritos. El gato hace ruido al aparearse porque forma parte de su ritual de cortejo. Es la forma en que un macho y una hembra se declaran disponibles para un coito.

Si la hembra está en celo, no rechaza los intentos del gato por montarla. Al contrario, asume la llamada “posición de lordosis”. Esta consiste en poner su vientre contra el suelo y levantar el peritoneo. Así el macho logra penetrarla, mediante movimientos copulatorios a los que ella corresponde con movimientos pélvicos.

La cópula suele tardar unos 19 minutos. Sin embargo, se considera normal que se desarrolle entre los 11 y los 95 minutos. Los machos más experimentados llegan a tener hasta 10 coitos en una hora. Las gatas, por su parte, son capaces de aparearse hasta 50 veces en cada periodo de celo.

Fuente: El Coleccionista de Instantes Fotografía & Video

Las hembras pueden ser fecundadas por diferentes machos. Al copular con uno, este puede fertilizar un óvulo. Lo mismo ocurre si lo hace con otro. De este modo, eventualmente tiene camadas de diferentes padres.

El final de la copulación

Las hembras son sumamente dramáticas en la fase final de la copulación. Cuando el macho retira el pene, las pupilas de ella se dilatan significativamente. Hasta el 50% de las hembras emiten un grito agudo y un poco aterrador. Después atacan al macho agresivamente, se revuelcan en el suelo y se lamen los genitales.

Se ha creado el mito de que ese grito final se debe al dolor que les produce el pene del gato. Esto es falso. Sí es cierto que el genital del gato está recubierto por unas espinas queratinosas. Pero esas espinas no le hacen daño a la gata y mucho menos le causan dolor.


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