Equilibrio ecológico: qué es y qué factores lo alteran

El equilibrio ecológico es vital para entender la permanencia de las especies en el mismo ambiente a lo largo de los siglos. Conócelo con nosotros.
Equilibrio ecológico: qué es y qué factores lo alteran

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 29 junio, 2021

Los ecosistemas son sistemas biológicos constituidos por una comunidad de organismos vivos (biocenosis) y un medio físico, inerte pero cambiante (biotopo). Dentro de un ecosistema, se forman cadenas tróficas y flujos de energía, además de relaciones intra e interespecíficas que modulan el entorno y las poblaciones. Todos estos factores son esenciales para mantener el equilibrio ecológico.

Los ecosistemas deben ser capaces de permanecer en el tiempo de forma constante, pero también adaptarse a los cambios naturales con eficacia y pérdidas mínimas. Por desgracia, la necesidad adaptativa de estos sistemas se ha disparado en los últimos siglos, debido al rápido crecimiento del ser humano y todo lo que ello implica. Conoce con nosotros todo lo que debes saber sobre el equilibrio ecológico.

¿Qué es el equilibrio ecológico?

El término “equilibrio ecológico” —balance of nature en inglés— hace referencia a un conjunto de teorías en las que se explora el mantenimiento de los ecosistemas a largo plazo. Según estas postulaciones, cualquier ecosistema fijo se mantiene en equilibrio constante (homeostasis) y toda perturbación externa será corregida con un feedback negativo.

En los modelos ecosistémicos, todo animal se concibe como una maquinaria que maximiza su uso de energía para obtener biomasa de otros organismos. Dicho de otro modo, la energía es el “precio” que paga el ser vivo para mantenerse en el medio, ya sea cazando, forrajeando o compitiendo con otras especies por un nicho determinado.

Siguiendo símiles de mercado, el equilibrio ecosistémico a corto plazo se obtiene cuando todos los seres vivos utilizan y demandan la misma cantidad de energía/biomasa en la totalidad de los nichos posibles. Si una especie crece demasiado y se produce un desequilibrio, se espera que sus depredadores aumenten también, lo cual regularía el desajuste mediante el feedback negativo nombrado.

El equilibrio ecosistémico se alcanza cuando todas las especies “piden” y “dan” por igual en un ambiente concreto.

Un guepardo persigue a su presa.

Parámetros de estabilidad

Aunque todos estos términos parezcan muy etéreos, la realidad es que existen parámetros capaces de cuantificarlos. Tal y como indican fuentes profesionales, estos son algunos de los valores que indican una persistencia ecosistémica a lo largo del tiempo:

  • Resiliencia de ingeniería: según este parámetro, el sistema es más viable cuanto menos tarde en llegar a su estado original tras una perturbación. Si “es capaz” de solventar los problemas de forma rápida, el ecosistema sufrirá daños mínimos con los cambios.
  • Estabilidad de variancia: la variación en los números poblacionales de las especies a lo largo del tiempo. Cuanto más fluctuantes sea este valor, más probabilidades de extinción.
  • Estabilidad mínima: la densidad global mínima de especies, idealmente alejada de 0. Dicho de otro modo, cuanto más estables y extensas sean las poblaciones vivas en un ecosistema —dentro de lo “normal”—, más difícil será que un evento negativo lleve a una parte concreta del ambiente a la extinción.
  • Sostenibilidad: un ecosistema es sostenible cuando las especies son capaces de permanecer a pesar de las perturbaciones externas.

Todos estos parámetros reflejan que el equilibrio puede ser más fácil de alcanzar en un ecosistema que en otro. De todas formas, cuanto peor sea la “salud” de las poblaciones que habitan en él, más probable es que tenga lugar un colapso tras un desastre o perturbación.

Interacciones depredador/presa

El equilibrio ecosistémico también se sostiene en las cadenas tróficas, pues ningún sistema abierto se mantiene sin un flujo de energía constante. Para explicar la relación entre las presas y depredadores de un ambiente, las ecuaciones de Lotka-Volterra hacen las siguientes asunciones:

  1. La población presa tiene una fuente de alimento constante. Como las especies que son depredadas suelen ser herbívoras, su límite poblacional no se ve alcanzado por la falta de comida.
  2. La cantidad de comida de los depredadores depende en su totalidad de la población de presas.
  3. El ratio de cambio en los números poblacionales es directamente proporcional al tamaño de la población.
  4. Durante las interacciones, el ambiente no cambia para favorecer a ninguna de las partes.
  5. Los depredadores tienen un apetito sin límite, es decir, depredan todo lo que pueden.

Aunque estas asunciones no se cumplen en todos los casos, sí que sirven para ejemplificar los modelos más típicos de interacción depredador/presa. Dicho de forma sencilla, la ecuación postula que cuantas más presas existan en un sistema, más depredadores nacerán para darles caza. Una vez se reduzca el número poblacional de la presa, el exceso de depredadores morirá por falta de alimento.

Según esta postulación, las poblaciones de depredadores y presas presentan picos y valles a lo largo del tiempo. Una especie siempre está en consonancia con la otra.

Agentes que perturban el equilibrio ecosistémico

Como podrás imaginar, un ecosistema es capaz de “absorber” cambios y variaciones hasta cierto punto, pero cuando los daños son demasiado grandes, los mecanismos compensatorios pueden dejar de funcionar. A continuación, te presentamos algunas acciones —sobre todo de origen humano— que pueden desajustar este equilibrio ecosistémico.

Tala masiva de árboles

Tal y como indica el periódico El Paísel mundo perdió 15,8 millones de hectáreas de bosque tropical en el año 2017. El desastre se cuenta por sí solo si tenemos en cuenta que el 80 % de la biomasa terrestre en forma de carbono se encuentra en los árboles y las plantas. Si se sustraen tales cantidades de materia vegetal de un único ecosistema, se desestabilizan de forma irreversible las cadenas tróficas.

Introducción de especies exóticas

La ecuación de Lotka-Volterra puede llegar a cumplirse en un sistema en el que ambas partes han evolucionado en el mismo entorno durante miles de años. De todas formas, si entra una población “presa” a un ecosistema en el que no tiene depredadores naturales, la especie exótica portará un potencial invasor muy peligroso. 

Una especie adaptada a un ecosistema foráneo puede llegar a crecer de forma exponencial si se instaura lo suficientemente bien. En estos casos, el equilibrio ecosistémico se puede perder y las cadenas tróficas se ven seriamente trastocadas.

Construcciones humanas

Los campos de cultivo, las ciudades y las zonas industriales pueden convertirse en microecosistemas por sí mismos, pero no por ello son beneficiosos para el conjunto sistémico en el que se han instaurado. Es necesario hacer planes previos y evaluaciones de impacto ambiental antes de construir en un ecosistema, pues así se minimizan daños y se previene la pérdida del equilibrio.

Pérdida de especies

Una especie exótica en un entorno puede ser peligrosa, pero igual o peor es que desaparezca una que ya estaba instaurada. Tal y como indica la Lista Roja de la IUCN, el 28 % de las especies evaluadas se encuentran en peligro, de ahí que muchos ecosistemas estén en riesgo, sobre todo si la especie que desaparece otorga una cantidad considerable de biomasa al sistema.

Ejemplo de equilibrio ecológico.

Los ecosistemas no son irrompibles

Como puedes ver, el término “equilibrio ecológico” es un tanto etéreo, pero se puede cuantificar si se tienen en cuenta algunas variables numéricas que surgen de las relaciones entre los seres vivos. Dicho de otro modo, es posible inferir si un ambiente puede permanecer estable o no a lo largo del tiempo.

Según estas postulaciones, los ecosistemas son capaces de “arreglarse” hasta cierto punto tras un cambio deletéreo, pero difícilmente siguen la tasa de cambio instaurada por el ser humano. Si no cambian los modelos de producción y la forma en la que concebimos la naturaleza, es posible que debamos enfrentarnos a la pérdida de ambientes vitales para nuestra supervivencia en el futuro.


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  • Ecological balance, WWF. Recogido a 28 de junio en https://wwf.panda.org/discover/knowledge_hub/teacher_resources/webfieldtrips/ecological_balance/
  • Pimm, S. L., & Pimm, S. L. (1991). The balance of nature?: ecological issues in the conservation of species and communities. University of Chicago Press.
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  • Egerton, F. N. (1973). Changing concepts of the balance of nature. The Quarterly Review of Biology, 48(2), 322-350.
  • Liu, S., Li, L., Bonenberg, W., Bardzinska-Bonenberg, T., & Zhou, M. (2019, July). Management Balance Between Nature and Rural Settlements in China. In International Conference on Applied Human Factors and Ergonomics (pp. 279-285). Springer, Cham.

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