Culebra verdiamarilla: hábitat y características

La culebra verdiamarilla necesita de altas temperaturas para sentirse en óptimas condiciones. Por ello, durante los meses de invierno pasa por un período de inactividad similar a la hibernación, por lo cual se resguarda bajo el suelo durante alrededor de 136 días.
Culebra verdiamarilla: hábitat y características
Cesar Paul Gonzalez Gonzalez

Escrito y verificado por el biólogo Cesar Paul Gonzalez Gonzalez.

Última actualización: 02 agosto, 2022

La culebra verdiamarilla es un ejemplar de tamaño mediano que se caracteriza por poseer una conducta agresiva. Aunque su mordedura no es peligrosa, los ataques sucesivos pueden producirle un intenso dolor a la víctima. Debido a la desinformación y al gran temor por las serpientes en general, varias personas suelen acabar con ellos para tratar de protegerse.

El nombre científico de este ofidio es Hierophis viridiflavus, el cual pertenece a la familia de los colúbridos. Este grupo contiene a todas las serpientes esbeltas y de tamaños reducidos que no tienen veneno, por lo que no conllevan un riesgo inminente para la salud del humano. Sigue leyendo este espacio y conoce más acerca de la culebra verdiamarilla.

Hábitat y distribución de la culebra verdiamarilla

Este colúbrido se distribuye en varias regiones cercanas al mar mediterráneo, lo que incluye Francia, España, Andorra, Suiza, Italia, Croacia, Malta, Córcega, Cerdeña, Sicilia y algunas islas cercanas. Además, es capaz de vivir a nivel del mar o máximo a los 1900 metros de altitud, lo cual implica que se adapta bien a diversos hábitats.

La culebra verdiamarilla tiene preferencia por los ambientes húmedos y abiertos, ya que en ellos puede moverse con facilidad. Esto significa que los bosques, los pastizales y algunos entornos pedregosos son sus hábitats ideales. De hecho, incluso pueden habitar cerca de cuerpos de agua. Aunque la mayor parte de su tiempo la pasan arrastrándose por el suelo, también son excelentes nadadores.

Características de la especie

Este colúbrido comparte varias de las características típicas de la familia. Posee un cuerpo alargado y esbelto que alcanza longitudes de entre 1 y 1.5 metros. Gracias a este aspecto, es capaz de moverse con agilidad tanto en agua como en la tierra. Su cabeza es pequeña y se distingue con facilidad, ya que presenta un patrón de coloración diferente al del cuerpo y unos ojos grandes que resaltan bastante.

La culebra verdiamarilla hace honor a su nombre, pues exhibe una serie de escamas verdes y amarillas. En el dorso muestra una predominancia de pigmentación oscura, mientras que el vientre es más claro. El patrón de coloración se acomoda en una especie de mosaico, el cual hace resaltar la piel del reptil.

Esta especie exhibe un dimorfismo sexual en su tamaño, pues los machos suelen ser más largos y presentan un mayor número de escamas en ciertas partes de su cuerpo. Mientras que, por su parte, las hembras son pequeñas y tienden a presentar una menor musculatura.

Delgada y alargada, la culebra verdiamarilla puede superar el metro y medio de longitud.

Comportamiento

Al igual que la mayoría de los reptiles, la culebra verdiamarilla precisa de luz solar para su metabolismo cotidiano. Esto significa que pasa varias horas al día postrada ante el sol para obtener el calor necesario. Por ello, solo se muestra activa durante el día, aunque en los meses más calurosos es posible encontrarla también en la noche.

Este reptil es muy hábil y ágil, por lo que se mueve con soltura en los suelos rocosos e irregulares. Sin embargo, no es raro verla escalando árboles o arbustos altos, pues utiliza estos sitios para cazar a varias presas voladoras. Es posible que la altura también le sirva como un medio de defensa, pero la mayoría de los ejemplares prefieren atacar y morder a su enemigo antes que escapar.

La cola de este colúbrido también es una excelente arma para cazar y defenderse. Gracias a que tiene una forma delgada y alargada, los ejemplares emplean la cola como un látigo para desorientar a sus presas. De hecho, en el idioma inglés recibe el nombre de “western whip snake“, lo cual hace alusión a esta capacidad.

Alimentación de la culebra verdiamarilla

La culebra verdiamarilla es un fantástico depredador, ya que posee una amplia dieta que incluye aves, lagartijas pequeñas, anfibios e incluso insectos. Aunque los ofidios se caracterizan por usar su lengua y su “olfato” para detectar a sus presas, esta especie lo hace a través de sus grandes ojos.

La alimentación de este reptil es bastante versátil y se acopla a los recursos que existan en su hábitat. Esto significa que puede cambiar de presas cuando es necesario. De hecho, son capaces de comerse víboras venenosas como la víbora áspid (Vipera aspis) o incluso cometen canibalismo.

Reproducción

La culebra verdiamarilla es una especie ovípara que se reproduce de manera anual. Su época de apareamiento abarca desde abril hasta mayo, aunque ciertas poblaciones podrían utilizar únicamente los meses más calurosos. No exhiben un cortejo muy llamativo, pues la hembra solo espera a que un macho la encuentre para iniciar la cópula.

Una vez que la hembra queda embarazada, procede a buscar un refugio en el cual pueda depositar sus huevos. De hecho, algunos ejemplares regresan al mismo sitio en donde nacieron para criar a su descendencia. El tamaño de la puesta depende por completo del tamaño de la madre, por lo que la cantidad varía entre 3 y 17 crías.

Estatus de conservación

La amenaza más significativa de esta especie es sin duda la muerte por atropello.

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, la culebra verdiamarilla es considerada una especie de menor preocupación. Esto no significa que no se encuentren en peligro, sino que por el momento su población se ha mantenido estable. Además, los ejemplares europeos están sujetos a protección, pues se considera que su distribución restringida podría ocasionarle problemas en el futuro.

La amenaza más importante que tiene esta especie es el hombre, ya que se le suele erradicar por el temor a que sea venenosa. Asimismo, la muerte por atropellos es bastante frecuente y se han detectado varios casos al menos en España.

Es cierto que la figura típica de una serpiente puede ocasionar temor a simple vista. Sin embargo, ten en cuenta que las culebras no poseen ningún tipo de veneno, de modo que lo único que ocasiona es un intenso dolor por la mordida. Aun así, evita a toda costa el contacto con este y cualquier otro reptil. Aunque no sean peligrosos, merecen vivir sin el estrés que conlleva lidiar con el contacto humano.


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