Clamidiasis felina: causas, síntomas y tratamiento
Cuando un gato tiene secreción o inflamación en uno o ambos ojos puede ser signo de que padece clamidiosis o clamidiasis felina. Esta enfermedad, altamente contagiosa, se presenta sobre todo en lugares donde conviven muchos mininos. Y como su nombre indica, es propia de estos animales y no se trasmite al hombre.
Una enfermedad común en criaderos y refugios
La causante de esta dolencia gatuna es una bacteria gramnegativa, la Chlamydophila felis. Como es poco resistente al medio ambiente, requiere de un minino que la hospede para que se produzca el contagio.
La padecen gatos de todas las edades y de todo el mundo, pero afecta, sobre todo, a animales con una vida de cinco semanas a tres meses.
Y suele ser difícil de erradicar en criaderos y refugios, donde el estrés que pueden sufrir los mininos provoca que su sistema inmune esté debilitado.
Con un período de incubación de 3 a 10 días, la antiguamente llamada neumonitis felina rara vez es mortal, salvo que presente complicaciones al combinarse con otros problemas de salud del animal, como la rinotraqueitis.
Conoce los signos de clamidiasis felina
Las primeras manifestaciones de la clamidiasis felina consisten en descargas acuosas en uno de los ojos. La apariencia es como si hubieran echado líquido sobre el globo ocular. Además, suele ser muy notable la inflamación y el enrojecimiento en el llamado tercer párpado gatuno.
Con el paso de los días, las secreciones se volverán más viscosas y tomarán un color verdoso y puede verse afectado el otro ojo. También pueden aparecer úlceras corneales.
Y si la nariz también se ve complicada, habrá secreción nasal y el animal tendrá estornudos de forma constante. La infección llega en raras ocasiones a los pulmones.
Asimismo, el gato puede tener fiebre pasajera, pero es poco probable que pierda el apetito durante el desarrollo de la enfermedad. En ese caso, habrá que incentivarlo para que coma y así evitar que se debilite y pierda peso.
Tratamiento de esta patología gatuna
Si bien un 30% de las conjuntivitis en los mininos son provocados por la Chlamydophila felis, el veterinario deberá confirmar la presencia de la bacteria a través de una prueba de laboratorio. Para ello, procederá a la toma de una muestra.
Una vez que el diagnóstico sea firme, el profesional prescribirá antibióticos, que se administrarán por medio de gotas oculares y también por vía oral o intravenosa. Entre los medicamentos más utilizados se encuentran:
- Enrofloxacina
- Clindamicina
- Doxiciclina
Estos fármacos deben administrarse, por lo general, durante unas cuatro semanas, para asegurarse que la bacteria se eliminó de forma definitiva. En caso contrario, el facultativo evaluará cómo se continúa el tratamiento.
Clamidiasis felina: prevención y cuidado
Él o los gatos con clamiadisis felina deben mantenerse aislados de los animales sanos para evitar el contagio de la enfermedad. Además, es conveniente higienizar el lugar con algún desinfectante de uso común para eliminar la bacteria, ya que esta vive poco tiempo en el ambiente.
Durante el transcurso de la dolencia, hay que limpiar los ojos y la nariz del minino con alguna toallita especialmente indicada para esta tarea. El veterinario señalará cuál es la más adecuada. Ten en cuenta que, incluso semanas o meses después, puede permanecer una secreción oscura y pegajosa, sobre todo en los conductos lagrimales.
Resta aclarar que se puede prevenir la clamidiasis felina por medio de la vacunación. Sin embargo, este hecho no garantiza que el gato no desarrolle esta patología, pero sí que se atenúen los síntomas.
En cualquier caso, si sospechas que tu gato presenta algún síntoma de enfermedad, evita males mayores y consulta de forma urgente a un veterinario de confianza.
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