Calamar de fresa: el invertebrado más bello

El calamar de fresa es una especie llamativa por su color rosa brillante y sus ojos de diferente tamaño.
Calamar de fresa: el invertebrado más bello
Silvia Conde

Escrito y verificado por la bióloga Silvia Conde.

Última actualización: 28 agosto, 2022

Entre los 300 y los 1000 metros de profundidad habita el género de calamares Histioteuthis, un grupo de cefalópodos al que pertenece el calamar de fresa, llamado así por el color rosa brillante de su piel.

En las profundidades del océano pueden encontrarse especies de lo más peculiares que desconocemos por completo. Los invertebrados marinos forman un grupo taxonómico muy amplio y muchas de sus especies se ven amenazadas por las actividades humanas como la contaminación y la pesca, sobre todo aquellas que viven en las capas más someras.

¿Cómo reconocer al calamar de fresa?

Histioteuthis heteropsis es el nombre científico de esta especie que habita en las aguas del Pacífico, a lo largo de la costa sur de California.  Suele estar en las profundidades mesopelágicas (entre 200 a 1000 metros bajo de la superficie) durante el día y asciende al caer la noche para alimentarse.

El tamaño máximo que se ha capturado no supera los 13 centímetros de largo, sus brazos son largos y robustos, con un manto corto y aletas pequeñas y redondeadas a ambos lados de la cabeza. Lo más característico de esta especie, además de su color brillante, son sus ojos asimétricos.

Los fotóforos producen el color de fresa

El color rosa intenso del calamar de fresa es producido por los fotóforos de su piel, que consisten en unas pequeñas agrupaciones de células especializadas que emiten luz. Este fenómeno es conocido como bioluminiscencia.

La bioluminiscencia puede producirse de formas distintas; por la asociación con bacterias simbiontes que produzcan luz o la generada por órganos situados cerca de la superficie corporal, como es el caso de los calamares.

El calamar de fresa y otros cefalópodos contienen en sus fotóforos células llamadas fotocitos, productoras de una sustancia llamada luciferina, la cual al oxidarse produce luz.

Los fotocitos se pueden agrupar en disposiciones más o menos complejas, creando diferentes patrones lumínicos según la especie, apuntando la luz en una dirección, expandiéndola, concentrándola o variando el color.

El calamar estrábico

Otra de las características más reconocibles del calamar de fresa son sus ojos. El ojo derecho de este animal es mucho más grande que el izquierdo. Esta asimetría está presente en todo el género.

El ojo derecho es de tamaño normal, redondo, azul y hendido; mientras que el ojo izquierdo tiene al menos dos veces el diámetro del ojo derecho, es tubular, de color amarillo verdoso, apunta hacia arriba y sobresale hacia fuera de la cabeza.

La explicación de esta curiosa anatomía puede estar en su modo de vida. El calamar de fresa realiza desplazamientos verticales de unos 400 metros a lo largo del día. Durante la noche recorre esta distancia hacia la superficie y durante el día hacia zonas más profundas.

Tras observar este comportamiento en más de 150 horas de grabación, el equipo de investigadores de la Universidad de Duke, liderado por la bióloga Kate Thomas ha llegado a la conclusión de que cada ojo está especializado en tareas diferentes.

Ambos ojos evolucionaron para detectar diferentes fuentes de luz y así poder detectar tanto a depredadores como presas en las profundidades oceánicas.

El ojo grande (izquierdo) se adaptó para mirar hacia arriba y distinguir la sombra de las criaturas marinas en contraste con el reflejo más brillante de la superficie, aunque la luz que llega a esa zona sea escasa.

Por el contrario, el ojo más pequeño (derecho) mira hacia abajo, a la zona más oscura y está adaptado a detectar la bioluminiscencia que producen otros animales presa y depredadores al desplazarse.

Esta teoría explicaría la distinta anatomía y orientación de los ojos del calamar de fresa y sus congéneres. En todo momento el ojo izquierdo está orientado hacia arriba y el derecho hacia abajo.

Otros calamares de colores

En un medio en el que no llega la luz del sol, la selección natural ha adaptado a los seres vivos a la oscuridad. Producir y detectar luz es clave para comer y evitar ser comido.

El calamar de fresa se reconoce por esta característica, pero no es el único con una coloración tan llamativa. Las profundidades de los mares y océanos contienen criaturas sorprendentes que aún desconocemos.

El calamar Dana (Taningia danae) es capaz de emitir destellos cegadores para desorientar a su presa. Heteroteuthis dispar lanza chorros de tinta brillante cuando se siente amenazado y el famoso calamar luciérnaga de Japón (Watasenia scintillans) realiza todo un espectáculo de luz en la Bahía de Toyama cada año, durante la época reproductora.


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  • Kate N. Thomas Bruce H. Robison , and Sönke Johnsen. Two eyes for two purposes: in situ evidence for asymmetric vision in the cockeyed squids Histioteuthis heteropsis and Stigmatoteuthis dofleini, 2017.
  • Roper, C. F. E. and R. E. Young. 1975. Vertical distribution of pelagic cephalopods. Smithsonian Contributions to Zoology, 209: 1-51.

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