Alerta por la reproducción de las aves en Doñana

Declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco desde el año 1994, el parque nacional de Doñana es el hábitat, lugar de paso, cría e invernada de miles de aves acuáticas y terrestres. Con una extensión total de 122 487 hectáreas, esta reserva es considerada como uno de los lugares con mayor biodiversidad del planeta. Durante todo el año se pueden observar más de 300 especies de aves procedentes de toda Europa y África.

Conformado principalmente por humedales y marismas, la reserva de Doñana se está siendo fuertemente amenazada por la extracción de su agua subterránea para fines agrícolas y de desarrollo urbano. Sumado a esto, las altas temperaturas presentadas en los últimos años por el cambio climático están reduciendo considerablemente los niveles de agua en la zona. Continúa leyendo este espacio y conoce como esta preocupante situación está afectando la reproducción de aves que, en otrora, se contaban por millares.

Las aves en Doñana

Como se describía en líneas anteriores, la reserva de Doñana alberga una gran cantidad de fauna y flora silvestre en sus ecosistemas. En su vasta extensión de tierra se pueden observar hasta 20 especies de peces, 10 de anfibios, 13 de reptiles y 37 mamíferos. No obstante, las aves son las que predominan en este territorio, con más de 350 especímenes reportados en la reserva.

Además, son las aves acuáticas como los flamencos, las garzas imperiales y los aguiluchos laguneros los de mayor presencia en el parque natural. De hecho, según datos de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife), estas especies alcanzaron un máximo histórico de 642 964 ejemplares en años anteriores.

Sin embargo, por temas como la contaminación, la alteración de los hábitats, el uso del agua con fines agrícolas y el cambio climático, la población de muchas aves acuáticas ha disminuido drásticamente en la reserva.

El problema de la reproducción

Teniendo en cuenta que en Doñana se reproducen alrededor de 50 especies de aves acuáticas, el recurso hídrico es indispensable para la subsistencia tanto de la cría como de sus progenitores. Por tal motivo, al encontrarse los humedales y marismas en sus niveles históricos más bajos, la reproducción de ciertas especies es inevitable que se vea afectada.

De acuerdo a la organización SEO/Birdlife, que en conjunto a observadores del parque Doñana analizaron la dinámica reproductiva de 22 especies de aves desde el 2004 al 2022, los datos son preocupantes. Por ejemplo, animales como el fumarel común y el porrón pardo llevan 5 años sin reproducirse. Mientras que otras aves como la cerceta pardilla, el aguilucho lagunero o la focha moruna están experimentando una regresión sin precedentes. Además, están cerca de considerarse en peligro de extinción.

De igual manera, al presentarse este año un récord de temperatura máxima y precipitación mínima en la reserva, la situación no parece que pueda mejorar.

Datos preocupantes

Según los mismos investigadores, solo dos especies han presentado valores positivos de reproducción durante este período de tiempo. Uno es el flamenco, con un incremento poblacional por año del 14 %, pero que, comparado con datos del 2004, es un crecimiento mínimo. Pues, en el pasado, se contaban unas 13 000 pajeras, mientras que en la actualidad no se llega ni al 10 % de esto.

Lo mismo ocurre con el pato cabeciblanca, quien a pesar de tener una tendencia positiva, no se reprodujo por primera vez desde el año 2004 y las parejas son cada vez menos. Por otra parte, la cerceta pardilla, quien otrora contara con cientos de parejas, apenas se le observaron 13 en el 2022. O el aguilucho lagunero, quien para el 2021 tenía tres parejas y se reportaron cero en el último año.

Perspectivas para la reserva Doñana

Conforme a lo expuesto por organizaciones y autoridades encargadas de velar por la preservación de los animales, la situación es crítica e insostenible. De seguir la alteración de los hábitats con fines comerciales, las aves acuáticas y terrestres seguirán disminuyendo en los próximos años.

Además, los efectos del cambio climático se están viendo cada vez más acelerados, por lo que los entes gubernamentales deben tomar participación en el asunto y procurar por la conservación de los humedales y marismas en Doñana.

Finalmente, las personas también deben tomar conciencia sobre los efectos que se generan al contaminar y utilizar inapropiadamente un recurso tan sagrado como el agua. En realidad, en nuestras manos está el acelerar o retrasar la extinción de muchas especies animales.