Prescripción y uso responsable de los medicamentos veterinarios
La prescripción y uso de los medicamentos veterinarios se regula por una serie de obligaciones legales que rigen la actuación de los profesionales a la hora de prescribirlos o utilizarlos. Pero la responsabilidad no debe recaer exclusivamente sobre el veterinario, sino también sobre los propios dueños de los animales, que deberán seguir sus pautas al pie de la letra.
Prescripción de medicamentos veterinarios en animales de compañía
No cabe duda de que el profesional veterinario es el principal nexo de unión entre el medicamento veterinario y el animal. De su criterio, experiencia y buen hacer depende en gran medida el éxito del tratamiento y la satisfacción del dueño.
La propia normativa de autorización de un medicamento destinado a los animales de compañía suele fijar, en función de las características del fármaco:
- La necesidad de un diagnóstico preciso.
- Los riesgos asociados a su administración.
- La obligatoriedad de una prescripción veterinaria previa a la dispensación. En España la normativa establece que los profesionales veterinarios son los únicos capacitados para prescribir medicamentos veterinarios.
El consejo de los veterinarios supone una garantía adicional que guiará al propietario a hacer una elección apropiada de los productos, así como un uso adecuado y responsable.
El veterinario de animales de compañía está obligado a prescribir medicamentos específicamente registrados para ese animal y para esa terapia en concreto. Y en base a las recomendaciones europeas, prescribirá “tan poco como sea posible, pero tanto como sea necesario”. Esto nos da la idea de que tan malo es usar más fármacos del necesario, como utilizar menos. De hecho, es una de las razones de aparición de las resistencias antimicrobianas, uno de los problemas más graves de la actualidad.
Prescripción en cascada
Solamente en casos excepcionales en los que no exista el medicamento específico se podrá recurrir a un régimen de prescripción excepcional, conocido como cascada. Este método establece que, en caso de no existir el medicamento óptimo autorizado, el veterinario pueda tratar al animal con base a una pauta ordenada establecida.
Como primera alternativa, se debe usar un fármaco autorizado en el estado miembro donde se trata el caso, aunque su autorización sea para otra especie o para otra enfermedad de la misma especie. En caso de que esto no fuese posible, la segunda opción sería:
- Optar por un medicamento autorizado para dicha especie y enfermedad, pero en otro estado miembro.
- Optar por un medicamento de uso humano. Es la opción menos recomendable.
Solamente en los casos en los que ninguna de las tres opciones anteriores fueran posibles, se posibilitaría esta última alternativa. Consiste en recurrir a un medicamento veterinario preparado en ese momento para su uso exclusivo con ese animal –por supuesto, siempre por el personal autorizado–.
Esta alternativa tiene mayor importancia porque el veterinario absorbe toda la responsabilidad de la elección del tratamiento. Y más aún si el resultado de la terapia tiene efectos negativos sobre el animal.
Uso responsable de medicamentos veterinarios en animales de compañía
Para garantizar la seguridad de los animales y el éxito del tratamiento, los medicamentos veterinarios deben utilizarse siempre de acuerdo a las recomendaciones del prospecto. Cualquier desviación de estas recomendaciones puede suponer entrar en un terreno desconocido, y por tanto, en consecuencias indeseables.
Si bien todos los medicamentos deben ser usados de esta forma, cabe destacar el caso de los antimicrobianos, en cuyo uso correcto reside la salvaguarda su eficacia futura. Así contribuimos no solo a la sanidad animal, sino a la salud pública.
Uso racional de los medicamentos veterinarios
La prevención de las enfermedades
Permite reducir al máximo la incidencia de las patologías y, por tanto, su tratamiento y las posibles repercusiones asociadas. Elementos como la reducción del estrés, la alimentación responsable, el empleo de vacunas y antiparasitarios pueden reducir la incidencia y severidad de las enfermedades.
El diagnóstico y tratamiento
Realizar pruebas laboratoriales siempre ayuda a reducir la probabilidad de error en el diagnóstico y nos aproxima más al agente causal, para poder tratarlo específicamente. Sin embargo, el tiempo del que dispone el veterinario es limitado. Y, en muchas ocasiones, los recursos financieros del dueño también lo son. Por ello, se confía tanto en el tratamiento.