¿Por qué se nos contagia el bostezo de nuestra mascota?

El bostezo es una acción que comparten la mayoría de especies dentro del reino animal. Aunque su verdadera función aún no ha sido determinada, sí conocemos por qué es tan contagioso.
¿Por qué se nos contagia el bostezo de nuestra mascota?
Sebastian Ramirez Ocampo

Escrito y verificado por el médico veterinario y zootecnista Sebastian Ramirez Ocampo.

Última actualización: 05 marzo, 2023

Seguramente, en más de una ocasión has bostezado de manera involuntaria al ver que otra persona lo hace. Y es que, de acuerdo a varios investigadores, el bostezo representa un acto reflejo que nos acerca más a nuestros congéneres. Por otra parte, además de ser contagioso y relacionarse con nuestra capacidad empática, el bostezo puede generar algunos beneficios a nuestro organismo.

Continúa leyendo estas líneas y conoce las diversas teorías que explican el por qué bostezamos. Además, descubre si el efecto en cadena se presenta en otras especies animales como nuestras mascotas.

El porqué del bostezo

Son muchas las hipótesis que existen acerca del objetivo o finalidad del bostezo en las personas y animales. Por ejemplo, un artículo de la revista Physiology and Behaviour explica que esta acción permite enfriar el cerebro al tomar bocanadas de aire del medio ambiente. Otros, por su parte, exponen que el bostezo reactiva y oxigena ciertas zonas del sistema nervioso central, con el objetivo de ponernos nuevamente alerta ante situaciones de somnolencia, desconcierto o estrés.

Sea como fuere, el bostezar parece ser una respuesta natural de nuestro organismo para superar el bloqueo mental y físico. Además, en términos psicológicos, su contagio podría relacionarse con la capacidad empática de las personas y animales.

¿Por qué es tan contagioso?  

Basta con mirar una persona bostezar para que sintamos el impulso inmediato de hacerlo. Y aunque no lo creas, la ciencia tiene una explicación para este fenómeno. En primer lugar, nuestro cerebro cuenta con ciertas células especializadas llamadas neuronas espejo. Estas intervienen principalmente en los procesos de aprendizaje de ciertas tareas vitales como el lenguaje.

Funcionan al ejecutar un proceso de imitación de aquellas acciones que están realizando otras personas. Es decir, intentan copiar los movimientos de un interlocutor para luego aplicarlas en el organismo que está recibiendo la información. Por ende, según este planteamiento, reaccionamos instintivamente al ver a otra persona bostezar en forma de imitación.

bostezo

Por otro lado, conforme a lo expuesto en el documento Yawn Contagion and Empathy in Homo sapiens, el contagio del bostezo es una forma de empatizar o solidarizarnos con las personas que experimentan posiblemente sensaciones de estrés, ansiedad o fatiga.

Además, funciona como un mecanismo para compartir de manera no verbal nuestras emociones o sensaciones con nuestros congéneres. Por último, según los resultados de esta investigación, el efecto en cadena del bostezo es mayor en parientes o amigos cercanos que con desconocidos.

El bostezo en nuestras mascotas

Como se explicaba en líneas anteriores, esta acción no es propia ni única del ser humano. En otras especies de mamíferos, reptiles, peces e incluso aves se manifiesta el bostezo. Y al igual que ocurre con nosotros, su efecto también es contagioso.

En el caso de los animales domésticos, su razón es igual de profunda y conmovedora. De acuerdo con un artículo publicado en la revista PLOS ONE, los perros se contagian del bostezo de sus propietarios como una respuesta a un sentimiento de empatía o cariño.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores hicieron que varias personas bostezaran frente a un grupo de 25 canes de diferentes razas. A la hora de evaluar los resultados, vieron que los perros bostezaban tres veces más si era su dueño el que lo hacía y no un desconocido. De igual manera, los animales se contagiaban más si el bostezo era natural y no simplemente movimientos actuados de la boca.

De acuerdo con esto, el lazo que nos une a nuestras mascotas es tan fuerte que incluso copian de manera instintiva una acción que puede reflejar en nosotros sentimientos de ansiedad. Es decir, que el contagiarse del bostezo de sus propietarios puede reflejar un sentimiento de solidaridad y apego.


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