¿Por qué es difícil monitorear a los tiburones ballena?

Algunos especialistas consideran que la población actual de los tiburones ballena no ha disminuido, pero tampoco ha aumentado. Esto significa que las estrategias de conservación funcionan, aunque aún falta mucho por hacer.
¿Por qué es difícil monitorear a los tiburones ballena?
Cesar Paul Gonzalez Gonzalez

Escrito y verificado por el biólogo Cesar Paul Gonzalez Gonzalez.

Última actualización: 23 agosto, 2022

El océano es uno de los ecosistemas más hermosos y misteriosos que existe en la tierra. A pesar de los esfuerzos de diversos especialistas, aún se desconoce mucho tanto de las especies que la habitan como del funcionamiento de sus redes tróficas. De hecho, en algunos casos es difícil monitorear ciertos animales, como los tiburones ballena, pues aunque son marcados, es complicado encontrarlos de nuevo en el inmenso mar.

Muchos animales acuáticos se encuentran en serio riesgo de extinción. Sin embargo, debido a la carencia de información, no existen bases adecuadas para establecer estrategias de conservación que protejan a las especies. Este es el caso de los tiburones ballena, de quienes se desconocía información de su población porque son difíciles de monitorear. Sigue leyendo y descubre por qué es tan complicado censar a esta especie.

¿Cómo se mide la población de un animal?

Tiburón ballena: comportamiento

La ecología es la ciencia que se encarga de estudiar la relación que existen entre los animales y su entorno. Esto incluye tanto las características físicas de su población, como también la cantidad de organismos que están presentes. La información que se genera con estos datos es de suma importancia, pues otorgan un panorama general de lo que necesita una especie para sobrevivir en la naturaleza.

Uno de los datos más importantes para la ecología es el tamaño de la población, lo cual significa conocer cuántos ejemplares existen de una misma especie. Aunque las estrategias para conocer esta información pueden llegar a ser muy simples, existe cierta complejidad en el proceso.

Para empezar, la forma más sencilla por la que se puede conocer el tamaño de la población es por medio del recuento de cada uno de sus individuos. El único problema es que los animales no siempre se mantienen en un mismo lugar, lo que imposibilita saber en qué momento se ha acabado de contar a todos. Además, en algunos casos es imposible para el humano contar a todos los individuos de la especie.

Debido a lo anterior, se han creado diferentes técnicas para lograr inferir, con cierto margen de error, el tamaño de la población. La más popular y utilizada por los ecólogos es la de captura-marca-recaptura, la cual se ha llegado a utilizar con muchas especies tanto terrestres como acuáticas.

¿En qué consiste la técnica captura-marca-recaptura?

El fundamento de esta estrategia es sencillo. En principio, se debe realizar un primer estudio en el que se capturen varios ejemplares de la especie. Después, cada uno de estos individuos será marcado con tintas especiales, anillos o algún distintivo que sea difícil de quitar. Una vez que todos tengan el marcaje, serán liberados a la naturaleza y se esperará un tiempo antes de continuar con el estudio.

En un segundo acercamiento a la misma población animal, se repetirá la estrategia de captura, marcaje y liberación. Sin embargo, durante el proceso también se contabilizarán los ejemplares marcados que se lograron capturar en esta segunda ocasión (recapturas). Dicho dato es el más importante, pues es el que permitirá inferir el tamaño de la población.

A pesar de que parece complicado, la idea detrás de esta técnica de estudio es bastante simple. Para explicarlo deberás imaginar el siguiente caso:

  • Primer acercamiento: se capturan en total 10 ejemplares, todos se marcan y se liberan.
  • Segundo acercamiento: se capturan en total 10 ejemplares, pero 1 es recaptura (ya estaba marcado).

En este ejemplo ficticio, el segundo acercamiento nos dice cuál podría ser el tamaño de la población. Si de los 10 ejemplares marcados solo se recapturó a uno, eso significa que los individuos marcados representan el 10 % de la población (1 de 10). Por lo tanto, la población en cuestión debería estar conformada por al menos 100 organismos en total.

Claro está, un análisis formal es mucho más profundo y toma en cuenta diversas características de los animales como su distribución, sus limitaciones y la aleatoriedad. No obstante, siguen la misma regla, mientras más recapturas existan en el segundo acercamiento, más pequeña será la población.

¿Por qué es difícil monitorear a los tiburones ballena?

Al igual que sucede con otros animales, monitorear a los tiburones ballena (Rhincodon typus) para saber sobre sus hábitos, su población y sus relaciones ecológicas es bastante difícil. No solo porque viven a una profundidad de 700 metros, sino también porque se distribuye por todos los mares templados del mundo, lo que hace complicado seguirlos e incluso encontrarlos.

Por si fuera poco, los tiburones ballena tienen un comportamiento migratorio bastante activo. Estos animales no suelen quedarse en un mismo sitio por más de 6 meses, aunque existen ciertos lugares comunales a los que vuelven cada año, como el mar Caribe. El único problema es que después de su visita cada uno toma su propio rumbo y es difícil seguirles.

De hecho, durante mucho tiempo se desconoció cuál era el tamaño de su población, así que no era posible saber si se encontraba en una situación de riesgo. Como se podrá intuir, el utilizar técnicas como la de captura-marca-recaptura es ineficiente debido a su tamaño y a su propia naturaleza migratoria.

Pez de mayor tamaño: tiburón ballena

¿Por qué es necesario monitorear a los tiburones ballena?

A pesar de que no se tiene mucha información sobre ciertos aspectos ecológicos de los tiburones ballena, es claro que su población se encuentra ante una situación crítica. Durante muchos años, esta especie ha sido el objetivo de la industria pesquera y de la pesca artesanal. Además, en la última década los avistamientos de este escualo han disminuido de manera drástica, lo cual indica un peligro latente desconocido.

Si se quiere evitar la extinción de esta especie, es necesario conocer más sobre ellos y sobre la estructura de su población. De lo contrario, no se podrán aplicar bien las estrategias de conservación. Asimismo, es necesario tener en cuenta que la desaparición de un animal como los tiburones ballena podría generar un efecto dominó, lo cual afectaría a toda la vida acuática e incluso a los humanos.

Alternativas para monitorear a los tiburones ballena

Gracias al avance de diferentes tecnologías, en la actualidad se han logrado desarrollar varias técnicas para monitorear a los tiburones ballena. Estas se basan en el mismo principio de la captura-marca-recaptura, pero con la gran diferencia de que se utilizan fotos en lugar de un marcaje.

Los tiburones ballena lucen una piel color gris con manchas blancas en toda su espalda. Este patrón de coloración es único para cada ejemplar, por lo que se puede emplear para reconocer y marcar a cada individuo. Debido a esto, si solo se les toma fotos y se intenta identificar este patrón por medio de software, es posible monitorear a los escualos y calcular su población.

Estas nuevas técnicas para monitorear a los tiburones ballena lograron establecer que la especie se encuentra en peligro de extinción. Por lo tanto, es imperativo que se creen estrategias que protejan a la especie y fomenten sus cuidados. De lo contrario, el pez más grande del mundo podría desaparecer en poco tiempo.

La población de los tiburones ballena

En la actualidad, se han identificado a poco más de 13 000 individuos de tiburones ballena en todo el mundo. De estos, al menos el 75 % se encuentra en el Indo-Pacífico y el otro 25 % se restringe al Atlántico. Si bien es cierto que su población es relativamente grande, se calcula que en los últimos 75 años la cantidad de ejemplares ha disminuido un 63 %.

Debido a estos datos, varios países han comenzado a emitir leyes de protección para la especie. Sin embargo, la contaminación y la pesca ilegal aún son un riesgo serio para el tiburón ballena. Aun así, se considera que las estrategias de conservación implementadas han resarcido un poco la situación, pero aún es pronto para asegurar la victoria.


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