La invasión de la cotorra argentina: un debate de luces y sombras

La cotorra argentina es una especie que en muchos países se considera invasora por su fácil adaptabilidad y crecimiento poblacional exponencial. ¿Qué hay que hacer en casos de invasiones cómo este?
La invasión de la cotorra argentina: un debate de luces y sombras

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 15 julio, 2020

La cotorra argentina Myiopsitta monachus es un ave originaria de Sudamérica, pues se distribuye desde Bolivia hasta Uruguay. Por desgracia, las introducciones del ser humano en otros países por su compra como animales de compañía y la posterior suelta, han convertido a este ave en una verdadera plaga en países como Chile, Francia, España e Italia.

Nos encontramos ante un tema verdaderamente espinoso, pues existe un candente debate sobre qué hacer ante esta situación. Las cotorras argentinas modifican los ecosistemas que invaden, pues no pertenecen de forma natural a ellos, pero también son animales con emociones y derecho a la vida. A continuación, te mostramos qué planes están en marcha en lo referente a su control.

Sobre la cotorra argentina

Estamos ante un grupo de aves muy inteligentes y de una adaptabilidad muy flexible, de ahí su potencial invasor. Estas son algunas de sus características:

  • Son unos pájaros de tamaño pequeño, con 30 centímetros de largo y 120 gramos de peso de promedio.
  • Su coloración general es de un verde llamativo, con mejillas, garganta y pecho de una tonalidad gris claro.
  • Se alimentan mayoritariamente de semillas, por lo que su dieta es considerada granívora. También pueden comer frutos, flores e insectos.

Cabe destacar que las cotorras argentinas son seres amigables y muy sociales. Se agregan en colonias de gran complejidad y llegan a construir nidos comunales en las copas de los árboles. Una vez conocida la especie, es hora de entrar en el espinoso debate en cuestión.

Una cotorra argentina y una persona.

La cotorra argentina y su potencial invasor

Diversas fuentes de noticias oficiales calculan que la población de este animal se ha disparado en España en los últimos tiempos. Estudios generales han calculado que solo en este país hay más de 200 000 ejemplares, el 84 % del censo europeo, siendo las localidades de Madrid y Barcelona las que más densidad de individuos tienen.

Desde el año 2013 esta especie se encuentra presente en el Catálogo Español de Especies Exóticas, por lo que no se permite su posesión, tráfico, transporte y comercio.

Es necesario esclarecer que diversos medios de comunicación hacen hincapié en que estos animales desplazan a la fauna autóctona, que comprende especies tales como gorriones o mirlos, pero no existen estudios a día de hoy que evidencien esta correlación negativa. Lo que sí se sabe es que, si continúan expandiéndose sin control, pueden producir incalculables daños en el sector agrícola al alimentarse de frutos y vegetales cultivados.

Algunas de las características que otorgan este eficaz potencial invasor a las cotorras argentinas son las siguientes:

  • Son animales con una capacidad excelente de instalarse en el medio. Se construyen sus viviendas de forma autónoma sin necesidad de interactuar con otras especies autóctonas.
  • Se encuentran en un entorno urbano con una disponibilidad de alimento muy elevada.
  • En estos entornos, la presencia de potenciales depredadores es básicamente nula.
  • Presentan un rápido proceso de aprendizaje, adaptabilidad y un dilatado periodo de independencia.

Todos estos factores hacen de la cotorra argentina un animal potencialmente invasor para los ecosistemas en los que se suelta. Una vez más, es esencial recalcar que el animal no tiene ningún tipo de culpa de realizar sus funciones vitales en el medio ambiente. Somos los seres humanos los que hemos introducido a esta especie de forma irresponsable donde no le corresponde.

Una “solución” drástica

Debido al crecimiento exponencial de este ave en la Comunidad de Madrid (España) el gobierno ha decidido limitar la población de estos animales a un 10 % de la actual. Censos han demostrado que la población de cotorra argentina ha aumentado en un 33 % desde el 2016 al 2019, un crecimiento alarmante.

Portavoces del gobierno han declarado que “no solo supone una amenaza para las aves autóctonas y los ecosistemas, sino también para los ciudadanos, debido sobre todo a los grandes nidos en los árboles, que pueden superar los 100 kilos de peso”. Todo esto sumado a su potencial como transmisor de enfermedades (como cualquier otra plaga) y posibles efectos sobre los campos de cultivo ha llevado a la decisión de la erradicación de esta especie en un 90 % en Madrid.

Una cotorra argentina en el suelo.

Consideraciones éticas

Estamos ante un tema cuanto menos espinoso, pues como hemos dicho, las cotorras argentinas son animales sensibles, sociales y su efecto sobre las especies autóctonas todavía no se ha descrito del todo.

Está claro que la presencia de especies invasoras en un ecosistema que no les corresponde no es algo positivo, pues que no se sepan las posibles repercusiones que puedan causar no significa que no sucedan cambios a nivel ecosistémico a largo plazo. A todo esto hay que sumar las pérdidas económicas al sector agrícola que la multiplicación de estas cotorras podría causar.

Entonces, ¿cuál es la solución? No podemos dar una respuesta clara a este dilema, pero una cosa es segura: la prevención es la mejor de las soluciones. Por ello, educar a la población en la tenencia responsable de animales y evitar el tráfico ilegal de especies es esencial para que sucesos como este no vuelvan a repetirse.

 


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