El coipú, el último gran animal invasor de ecosistemas

Es posible que, si no vives en Cataluña (España), no hayas oído hablar del coipú. Esta especie está cada vez más en boca de todos debido al enorme impacto que está teniendo en los ecosistemas fluviales de esta comunidad autónoma. Se trata de un roedor herbívoro procedente de Sudamérica y está expandiendo su territorio desde Francia, cada vez más hacia el sur por la cuenca de los ríos.

¿Cómo ha llegado a asentarse un roedor de la otra orilla del Atlántico en los ríos de España? ¿Qué tienen esos ecosistemas que le permitan adaptarse y prosperar? ¿Qué medidas se están poniendo para evitarlo? En este espacio vamos a responder a estas preguntas y a analizar en profundidad este fenómeno. No te pierdas nada.

¿Qué es un coipú?

El coipú, también conocido como quiyá o nutria roedora, está lejos de pertenecer a la familia de estas últimas. Se trata de un roedor histricomorfo nativo del sur de Sudamérica (desde el centro de Bolivia hasta Tierra de Fuego, en Argentina). Es el único miembro de su género, Myocastor, por lo que recibe el nombre científico de Myocastor coypus.

Este animal habita ecosistemas fluviales, lagunas y esteros, debido a la gran vegetación que presentan. Su alimentación es principalmente herbívora. Al tratarse de animales relativamente grandes (unos 70 centímetros contando con la longitud de la cola), necesitan grandes cantidades de materia vegetal al día para sobrevivir, lo que aumenta su impacto sobre el medio.

El impacto de las especies invasoras sobre el medio

Aunque ya es de conocimiento común que las especies invasoras tienen un impacto negativo en el medio que colonizan, nunca está de más analizarlo más en profundidad. A continuación tienes los principales efectos observados por los expertos:

• Compiten con los organismos nativos por los recursos existentes.
• Modifican las estructuras de los ecosistemas.
• Algunas se hibridan con las especies autóctonas.
• Pueden tener toxicidad directa, así como ser vectores de transmisión de enfermedades o portadores de parásitos.
• Causan costes económicos para el humano, cuando no de salud.

¿Qué parte de estos criterios cumple el coipú? En el siguiente apartado entramos en materia, así que no dejes de leer.

El coipú como especie invasora en el norte de España

En la actualidad, el coipú se ha establecido en varias cuencas fluviales de Cataluña y, de manera más disgregada, por el norte de la península. Al tratarse de una especie aclimatada a lo tropical, suele prosperar mejor en aquellas regiones que no se enfrían demasiado en invierno. Las localizaciones actuales de son las siguientes:

• Valle de Arán, Sant Feliu de Buixalleu y Arbúcies en Cataluña. El último avistamiento, en 2020, corresponde a la reserva natural del lago Banyoles.
• Soba (Cantabria).
• La ribera del río Bidasoa, en Guipúzcoa.
• La cuenca del Ebro en Navarra.

En estos ecosistemas que habita, el coipú compite con las especies locales por los recursos alimenticios. La única especie que lo depreda es la nutria, pero su número de ejemplares es tan bajo que no pueden actuar como controladores de la población. Esto, sumado a su alta tasa de reproducción (unas 5-7 crías al año), hace que este roedor haya llegado para quedarse.

Las principales quejas humanas vienen por su impacto sobre los cultivos, ya que allá donde van, arrasan. Los campos de arroz son uno de los afectados, ya sea por el consumo de sus plantas o por el hundimiento de tierras sobre las galerías que excavan, el impacto es real.

¿De dónde ha venido este animal?

Cuando se utiliza el término especie invasora, da la impresión de los animales que viven fuera de su hábitat han cogido la maleta y han emprendido un viaje para colonizar nuevas tierras. Sin embargo, y como te podrás imaginar, los coipús no tienen medios para cruzar el Atlántico por sí mismos.

De hecho, este animal entró en la península ibérica en la década de los 70, directamente desde Francia. En el país galo (y también en Cataluña) existen varias granjas de cría de este roedor, principalmente para peletería. Las fugas y las sueltas intencionadas para la caza deportiva son las causantes de que los coipús supervivientes se hayan instalado en los ríos del norte de España.

¿Qué se está haciendo para controlar las poblaciones?

Lo cierto es que los expertos creen que ya no se puede erradicar esta especie del ecosistema. En parte, porque se desconoce el número total de ellos y, en parte, por su capacidad de adaptación. A pequeña escala se colocan trampas y se sacrifica a los ejemplares que se atrapan, sobre todo para proteger las explotaciones agrícolas.

El debate está servido, como con todas las especies introducidas. ¿Existen soluciones éticas a este desajuste del ecosistema? ¿Deben cargar con la culpa de la irresponsabilidad aquellos que tienen un campo de arroz o, es más, los propios animales? ¿Y tú, qué opinas de estos animales supervivientes?