Efectos del cambio climático sobre la fauna polar

Los polos de la Tierra albergan muchas especies únicas en nuestro planeta. Si estos desaparecen como consecuencia del cambio climático, ellas también lo harán.
Efectos del cambio climático sobre la fauna polar
Ana Díaz Maqueda

Escrito y verificado por la bióloga Ana Díaz Maqueda.

Última actualización: 23 julio, 2020

La aceleración del cambio climático tiene serios efectos sobre la fauna polar, incluso podría provocar su total desaparición.

El aumento global de la temperatura, la concentración de gases invernaderos o la contaminación están teniendo repercusiones muy negativas sobre todos los ecosistemas del planeta. Sin embargo, uno de los lugares donde más se notan estos daños es en los polos. 

Es posible que pienses que la fauna ártica o antártica sufre por las altas temperaturas, pero no es solo eso. Casi la totalidad de la superficie de los ecosistemas polares es hielo, si se derrite, los animales no tendrán dónde vivir. Te animamos a seguir leyendo para conocer este y otros problemas que sufren los animales en los polos.

Deshielo, principal problema del cambio climático sobre la fauna polar

Con toda probabilidad, uno de los principales problemas, y quizá el más grave, que provoca el cambio climático sobre la fauna polar es la destrucción total del hábitat. Los animales polares, desde los pequeños crustáceos hasta las grandes ballenas, requieren del hielo para su supervivencia.

Los animales de los polos afrontan todas, o al menos alguna de sus fases vitales, en torno al hielo marino. Sin este, están totalmente desprotegidos, pues no tienen dónde reproducirse, dónde alimentarse y, en definitiva, dónde vivir.

Los efectos del deshielo sobre los polos son innumerables.

Especies afectadas por el deshielo

El kril es el inicio de todas las cadenas tróficas de estas regiones del planeta y este necesita el hielo para alimentarse. Bajo él, proliferan millones de algas microscópicas que son la base de la dieta de estos crustáceos tan importantes. A su vez, el kril será el alimento de focas, pingüinos, ballenas y peces. De ahí que sean cruciales.

Otro especie realmente afectada por la desaparición del hielo son las morsas. El hielo hace que las zonas donde los animales pueden detenerse a descansar sean más amplias, además de frescas. Con el deshielo, las grandes islas donde paraban cientos de morsas, hoy en día son pequeños montículos de tierra. 

Las morsas no tienen espacio para vivir y acaban, literalmente, cayendo por precipicios en su afán por buscar un lugar para tumbarse tras la travesía marina. Al igual que estos mamíferos marinos, otros muchos ven peligrar su futuro.

Los animales terrestres que habitan el Ártico, como el oso polar, cada vez tienen menos territorio para reproducirse o alimentarse. Por esta razón, se está volviendo un hecho común ver a los osos polares deambular por varios pueblos rusos. El lugar donde siempre han vivido se está derritiendo.

Del mismo modo, el cambio climático tiene efectos también sobre la fauna aviar. Muchas aves marinas, como las gaviotas de marfil, aunque anidan en acantilados rocosas, vuelan hasta el hielo marino para buscar alimento entre sus grietas. 

Estas son solo un número ínfimo de todas las especies que están siendo afectadas por el cambio climático y por el deshielo de los polos.

Efectos del cambio climático sobre la fauna polar marina

Por desgracia, el deshielo no tiene consecuencia exclusivas para los animales que dependen de él. Cuando el hielo se derrite, este agua dulce acaba en el océano. Como consecuencia, provoca cambios en las propiedades fisicoquímicas del agua marina, por ejemplo:

  • Disminución de la salinidad.
  • Aumento de la acidez.
  • Cambios en la conductividad.
  • Reducción de la viscosidad.
  • Cambios en la proporción de los gases disueltos.

Todos estos parámetros y muchos otros hacen del océano un hogar para toda la fauna marina. Al cambiar, muchos animales no pueden adaptarse y mueren. Uno de los efectos más graves del cambio climático sobre la fauna marina ligado a este deshielo es la destrucción del exoesqueleto de muchos animales marinos, como los corales.

Enfermedades infecciosas, cambio climático y fauna polar

¿Sabías que debido al aumento de la temperatura están apareciendo serias enfermedades que acaban con la vida de los animales polares? Así es, el cambio climático trae consigo la aparición de multitud de microorganismos para los cuales muchos animales no están preparados, incluido el ser humano.

Aunque es muy difícil de predecir todo lo que acarreará el cambio climático sobre la fauna polar, se sugiere que las temperaturas más cálidas beneficiarán a muchas bacterias y virus.

Por otro lado, es muy probable que con el calentamiento la agricultura prolifere en regiones más cercanas a los polos. Con ella, llegarán más seres humanos, animales domésticos, mascotas y especies invasoras, además de todos los agentes patógenos que les seguirán. Los efectos son impredecibles pero en ningún caso positivos.

Los efectos del cambio climático sobre la fauna polar son innegables.

¿Qué ocurrirá con las especies animales no polares?

A medida que la Tierra vaya calentándose, los climas que hoy en día son cálidos podrían llegar a ser abrasadores. Asimismo, los climas templados se volverán cálidos. Debido a esto, muchas especies animales migrarán hacia los polos, donde la temperatura aún será algo más baja y donde ya quedarán pocas especies nativas.

Los estudios sugieren que la fauna endémica de la Antártida será la más vulnerable a las invasiones de otros animales. Las temperaturas gélidas de la Antártida excluyen a los depredadores durofágicos (aquellos que rompen las conchas de los animales). Con la llegada de estos, muchas especies de bivalvos y otros moluscos estarían totalmente perdidas.

Los efectos que el cambio climático tiene sobre la fauna polar y los que podría llegar a tener son incontables a la par que espeluznantes. La continua destrucción de todos los hábitats del planeta en el que vivimos tendrá consecuencias realmente graves para todos los seres que lo habitamos.

Algunos científicos consideran que ya no hay marcha atrás. Pero muchos otros aún piensan que estamos a tiempo de recapacitar y cambiar nuestro comportamiento con respecto al mundo en el que vivimos  y con el resto de seres vivos que también habitan en él.


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