Carnero deprimido vivió encerrado muchos años en un zoológico
Huxley es un carnero que vivió deprimido por 10 años, tiempo en el que estuvo encerrado tras las rejas de un zoológico. Aunque es probable que el animal pensara que su vida terminaría en estas condiciones, todo cambió cuando Rian conoció su historia.
Sigue leyendo para darte más detalles sobre esta linda historia que, pese a todo, culminó en un final feliz, digno de dar a conocer.
El carnero vivió deprimido varios meses
Huxley es un carnero que vivió durante una década completa encerrado, después de llegar siendo solo un cachorro a un zoológico ubicado en Nueva Jersey, Estados Unidos. Aunque debía estar acostumbrado a vivir en una jaula, pues era la única realidad que conocía, empezó a sufrir de depresión.
Durante los últimos meses en el zoológico, Huxley empezó a mostrarse triste: pasaba las 24 horas del día, 7 días a la semana, tendido en el suelo. Era claro que no se sentía nada bien.
Huxley fue liberado
El carnero deprimido no pasaba desapercibido, pero no muchas personas estaban dispuestas a hacer algo real por él. No obstante, un día recibió la visita de Rian Fieldman, una mujer que trabajaba en la Fundación Uncle Neil’s Home (UNH), considerada un santuario para animales ubicado en un rancho.
Ella observó con detenimiento y compasión a Huxley. Luego de ese encuentro, decidió enviar una carta a la municipalidad de Nueva Jersey en la que solicitaba la custodia del animal. Luego de estudiar sus argumentos, la delegación y el zoológico entregaron el carnero deprimido a la fundación. Así las cosas, Rian en persona fue por él para iniciar el traslado inmediato al santuario.
El carnero no solo estaba deprimido, estaba enfermo
Una vez a su lado, la mujer llevó al animal para una revisión veterinaria en donde se encontró que, además de estar deprimido, el carnero tenía osteoporosis, lo que le provocaba un gran dolor.
Esto explicó, por fin, las razones detrás de la conducta de Huxley, su dolor lo mantenía postrado en el suelo. Luego de recibir tratamiento y mucho amor, el carnero empezó a revivir, se notaba diferente y animado, con ganas de vivir. Así lo explicó Rian:
“Huxley está muy feliz, muy presente y en paz. Se sintió como en casa cuando llegó al santuario, y nuestras otras ovejas se enamoraron de él al instante. Es feliz, amado y se despierta cada mañana con entusiasmo por la vida que no tenía antes de su liberación“.
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