¡Alerta oruga! Cómo proteger a tu mascota
En esta época del año, cuando caen las primeras lluvias primaverales y las temperaturas comienzan a subir, las orugas procesionarias comienzan su tránsito desde los árboles en los que anidan, convirtiéndose en un peligro para tu mascota. Los perros son los más afectados por sus efectos, pues su interacción con ellas puede llegar a resultar en una emergencia veterinaria.
Pero ¿cómo afecta la procesionaria a los demás animales? ¿Qué hacer si tu perro se come una o la pisa? Aquí te contamos todo lo que necesitas saber para tomar precauciones y reaccionar de manera adecuada a un accidente con estas larvas. No te pierdas nada.
¿Qué son las orugas procesionarias?
Estas orugas, tan temidas por los tutores de perros, recibe el nombre de procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) y es un lepidóptero que fabrica sus nidos en árboles de los géneros Pinus, Cedrus y Abies, aunque suelen preferir ejemplares del primero. En su ciclo de vida holometabólico se distinguen las fases habituales:
- Larva: las orugas son gregarias y cooperan con sus hermanas para alimentarse de las acículas de los árboles y para crear un nido con seda donde pasan la noche. Solo bajan del árbol cuando llega el momento de la procesión hacia un lugar de pupación.
- Pupa: cuando encuentran un emplazamiento idóneo, se entierran y tejen su capullo.
- Adulto: la mariposa que emerge del suelo al verano siguiente será nocturna y apenas vive unas 48 horas. En ese período, se aparean y las hembras ponen entre 100 y 300 huevos alrededor de las acículas del árbol. Las larvas nacen de septiembre a octubre, reiniciando el ciclo.
¿Por qué es tan peligrosa esta oruga para tu mascota?
Las larvas de la procesionaria del pino tienen un método de defensa muy eficaz, están armadas con tricomas, filamentos parecidos a pelos que son altamente irritantes. Tanto humanos como otros animales se ven afectados por este efecto, ya que los tricomas se dispersan por el aire al manipularlas o cuando se sienten bajo amenaza.
Cada oruga tiene unos 500 000 tricomas sobre su cuerpo.
El efecto perjudicial de estos “pelos” viene causado por una toxina llamada thaumatopina. Se trata de una proteína que causa reacciones alérgicas en quienes entran en contacto con ella, tales como irritaciones, asma o urticaria, que pueden llegar a ser graves dependiendo del grado de exposición.
El perro, la mascota más afectada por las orugas procesionarias
Como se decía más arriba, los perros son los animales que más peligro corren debido a estas larvas. Ellos caminan con la cabeza cercana al suelo y descalzos. Y, por supuesto, no conocen los peligros de estos lepidópteros.
Por tanto, es muy probable que las pisen si pasan cerca de ellas, las olfateen o, en el peor de los casos, se las metan a la boca para comérselas. Si algo de esto ocurre, aparecerán los siguientes síntomas:
- Prurito intenso o urticaria.
- Inflamación de la zona afectada, en la cara suele verse más fácilmente.
- Nervios y agitación, rascado intenso.
- Si se las llega a meter en la boca: hinchazón de la lengua, exceso de salivación y, en el peor de los casos, necrosis de los tejidos afectados.
- Si se traga una oruga: fiebre, vómitos o diarrea.
- En el peor de los casos, reacción anafiláctica que pone en peligro de la vida del animal.
Los gatos suelen tener miedo de estas orugas, así que es mucho menos probable que sufran un accidente.
¿Qué hago si mi perro tiene una reacción alérgica a la procesionaria?
Cuando un perro u otra mascota tiene contacto con la oruga procesionaria y desarrolla síntomas como los arriba descritos, quiere decir que los tricomas se han clavado en su piel o en su boca. Lo primero que debes hacer, siempre, es evitar que el perro se rasque y jamás frotar tú la zona. De lo contrario, los tricomas se adentrarán cada vez más en la piel o las mucosas, aumentando el riesgo de necrosis.
Lo segundo, por supuesto, es acudir al veterinario de urgencia. Algunos podrían recomendarte lavar con agua caliente la zona, pero nunca lo hagas sin indicación profesional. En la clínica sabrán como actuar y disponen de los medios necesarios para hacerlo.
Métodos de prevención en esta época del año
Aunque las instituciones suelen poner métodos de control de plagas para las procesionarias, lo cierto es que no se puede erradicar su presencia de parques y calles. Por tanto, está en tu mano prevenir los accidentes con estas acciones:
- Evita zonas con pinos, abetos y demás árboles hospedadores en esta época del año.
- Si encuentras una procesión, nunca la pises para matarlas: además de tener derecho a la vida como cualquier otro ser vivo, los tricomas se dispersarán por el aire y tanto tú como tu mascota os veréis afectados por ellos. Lo mejor es cambiar de rumbo y rodearlas.
- Si observas nidos en árboles de tu zona, avisa a las autoridades pertinentes para que tomen medidas.
- Respeta la fauna urbana: las ciudades también requieren de equilibrio en los ecosistemas. Las abubillas, por ejemplo, se alimentan de la procesionaria cuando esta se entierra a pupar.
- Si tu perro es de los que siempre tratan de comer lo que encuentran por el suelo o tratar de depredar pequeños animales, plantéate el uso de un bozal en esta época del año. Aunque no vayas a poder evitar una reacción alérgica externa, sí cuidarás el interior de su boca.
En definitiva, la convivencia con especies silvestres, aunque sea en ciudad, siempre trae consigo ciertos peligros. Tanto perros como humanos (u otra mascota que visite el exterior del hogar, como un gato o un cerdo) podemos sufrir las consecuencias de la procesión anual de esta oruga, pero está en nuestras manos prevenir el efecto que tenga sobre nuestras mascotas.
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