
Durante un paseo al campo, o hasta en las afueras de la ciudad, es relativamente común encontrar a un pájaro herido. Aunque en un principio pueda darnos miedo tocarlo, nuestro auxilio puede ofrecer al ave lastimada una oportunidad de sobrevivir.…
Si se nos estropea con frecuencia la comida de nuestros perros y no sabemos lo que hacer para mantenerla fresca, hay muchos consejos muy útiles. Lo primero es vaciar el contenido del paquete en un contenedor. Hemos de tener en cuenta que la comida de los canes también tiene componentes que al estar en contacto con el ambiente, la van deteriorando. Pensemos lo que ocurriría con comida nuestra, de sus dueños. Por ejemplo, unas galletas empaquetadas durante demasiado tiempo.
Es conocido que los sacos de pienso grandes resultan más económicos que los más pequeños, comparando el precio por kilos. Lo importante es que sepamos conservar la comida para evitar tirarla por haberse estropeado.
Lo primero sería calcular el tiempo que va a durar el saco y fijarnos en la fecha de caducidad. A modo de ejemplo, si el animal come 300 gramos por día y compramos un saco de 15 kg, hemos de pensar que durará 50 días y el pienso no debe caducar antes de esa fecha.
Si nuestro amigo canino tiene un paladar demasiado exigente, hemos de considerar que los saborizantes y aromatizantes van perdiendo intensidad desde el momento en que se abre el saco, por lo tanto los últimos kilos serán menos apetitosos que los primeros.
Como hemos visto, es fundamental proteger el pienso en contenedores que lo mantengan bien aislado de la humedad, el oxígeno, el calor y la luz solar directa. Los mejores materiales son el metal o el vidrio porque son totalmente inertes, pero muchos recipientes plásticos también pueden ser ideales.
El lugar donde están alojados debe ser oscuro y fresco. Colocar el saco o el contendor encima del suelo es muy positivo para la buena conservación de su interior. También es aceptable poner por debajo una madera o una plataforma con patas que lo mantenga bien aislado de la humedad del suelo y con una ventilación adecuada. La humedad favorece el desarrollo de moho, que no solo estropea el sabor de la comida, sino que también puede ocasionar toxinas muy peligrosas para la salud de nuestro amigo de cuatro patas.
En cuanto a la comida húmeda, la que adquirimos en latas, suele tener una vida muy larga mientras la lata permanezca cerrada. Una vez abierta, es preciso consumir su interior en tres días como máximo. Además, tenemos que sacar el contenido e introducirlo en un recipiente con tapa dentro del refrigerador para evitar que se reseque o tome un olor desagradable.
Los snacks se conservarán de forma adecuada según lo indicado en el envase por los fabricantes, respetando las condiciones de almacenaje. Los que vienen en bolsas con cierre hermético no necesitan otro tipo de recipiente, pero si están en bolsas de nylon comunes o cajas, es conveniente guardarlas en contenedores con tapa hermética para mantener su sabor y evitar que se resequen en pocos días.
Lo mismo que ocurre con el resto de la comida para perros, la idea más importante es intentar no acumular demasiado producto. Siempre es preferible y tendrán más calidad los alimentos que vayamos adquiriendo sobre la marcha, lo más cerca posible de su fabricación y envasado.