¿Cómo hacen las ostras las perlas?

Si hay algo que ha llamado la atención del ser humano en mayor medida que el oro, son las perlas que producen las ostras. Estas formaciones nacaradas se han codiciado, recolectado y cultivado a lo largo de toda la historia para adornar los cuerpos de las personas que podían permitírselo.

Sin embargo, se ignora qué pueblo fue el primero en extraer las perlas. Los registros que se tienen de ellas indican que se han usado siempre como adorno, por lo que el interés que se ha tenido en la formación de perlas ha sido con fines de reproducirlo en cautiverio. No obstante, aquí podrás conocer el proceso natural de formación de las perlas, así que no te pierdas nada.

El mito del grano de arena

El primer paso pasa saber cómo forman las ostras las perlas en su interior, es desmentir un mito bastante extendido, que el material nacarado que forma la perla se crea alrededor de un grano de arena. Según esta teoría, emitida por E. Redi en 1671, un grano de arena errante se introduciría en la ostra y allí se formaría la perla en respuesta a la irritación de este cuerpo extraño.

Esta teoría se basaba en el descubrimiento de granos de arena en el interior de algunas perlas.

Sin embargo, la arena es un elemento habitual en el entorno de las ostras, ya sea en el mar o en el río, por lo que se descartó esta teoría. No obstante, no iba mal encaminada, pues se basaba en la idea de que la ostra crea la perla como una respuesta defensiva a un agente irritante o que amenaza su salud.

La teoría defensiva

Como los copos de nieve, no hay dos perlas naturales iguales. Esta teoría de la irritación de la ostra se desarrolló hasta nuestros días y ahora se tiene una idea bastante más completa del proceso.

En la naturaleza, la entrada de un cuerpo extraño (o vivo, como los parásitos) al interior de la concha de una ostra da lugar a una reacción defensiva. La ostra, ante esta irritación, se defiende cubriendo este cuerpo extraño con varias capas de nácar hasta formar el quiste que nosotros llamamos perla.

¿Qué es el nácar?

El nácar es un material reflectante producido por el saco perlífero de las ostras. Se compone de carbonato cálcico, materia orgánica y agua, pero la ostra no lo secreta tal cual.

De hecho, este proceso comienza cuando el cuerpo extraño entra en contacto con el manto de la ostra, la pared muscular que recubre los órganos internos. En ese momento, el bivalvo exuda un líquido que contiene aragonito y una proteína llamada conquiolina. Esta mezcla, cuando entra en contacto, con el cuerpo extraño, lo recubre y va formando las capas de la perla.

El nácar no siempre brilla. De hecho, la concha de la ostra está formada por nácar, pero solo brilla con su característico tono irisado en el interior. Esto se debe a que las capas de conquiolina tienen disposición curvada o circular.

¿Cuánto tarda en formarse una perla dentro de una ostra?

Aunque la lógica nos dice que una reacción defensiva ante un agente externo debe ser rápida (como lo sería la movilización de nuestros glóbulos blancos), en el caso de las perlas se trata de un proceso muy lento. De hecho, las perlas que habitualmente se ven en joyas y adornos han tardado más de 3 años en formarse.

Ten en cuenta que la perla se forma capa tras capa gracias a la liberación del líquido que las forma. Además, no existe un tamaño ideal de la perla como tal, sino que el criterio se ha establecido por parte del humano y basándose en criterios estéticos.

La única intención de la ostra es la de protegerse de ese agente que pone en peligro su salud.

La problemática de la perlicultura

La evolución del conocimiento acerca de la formación de las perlas llevó inevitablemente a la creación de una industria para su recolección. Los principales países exportadores de perlas son Vietnam, países del Caribe, Japón o Australia. Como imaginarás, las reservas de perlas de formación natural se agotaron con rapidez.

El proceso de cultivo de perlas es costoso, lento y, sobre todo, destructivo para las ostras. Se les inserta trozos de manto de otras ostras y un cuerpo esférico que hace las veces de agente irritante. Después se las coloca en mallas dentro del agua para que formen la perla.

El peor momento para las ostras es la extracción de la perla. Para sacarla se les hace un corte con un bisturí y en muchas ocasiones el molusco muere en el proceso. Tanto la introducción del cuerpo extraño como el corte para extraer la perla son dolorosas para la ostra.

Solo un 5 % de las ostras producen una perla que pasa los controles de calidad de los perlicultores, el resto se desechan.

Es por ello que las críticas que se emiten ante esta industria se centran en su poca utilidad para la vida humana. Para adornar las joyas de aquellos que pueden permitírselas se ocupan territorios naturales y se le quita la vida a multitud de animales, además de producirles un intenso sufrimiento. La pregunta que se plantea es: ¿de verdad vale la pena la pérdida de vidas para ponerse un collar?