El wombat australiano muere de depresión tras estar varios días sin contacto con los turistas

Esta es la historia de Tonka, el wombat australiano que conmovió a todos desde el inicio hasta el final de su vida.

Dicen que fuimos creados para amar y ser amados, tanto nosotros como los animales. Por ello, cuando se nos priva del amor o de la oportunidad de amar, podemos sentirnos desconsolados. Este fue el caso de Tonka, un wombat australiano que se vio en serios problemas cuando se encontró privado del amor.

¿Habías escuchado hablar antes de los wombat australianos? Te explicamos un poco sobre este animal.

Características del wombat

El wombat es un extraño marsupial, y decimos extraño para referirnos a poco común, pues no hay muchos de su especie. Tienen apariencia de un oso musculoso de tamaño pequeño y con las patas muy cortas.

Se alimentan de hierbas y raíces y tienen unos dientes afilados que les permiten, junto a sus grandes garras, excavar profundas madrigueras en las que refugiarse. Principalmente son animales nocturnos, pero en ocasiones se dejan ver de día. Y algo muy curioso que caracteriza a los wombats es que duran más años que cualquier otro marsupial, alrededor de unos 20.

Una vez puestos en escena, hablemos de Tonka, el wombat australiano del que te queremos contar su historia.

La historia de Tonka, el wombat australiano

wombat australiano 2

Tonka, el wombat australiano, fue rescatado de la bolsa de su madre cuando esta fue atropellada. Es posible que recuerdes haber leído su historia en Internet en 2009. Fue algo excepcional, pues a pesar de que atropellaron a su mamá y esta murió, Tonka pudo ser rescatado y mantenido con vida.

Después de eso, lo crió en el Santuario de Billabong en Queensland un grupo de guardabosques. Tonka llegó muy pronto a formar parte de la familia, jugando con ellos, comiendo con ellos y ¡hasta viendo la televisión juntos!

Le encantaba dormir con un osito de peluche, regalo de sus nuevos progenitores, y le encantaba que le rascaran la barriga. Tenía todo un parque natural donde vivir, un hábitat natural en el que podía ser él mismo a la vez que estaba protegido.

Era un parque abierto a los turistas, de los que Tonka, el wombat australiano, disfrutaba. Le encantaba que le hicieran carantoñas, que lo acariciaran, le hicieran mimos y hasta se dormía en los brazos de alguno de ellos. Posiblemente el hecho de haber perdido a su mamá siendo tan pequeño le hizo tener la necesidad de afecto que encontraba en los turistas.

Todo dio un drástico giro

Todo parecía un cuento de hadas para el wombat australiano, hasta que en 2011 el famoso ciclón tropical Yasi azotó Queenslad dejándolo prácticamente desolado, especialmente la zona en la que vivía Tonka. Esto provocó el cierre del parque por unas diez semanas, privando a Tonka del amor y el calor humano que los turistas le daban.

Al ver este dramático cambio en su vida, el wombat australiano dejó de comer y casi de beber por varias semanas, sumiéndose en una depresión que a la larga le trajo más problemas.

El wombat no volvió a dejar su plato de comida limpio sino hasta diez semanas después cuando el parque fue reabierto y de nuevo los turistas comenzaron a llegar. No obstante, Tonka nunca volvió a ser el mismo. Estar tanto tiempo sin comer y deprimido le hizo tener daños renales fuertes que no pudieron solventar.

Según los propietarios del parque, perder los mimos fue el detonante que causó este daño en Tonka. Tenía una enfermedad renal irreversible por la que tuvo que ser sacrificado a mediados de junio de 2016 a la edad de 7 años. Una historia con un feliz comienzo y un final trágico.

Parece que el animal no nació destinado a ser feliz por mucho tiempo ni a tener una vida fácil.

Muchos de los turistas que estuvieron en el parque reconocieron que lo mejor de este fue sin duda el wombat y algunos incluso dejaron comentarios de homenaje en las redes como este: “Nunca olvidaré tu gracioso contoneo. Gracias por tu amor. Descansa en paz“.

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