La vida de los perros policía: entrenamiento y jubilación

La salida del servicio policial no siempre se debe al exceso de edad, pues puede ocurrir que haya una falta de aptitud del can
La vida de los perros policía: entrenamiento y jubilación
Paloma de los Milagros

Escrito y verificado por la bióloga Paloma de los Milagros.

Última actualización: 09 diciembre, 2019

Hace ya más de un siglo que los perros policía se unieron a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, llevando a cabo funciones en las que el sentido olfativo es uno de los principales protagonistas. Además, la agilidad y capacidad de ataque de estos animales los convierte en el perfecto apoyo de rescate y protección ciudadana.

En 1899 la Policía de Bélgica llevó a cabo el primer entrenamiento formal de perros policía. Ante el éxito de esta unidad canina, otros países siguieron el modelo belga, hasta que la figura del ‘perro agente’ se convirtió en una realidad mundial. En lo que respecta al caso español, el adiestramiento de estos canes se retrasó hasta 1945.

La vida de los perros policía se puede dividir en tres etapas: entrenamiento, servicio policial y jubilación. Las dos primeras se caracterizan por la obediencia y fidelidad del can respecto a su guía humano, mientras que la última sobresale por la integración del animal en un hogar ajeno a la estricta actividad realizada anteriormente.

Entrenamiento de los perros policía

A la hora de seleccionar al can, se opta preferentemente por razas como el pastor alemán, el pastor belga o el l abrador. Ocasionalmente, el beagle, el braco, el doberman o el perro de agua español también han sido utilizados.

Entre los posibles candidatos, los agentes realizan una primera evaluación de contacto comprobando la predisposición a trabajar y a obedecer órdenes. Los animales elegidos empezarán su entrenamiento en torno al primer año de edad, con la socialización como aspecto fundamental. Los perros policía, antes de aprender funciones concretas, deben acostumbrarse a todo tipo de ambientes, personas y ruidos, y también han de ser capaces de atender a su instructor sin despistarse.

El principal método de entrenamiento tiene por objeto potenciar el sistema olfativo del animal, a través de la búsqueda de un objeto y la posterior recompensa tras su encuentro.

Olfato de los perros policía

Además de la importancia del entrenador, está el contar con instalaciones dotadas de todo lo necesario para simular situaciones de riesgo. En ellas se enseñará a los canes a detectar drogas y responder pasivamente, con la mera localización de las sustancias, o activamente de manera que ladren o muerdan allí donde estas se encuentren.

El salvamento de personas, la búsqueda de desaparecidos o sospechosos o la localización de artefactos explosivos son algunas de las misiones más importantes. Normalmente, cada animal, atendiendo a sus capacidades y competencias, está especializado en una función determinada. Una de las más recientes es la localización de billetes en curso legal, dado el olor característico de la tinta que contienen.

Jubilación o retiro adelantado

Ya sea por falta de aptitud, enfermedad o vejez, hay un momento en que el servicio de los perros policía llega a su fin. La mayoría de las ocasiones estos animales son adoptados por personas ajenas a la actividad policial. Sin embargo, puede que no todo perfil sea adecuado para la convivencia con estos animales.

K9 junto a su dueño

Los organismos que llevan a cabo este tipo de adopciones suelen realizar formularios y entrevistas a los interesados. En ellos valoran las características de los futuros dueños, las de su entorno y las necesidades del perro seleccionado.

A la hora de acoger a estos canes hay que tener en cuenta la estricta trayectoria que han llevado, para lo cual hay que saber que, aunque puedan destacar en obediencia, tendrán unos comportamientos muy arraigados.

Por otra parte, aquellos que se retiren por enfermedad o falta de capacidades, puede que requieran unos cuidados especiales no siempre fáciles de proporcionar.

En todo caso, la adopción tiene por objeto final brindar al animal de todo el cariño al que no ha podido optar durante su etapa policial, de forma que pase el resto de su vida lo más placenteramente posible.


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