Una pequeña chihuahua salva la vida a un perro gigante

Una pequeña chihuahua salva la vida a un perro gigante
Francisco María García

Escrito y verificado por el abogado Francisco María García.

Última actualización: 06 diciembre, 2017

Vivimos en la actualidad en un mundo donde los animales en algunos casos son instrumentos, y hasta juguetes, en algunas sociedades, e incluso tratados así por algunas religiones. Pero también, los animales tienen su solidaridad y son capaces de echar una mano cuando se les necesita, o darse cuenta de que es necesaria su ayuda en determinadas situaciones de emergencia.

Son conocidos los casos en incendios donde un perro se ha jugado la vida sin dudarlo para entrar y rescatar de entre las llamas a su dueño, a los pequeños de la casa, incluso a algún bebé.

Entre el mito y la realidad

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Cuando se habla de la “ley de la selva” se hace referencia únicamente a una parte de la verdad. La naturaleza es mucho más que eso, y los ataques de depredadores se realizan, en la gran mayoría de los casos, con la finalidad de satisfacer una necesidad alimenticia. Pero en el día a día, la ayuda y cooperación con los seres humanos que los atienden es la norma habitual.

Entre todos los animales, los casos de ayuda e incluso de salvación de vidas humanas aportados por los perros son los más conocidos.

La empatía de los perros hacia los seres humanos es un hecho, su percepción del estado emocional de la persona que está cerca de ellos, y su aportación al consuelo de su cuidador o cuidadora buscando el contacto físico.

También el instinto maternal es fuente de interacción entre animales y humanos. Fue conocida la caída por accidente de un niño en el zoo de Chicago, en la instalación de los gorilas. El niño quedó inconsciente y los gorilas se acercaron a él amenazadores. Una hembra de gorila se colocó delante del grupo, cogió al pequeño y lo llevó a la puerta de acceso para que los cuidadores lo recogieran.

El caso de la chihuahua Carly

También, los animales se ayudan entre ellos y es el caso que contaremos a continuación. La perrita chihuahua Carly llevaba mucho tiempo conviviendo con un enorme Terranova, su amigo Silas. La noche de un sábado, la dueña de ambos los dejó en el patio, pues la temperatura exterior era agradable.

Poco rato después, Sharon oyó ladrar a la pequeña Carly de una forma frenética, especial, angustiosa, todo lo fuerte que podía hacerlo.

Los perros se miman, se cuidan, se ayudan

La pequeña perrita era consciente de que ladrar de esa forma era lo único que podía hacer para salvar a su amigo Silas, que era arrastrado por un extraño agarrándolo por su correa hacia el exterior de la calle. La chihuahua se daba cuenta de que su tamaño no era una herramienta práctica para salvar a Silas, pero contaba con el recurso de alertar, ladrando todo lo fuerte que era capaz.

Sharon, movida por la desesperación y la rabia, golpeó al ladrón en su rostro con furia, y éste, sorprendido ante el golpe recibido de imprevisto, y ante el estruendo de los ladridos de Carly, que hacían que vecinos ya estuvieran acercándose al lugar, optó por huir y salió corriendo. Sharon llamó a la policía y dio cuenta de lo ocurrido.

Aunque Silas era de un tamaño mayor y pudo haber reaccionado, su carácter pacífico, tranquilo y su serenidad y bondad, le impidieron actuar en contra del extraño. Su salvación fue posible gracias al sentido de solidaridad y responsabilidad de la pequeña Carly.

En las noches siguientes al suceso, mientras Silas dormía plácidamente toda la noche, la perrita Carly correteaba por toda la casa, en alerta máxima, pendiente de cualquier ruido por pequeño que fuera, que pudiera ser una amenaza para su familia, gracias a su instinto de protección.

Los chihuahuas, pequeños héroes

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Para finalizar, citaremos la historia de Jenna y Honey. La niña Jenna jugaba en el jardín de su abuela en Canadá, cuando un pitbull de un vecino saltó la reja y la atacó ferozmente. El resultado hubiera sido fatal para la pequeña niña de 8 años, si no hubiera sido por la ayuda del chihuahua Honey, quien, viendo lo que ocurría, se lanzó sin dudarlo a perseguir al pitbull, distraerlo y posibilitar, de esa forma, la intervención humana, ganando unos momentos que fueron fundamentales.

Imagen cortesía de Angie Tarantino.


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