Una tierna historia de Felipe y su perro lazarillo

Una tierna historia de Felipe y su perro lazarillo
Francisco María García

Escrito y verificado por el abogado Francisco María García.

Última actualización: 27 noviembre, 2017

Un perro lazarillo excepcional, la perrita Nala, una Golden Retriever, se convirtió en la acompañante a sol y sombra de Felipe, un niño de 11 años. Son amigos inseparables.

Cuando se pregunta a Felipe lo que quiere ser de mayor, él siempre dice: “Yo voy a poner un taller mecánico. Me voy a levantar de madrugada, cuando todos duermen, y le voy a decir a Nala que vayamos a trabajar”.

Felipe nació con ceguera y fue diagnosticado a los seis años con Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD) de tipo social y comunicacional.

Nala, la nueva compañera de vida de Felipe, fue preparada a conciencia por la Escuela de Perros Guía Argentinos (EPGA). Una institución que ofrece gran ayuda.

Afición a la tecnología, y como amigo un perro lazarillo

Felipe es inquieto, le encanta la tecnología y es muy curioso. Diariamente reparte sus actividades entre la escuela especial con actividades de estimulación. Además, acude a una escuela especial para ciegos y hace prácticas de natación en un club, donde también planea empezar a jugar al tenis.

Cuando Felipe se planteó, de niño, tener un perro lazarillo, no entendía al principio la forma en que Nala podía ayudarle. Cuando comenzó a descubrir las cosas que podía hacer con su nueva amiga, se fue enganchando a esta forma de vida.

Una amistad en pequeños pasos

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Fuente: Facebook de PerrosGuia Leones Quilmes O La Colonia

La amistad que ha ido surgiendo entre Felipe y Nala se ha ido desarrollando mediante la superación de algunos obstáculos y desafíos. En un principio, el niño no sabía cómo darle órdenes. Para interactuar con un perro guía, el tono de voz es una cuestión fundamental.

Con pequeños entrenamientos, el pequeño fue modulando la voz para comunicarse con su nueva amiga.

Sobre la forma en que se comunica con Nala, Felipe ha dicho: No me tengo que enojar con la perra, pero a veces hay que actuar como enojado. Cuando yo le digo mal; actúo que estoy enojado. Tampoco hay que castigarla, ni por tiempos cortos ni largos”.

La relación que se ha generado entre Felipe y su perro lazarillo es tan fuerte que cuando él la “libera” de su labor, la can se queda con él y le sigue a todas partes.

Si Felipe está en su habitación con el ordenador, Nala se acuesta a sus pies. Y cuando se baña, lo espera a la salida.

Beneficios psíquicos y físicos

La llegada de Nala tuvo un impacto muy positivo en la responsabilidad que tuvo que asumir Felipe para dedicar los cuidados oportunos a su nueva amiga y apoyo.

En el ámbito emocional, Nala también ha sido muy beneficiosa para Felipe. Sirve para serenarle. Cuando él acaricia a su perro lazarillo, se relaja y obtiene muchos cambios positivos.

¿Qué se puede obtener con un perro lazarillo?

Este tipo de perros están adiestrados para guiar a personas ciegas o que tienen deficiencias visuales graves. También pueden ayudar en los trabajos cotidianos.

El perro guía, aunque el más conocido, es solo uno de los tipos de canes adiestrados que existen. Es el único reconocido legalmente hoy en día. Este reconocimiento les permite tener unos derechos y privilegios no reconocidos entre el resto de los perros. Por ejemplo, la entrada en el transporte público.

Aunque estos perros pueden entrenarse para evitar los obstáculos, no pueden distinguir, por ejemplo, los colores verde y rojo de los semáforos.

Para reconocer también el significado de los semáforos y cuándo se puede pasar (por la posición, no por el color), es preciso una capacidad bastante alta de inteligencia y un nivel de entrenamiento avanzado del animal.

Un adiestramiento intensivo

La formación de estos perros puede durar hasta dos años. Se hace desde su nacimiento hasta ser entregados a un usuario que lo haya solicitado, que será mayor de 18 años.

Respecto de este entrenamiento, los expertos aseguran que no todos los animales tienen el mismo ritmo. Por ejemplo, no es lo mismo que el perro viva con su dueño en un pueblo pequeño que en una gran ciudad, con transporte público, etc.

La “vida laboral” de estos perros suele estar en torno a los 12 años. Al final de ese tiempo se hace una revisión para indagar en la situación en la que están.

Fuente de las imágenes: Facebook de PerrosGuia Leones Quilmes O La Colonia


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