Te seguiré queriendo aun cuando me abandones

Te seguiré queriendo aun cuando me abandones

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 17 noviembre, 2017

El abandono de perros sigue siendo un mal mayor, y más allá de reducirse parece que las cifras aumentan cada día sin poder hacer nada por remediarlo. Siempre hemos visto el asunto desde la perspectiva humana: aquellos que los abandonan, sin ningún cargo de conciencia; aquellos que los amamos, llenos de tristeza e indignación. Pero ellos piensan, ¿aunque me abandones, te seguiré queriendo?

Pero, ¿y desde la perspectiva de un perro? ¿Cómo se verá el abandono? Te contamos una historia conmovedora en primera persona desde el punto de vista de un perrito que te ayudará a entenderlo. No hay mayor lealtad que la de un perro.

Gracias por tu amor, aunque me abandones

perro paseo

Siempre me levanto el primero en esta casa, ni siquiera sé si ya es de día, pero no quiero dormir más. Aún falta mucho para que mis papis se despierten… ¡Uy! Se está abriendo la puerta, ¡ya están vestidos! ¿Me sacarán a la calle ya?

Salen con unas maletas del cuarto, ¿para qué serán? ¿Nos vamos a mudar de nuevo? ¡Esa es mi correa! Me van a sacar a la calle, no sé si podría saltar más alto, quiero que sepan cuánto les agradezco que me paseen. Pasear con mi papi por la mañana es una de las cosas que más me gustan. Recuerdo todos y cada uno de los paseos que hemos dado.

Mamá ya está metiendo las maletas en el coche, ¿se irán de nuevo de vacaciones? No quiero que me dejen de nuevo en ese horrible hotel para perros en el que no me trataron bien, ¡quiero irme con ellos!

Papá ayuda a meter las maletas y… ¡espera! También me mete a mí en el carro, ¡biennnn! ¡Me voy de vacaciones! Gracias mis amados dueños y amigos por tanto amor, por no querer separarse de mí ni siquiera en vacaciones.

De repente el coche se detiene. ¡Menos mal porque ya tenía ganas de hacer pis! Bajo y lo hago, mamá me regala una caricia y papá me lanza una pelota. ¡Hasta han pensado en jugar conmigo durante el trayecto! ¿Cómo puedo agradecer tanto amor?

Voy corriendo hacia mi pelota con todas mis fuerzas, quiero batir mi récord para que estén orgullosos de mí. La atrapo y cuando giro para ir hacia el coche… el coche, ¿dónde está el coche? Miro desesperado a todos lados, corro lleno de deseperación intentando verlo a lo lejos… Mami, papi, ¿dónde están? Gracias por sacarme a jugar y por todo su amor.

Mi amor por ti va más allá de la muerte

Cabizbajo, sin entender muy bien qué ha pasado (quizá se olvidaron que yo seguía ahí y regresan por mí), empiezo a caminar asustado, no hay nadie en la carretera y los coches van como locos. ¿Dónde están mis papás? ¡Los necesito!

Pronto llego un pueblo, niños se me acercan, parece que mi pelo les gusta, una señora me tira un trocito de comida como si fuera un perro callejero, ¿o lo soy? Me siento sucio, no sé cuánto tiempo llevo caminando y la verdad que agradezco que la señora me diera algo de comer porque me moría de hambre.

¿Por qué corre ese hombre vestido de negro hacia mí? No me gustan sus zapatos, son muy grandes, mejor corro. ¿Qué han tirado sobre mí que no me deja correr? Es una especie de red… Sabía que esos zapatos no eran de fiar. ¡Qué frío es este coche! No tiene un asiento calentito y mullido en el que sentarme como el de mis papás. Quizá el hombre de negro me lleva con ellos, a lo mejor se conocen.

No creo que mis papás hayan venido a este sitio de vacaciones, es feo, está lleno de jaulas y de mesas brillantes y frías. ¡No me metas en esa jaula! Ahí no podré correr, no podré saltar, no podré comer. ¿A qué hora me sacarán a pasear?

Pronto me di cuenta de que no saldría de ahí, que mis papás no volverían, que el hombre de zapatos terribles no me sacaría a pasear. En ocasiones hay personas que se acercan a mi jaula, me hacen carantoñas y me dicen cosas lindas, pero no me ponen alegre.

Yo solo quiero volver a casa… aunque me abandones

perro con familia

Un día, me sacaron de la jaula, aún seguía pensando si habrían encontrado a mis papás o si ellos habían vuelto por mí, pero me vuelven a llevar a esa mesa brillante y fría para hacerme una de esas inspecciones rutinarias.

Hoy tienen una aguja, es muy grande, mejor no me resisto porque no podré librarme. Por otras que recuerdo era un pequeñito dolor que pronto se pasaba y siempre decían que era por mi bien. Pero esta me está dando mucho sueño, quiero dormir, mejor me tumbo porque me siento un poco mareado…

Ahora entiendo todo… Ahora que puedo ver todo desde arriba entiendo que mis papás me abandonaron, quizá porque ya era un poquito viejo, porque puedo ver que tienen otro nuevo amigo que se parece mucho a mí. No puedo mirarlos con rencor, los miro con gran agradecimiento y cariño pues me ayudaron a ser un perro feliz y, ¿saben algo mis amados papás? Si pudiera volver a la tierra y me dieran a escoger, los escogería de nuevo. Aunque me abandones, siempre te seguiré queriendo. Así soy yo.

Porque mi amor por vosotros va más allá de la muerte. Te seguiré queriendo aun cuando abandones…  


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.