Rascador para gatos: enséñale a usarlo

Rascador para gatos: enséñale a usarlo
Laura Huelin

Escrito y verificado por la educadora canina Laura Huelin.

Última actualización: 08 diciembre, 2017

Los gatos son una mascota fantástica, y cada vez hay más adopciones de gatos de todas las edades. Internet está lleno de vídeos y fotos de gatos adorables, pero en cuestión de comportamiento y educación, todavía sabemos muy poco de ellos. Por eso, cuando hay un problema de comportamiento, no sabemos qué hacer ni cómo arreglarlo. Por ejemplo, si nuestra mascota no usa el rascador para gatos. Así que vamos a darte las claves para hacer que tu gato use el rascador y no arañe los muebles.

La educación del gato

A diferencia de muchos otros animales, los gatos no aprenden mediante castigos o amenazas. Un gato no es capaz de relacionar una regañina o un castigo, aunque sea un castigo verbal como una amenaza, con un comportamiento que debe evitar. Sin embargo, los gatos responden muy bien al refuerzo positivo. Relacionan muy fácilmente sus comportamientos con situaciones agradables, alabanzas o premios.

Gato con un rascador

El comportamiento de rascar en los gatos es instintivo y necesario para su bienestar. Rascando desgastan las uñas, se relajan, expresan emociones y dejan su olor. Es necesario que un gato use sus uñas y no podemos evitar que lo haga.

Así que si tu felino no usa su rascador para gatos, no le regañes ni le castigues. Piensa que no entiende por qué lo haces y seguirá rascando en los muebles o las cortinas. Es mucho más fácil que le premies cada vez que usa el rascador correctamente.

Empezará a relacionar el rascador con las alabanzas y lo usará cada vez más a menudo, hasta que tenga la costumbre de acudir a él para desgastar las uñas.

Elegir un rascador para gatos

Si tu gato no usa su rascador, lo primero, debemos preguntarnos por qué no lo usa. Hemos de fijarnos si no lo utiliza porque el rascador que has elegido para él no le gusta.

Hay gatos a los que les gusta rascar en posición vertical, otros en horizontal, otros inclinados… Unos cuantos no tienen preferencia por cómo esté colocado el rascador.

Antes de dejar que rasguen las cortinas, observa cómo y dónde rasca tu gato y busca un rascador que le pueda gustar. Debe ser estable, es decir, no puede moverse mientras el gato rasca en él. No tener riesgo de que se caiga sobre él en cualquier momento. Y debe estar en buen estado: un rascador gastado, roto, o sin grandes superficies en las que rascar no es nada atractivo.

Qué hacer si el gato no usa su rascador

Supongamos que ya tienes una variedad de rascadores en casa y tu gato sigue prefiriendo el brazo del sofá. Tu gato tiene uno o más rascadores buenísimos, pero parece que no sabe que están ahí, o no se ha enterado de que están hechos para que los use él. Podemos guiarlo hacia el rascador siguiendo estos pasos:

Gatos en un rascador
  • Pon el rascador para gatos cerca de su lugar preferido de dormir. Los gatos rascan para desperezarse después de dormir. Así favorecerás que use el rascador y no otra parte de la casa.
  • Pon el artilugio en un lugar visible, accesible, pero no en medio de una habitación. El gato no atravesará la casa para ir a rascar, pero tampoco podrá relajarse en un sitio muy concurrido. Por ejemplo, una de las esquinas del salón o a un lado del sofá son sitios adecuados.
  • Prémiale cada vez que use el rascador para gatos. Valen las alabanzas, pero el refuerzo será más grande si le premias con alguna galleta. El premio debe recibirlo inmediatamente después de rascar para entender bien qué le quieres decir.
  • Ignora cuando rasque en otro sitio. Llamarle la atención, reñirle o ir hacia él cuando está rascando en otro lugar pueden ser reforzadores para su conducta, aunque nosotros no lo queramos.
  • Deja premios cerca del rascador. Si dejas galletas o premios para gatos alrededor del rascador, no solamente estarás premiándole cada vez que rasque ahí, él solo recibirá un premio cada vez que acerque a esa zona. Pasará más veces por esa parte y, ya que está por allí, usará el rascador. Empezará a ser un sitio curioso, divertido y en el que pasan cosas buenas.

Poco a poco, dejará de acudir a otras partes de la casa para desgastar las uñas y para desperezarse después de dormir. Lo más importante es que usemos el refuerzo positivo: a base de castigos los gatos no entienden qué les queremos decir. Nos pasaremos la vida riñéndole y cambiando las cortinas, mientras su rascador permanece nuevo.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.