Las ranas arborícolas y sus parientes

El mundo de los anfibios anuros es un muy variado y particular, donde tan pronto nos encontramos a sus miembros en una charca, como saltando de rama en rama. Por eso las ranas arborícolas despiertan tanta curiosidad.
Las ranas arborícolas y sus parientes
Érica Terrón González

Escrito y verificado por la veterinaria Érica Terrón González.

Última actualización: 29 enero, 2021

Las ranas arborícolas pertenecen a la familia Hylidae de anfibios anuros, la más diversa del grupo, con más de 700 especies, todas ellas además muy diferentes entre sí. Estos animales viven desde latitudes al nivel del mar hasta los 4000 metros de altitud.

La mayoría, como su propio nombre indica, se hallan en los árboles, pero unas cuantas prefieren el agua o cavan madrigueras en el suelo. Sin embargo, todas estas ranas coinciden en el aspecto semejante, cambiando, eso sí, los colores.

En algunas zonas del globo, como es el caso de Australia o Brasil, estos singulares anfibios viven dentro de las casas y se los conoce como «ranas domésticas». Descúbrelo todo sobre ellas.

¿Qué caracteriza a las ranitas arborícolas?

Dentro de los anuros, son consideradas en su mayoría ranas de pequeño tamaño. Una de las especies más grandes, que es la rana arborícola de Cuba (Osteopilus septentrionalis), mide 14 centímetros. Las de menor porte no suelen superar los 3 centímetros de envergadura.

Otra notable característica que une a toda la familia es que en el extremo de todos sus dedos hay una dilatación que funciona como ventosa. Esta dilatación es sostenida por un cartílago, que le da mayor flexibilidad al miembro.

Las ranas que carecen de ese cartílago son incapaces de trepar y de adherirse a troncos y ramas. Por eso, las especies que prefieren habitar en el agua o en el suelo, no suelen disponer de él.

Una rana gigante.

Algunas curiosidades sobre estos animales

En primer lugar, la mayor parte de los hílidos macho croan sin cesar durante la época de celo. Están provistos de 1 o 2 sacos vocales que se hinchan cuando el batracio emite su cántico. En otras familias de anuros los machos carecen de sacos vocales, por lo que tienen más complicado el atraer a la hembra en la conquista.

En segundo lugar, ciertas especies segregan a través de la piel un activo tóxico que puede resultar incluso mortal para quien lo toque, pero lo cierto es que es una característica poco común.

Lo más habitual es que estas ranas arborícolas no produzcan secreciones desagradables ni perjudiciales. Por eso son tan vulnerables al ataque de los enemigos. Serpientes, peces y tortugas se las comen en el agua; las aves las depredan fuera de ella.

Ranas arborícolas musicales

De la gran variedad de llamadas que emiten todas estas especies pueden deducirse de los nombres coloquiales que se les adjudican. Hay desde ranas coristas, a ranas grillo, ranas de voz de pájaro y otras muchas más. Te ponemos algunos ejemplos.

La rana grillo (Acris crepitans) emite notas chillonas análogas a las de dicho insecto. La ranita arborícola dorada de Australia produce un sonido similar al de una campana o al de un cantero labrando la piedra. Por otro lado, tenemos el caso de la rana del desfiladero (Hyla arenicolor), cuya voz suena como el graznido de un pato o el balido de una cabra.

Quizá el canto más notable sea el de el «ferreiro» brasileño (Hyla faber), que tiene un croar metálico. Sus llamadas recuerdan al sonido producido por un martillo al golpear un yunque. Para más inri, esta rana es famosa como albañil, ya que construye su refugio en el agua y levanta toda una estructura, como si de un castor se tratase.

Las ranas arborícolas y sus parientes

A continuación, hablaremos de algunas de las especies más curiosas de esta familia de anfibios tan variada.

Ranitas de San Antonio

Es el nombre que se le da a las 2 especies de ranas arborícolas que viven en Europa. La más común de todas es la ranita verde (Hyla arborea), que habita desde Centroeuropa hasta el norte de África. Estos pequeños anuros demuestran grandes facultades acrobáticas al moverse entre las ramas.

Para aparearse, suelen descender a los pantanos, lagunas y marismas en primavera. Tienen la suerte de que sus dedos palmeados les permiten moverse por el agua. Eso sí, en cuanto llega el verano, vuelven a encaramarse a los árboles, pues buscan el frescor de las hojas y la sombra.

Una Hyla arborea.

Rana de cabeza huesuda

Triprion spatulatus, que se extiende desde Mexico por toda Latinoamérica, tiene la ventaja de poseer una medida de defensa que sus parientes no presentan. Se trata de un grueso disco óseo en la parte superior del cráneo que, al refugiarse en su madriguera, lo usa para sellar la entrada.

Otra de las ranas arborícolas.

Ranas arborícolas campeonas de salto

La rana ardilla (Hyla esquirella) es una de las grandes candidatas para demostrar la capacidad de salto que tienen las ranas arborícolas. Solo mide 4 centímetros, pero es capaz de salvar distancias de hasta 60 centímetros.

Su prima, la rana grillo ya mencionada, con el mismo tamaño es capaz de saltar a más de 1 metro de distancia.

Una rana ardilla colgada de una hoja.

Las ranas arborícolas como mascota

Uno de los problemas con los que se encuentran estas ranas es su apreciación como animales de compañía. Muchas de ellas se cogen directamente de la naturaleza para introducirlas en los hogares y otras incluso se comercializan entre países y pueden convertirse en especies invasoras si se sueltan en la naturaleza.

Por lo tanto, antes de hacerte con una de estas especies en el mercado, consulta con un profesional sobre la legislación al respecto y sobre los inconvenientes que su tenencia puede ocasionarte a ti y la biodiversidad de tu país. Todo animal de compañía debe adquirirse de la cría en cautiverio.


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