¿Qué son las chinches de cama y cómo acabar con ellas?

Las chinches de cama son seres vivos fascinantes desde un punto de vista biológico, pero suponen un problema grave si se instauran en el hogar. Aquí te lo contamos todo sobre ellas.

Todos los seres vivos son fascinantes a su manera y merecen respeto por parte del humano, pero a veces la convivencia resulta imposible. Es el caso de las chinches de cama, unos pequeños insectos parásitos que se alimentan de la sangre de las personas y provocan picaduras papulosas, prurito, ansiedad y dificultad para conciliar el sueño.

La mayoría de páginas informativas se centran en cómo eliminar a estos animales, pero aquí vemos de interés explorarlos a nivel biológico antes de ofrecer soluciones. Por ello, aquí te contamos todo lo que debes saber sobre las chinches de cama a priori de decidirte a erradicarlas. Por molestas que sean, advertirás que su ciclo biológico no deja de ser apasionante.

¿Qué son las chinches de cama?

En primer lugar, es necesario aclarar que el término chinche de cama hace referencia a una serie de especies del género Cimex. A su vez, este taxón se encuentra englobado en la familia Cimicidae, compuesta por insectos hemípteros parasíticos que se alimentan de forma exclusiva de la sangre de otros animales. El grupo de los cimícidos registra unas 100 especies diferentes.

Todas las chinches de este tipo tienen una forma oval y aplanada, aunque se vuelven más voluminosas cuando se hinchan de la sangre de su hospedador. No poseen alas y por ende no vuelan, pero tienen un par de bases alares sin función concreta (quizá un rasgo vestigial). Lo más llamativo de su morfología es su aparato bucal en disposición de aguja o estilete, ideal para perforar la piel.

Las especies que afectan al ser humano en el entorno doméstico son Cimex lectularius y Cimex hemipterus. Ambas son marronáceas, aplanadas y miden como mucho 4-5 milímetros de longitud en su estadio adulto, aunque se pueden observar a simple vista. Se alimentan solamente de la sangre de su hospedador y son capaces de permanecer hasta 70 días sin comer.

Curiosamente, los cimícidos no permanecen en la superficie del mamífero o ave al que parasitan durante todo el día. La mayoría succionan la sangre cada 3-7 días, si bien luego vulven a un entorno seguro para digerirla y desarrollarse. Por ello, requieren hospedadores de hábitos rutinarios (que vuelven a su nido o que regresan siempre a la misma madriguera).

Ciclo vital

Las chinches de cama no dejan de ser insectos hemípteros, así que necesitan realizar una serie de mudas sucesivas en la piel para desarrollarse hasta su estadio adulto. A continuación, te contamos a las particularidades fisiológicas de las especies que nos atañen:

1. Todas las fases juveniles de Cimex lectularius y hemipterus requieren la ingesta de sangre para crecer. Si bien el hospedador primario es el ser humano, también pueden “saltar” a otros mamíferos y aves en ausencia de nuestra especie.  
2. El método de reproducción entre adultos es muy extraño, pues consiste en una inseminación traumática. El macho introduce su pene o aedéago en el seno paragenital de la hembra, situado en su quinto segmento corporal. El esperma atraviesa las paredes de los oviductos, fecundando así a los óvulos.
3. Una hembra adulta inseminada puede poner de 1 a 10 huevos al día, lo que supone unos 200-500 a lo largo de su ciclo vital. 
4. Cada chinche de cama tiene 5 fases ninfales y 1 periodo adulto. Debe consumir sangre al menos una vez entre cada uno de estos tiempos para poder realizar la muda de exoesqueleto que le hace crecer.

Los huevos eclosionan en 4-12 días tras la oviposición y, con las temperaturas adecuadas, las ninfas alcanzan su estadio adulto en poco más de 30 días. Los ejemplares maduros pueden aguantar hasta 70 días sin comida y su esperanza de vida normal es de 1 año.

¿Cómo eliminar a las chinches de cama del hogar?

Toda esta información puede ser muy interesante, aunque las chinches dejan de fascinarnos cuando empiezan a picar y a generar lesiones en el cuerpo. Aunque la sintomatología que causan es extremadamente molesta, cabe destacar que no se ha registrado una capacidad clara como vector. Estos insectos son capaces de portar 28 patógenos que afectan a humanos, pero no parecen transmitirlos.

Sigue los pasos que te mostramos a continuación para acabar con estos indeseables visitantes de forma segura:

1. Identifica las áreas infestadas: es necesario encontrar a los ejemplares adultos antes de que empiecen a reproducirse (tienes aproximadamente 1 mes para ello). Busca en el pavimento cercano a la cama, en los muebles de tu habitación, debajo de pinturas y pósteres y en las sábanas o cojines que usas para dormir.
2. Contén la infestación: una vez detectes el foco del problema, ayúdate de tu aspiradora para acabar con todas las chinches de cama que veas. Aísla los contenidos aspirados, congélalos y tíralos a la basura.
3. Deja el área completamente desprotegida: antes de comenzar el tratamiento como tal, quita todos los muebles, los cuadros, los libros y las decoraciones que puedas de la habitación. Así los insectos no se podrán esconder.
4. Elimina a las chinches de cama: estos insectos mueren si se exponen por encima de 46 °C o por debajo de 0 °C. Lavar todo elemento relacionado con el sueño a temperaturas muy altas o congelarlo será la única opción que asegurará la eliminación de estos parásitos.

Si tienes miedo de que los parásitos vuelvan a aparecer tras el tratamiento, coloca cubiertas específicas que impidan su entrada a las sábanas y trata los suelos y las esquinas de la habitación con insecticidas. Las piretrinas y los piretroides son los compuestos más usados para matar a las chinches de cama, pero algunas poblaciones se han vuelto resistentes a ellos.

Las chinches de cama son unos invertebrados fascinantes desde un punto de vista biológico, pero pueden causar serios problemas en caso de reproducirse demasiado. Si detectas lesiones y granitos relacionados con tu momento de descanso, no dudes en pedir ayuda profesional. La mejor manera de acabar con la infestación es detectarla antes de su fase de crecimiento exponencial.