¿Qué comen las tortugas?

Si alguna vez has visto a uno de estos reptiles lentos pero fascinantes, puede que te hayas preguntado qué comen las tortugas. La respuesta es más compleja de lo que parece.

Las tortugas son unos reptiles del orden Testudines, también conocido como Chelonia. Se caracterizan por el impresionante caparazón protector de sus órganos internos, pero también destacan por su éxito colonizador. Si quieres saber qué comen las tortugas, es necesario preguntarse en qué hábitat se encuentra el ejemplar de interés, pues las dietas varían mucho en tierra, mar o agua dulce.

La mayoría de tortugas domésticas son omnívoras, pero existe una gran diversidad en este grupo. Si quieres saber de qué se alimentan los quelonios del mundo y cuáles son sus estrategias para obtener comida en el entorno natural, te animamos a seguir leyendo.

Generalidades sobre las tortugas

Antes de entrar de lleno en la dieta de estos animales, vemos de interés encuadrarlos a nivel taxonómico. Como hemos dicho en líneas previas, las tortugas son vertebrados pertenecientes a la clase Sauropsida y al orden  Testudines. Se tratan de unos de los reptiles más primitivos y engloban a unas 356 especies diferentes, distribuidas en 97 géneros.

Con el fin de organizar su diversidad, las tortugas se escinden por su morfología en 2 subórdenes: criptodiros y pleurodiros. Distinguir a las especies en ambas agrupaciones es sencillo, como verás a continuación:

• Los criptodiros son capaces de esconder el cuello en su “cripta” o caparazón, de ahí su nombre. Retraen esta estructura de forma recta, vertical y directa para proteger su cabeza dentro del caparazón. Este suborden incluye a la mayoría de tortugas marinas y terrestres.
• Los pleurodiros tienen el cuello mucho más largo. Por ello, deben doblarlo de forma horizontal, mientras introducen la cabeza en el espacio existente delante de una de sus dos extremidades anteriores. Representan a menos especies que los criptodiros.

Más allá de clasificaciones taxonómicas, todas las tortugas tienen algunos rasgos en común. La mayoría de especies cuentan con un porte corporal mediano o grande (siendo la especie más pequeña Chersobius signatus, con 10 centímetros de longitud), son pesadas y tienen un pico córneo que recubre su mandíbula, con el cual trituran el alimento.

Por último, cabe destacar la estructura que mejor caracteriza a los quelonios: su caparazón. Esta placa recubre dorsalmente a las tortugas y está compuesta por 2 secciones, el espaldar y el plastrón. La parte dura se forma de placas óseas internas y osificaciones de la dermis, que se sueldan directamente a las vértebras y las costillas del animal.

¿Qué comen las tortugas?

Ahora sí, estamos preparados para explorar qué comen las tortugas. Aunque hemos dicho que muchas de ellas son omnívoras, es necesario recalcar que la dieta depende del hábitat de cada especie, e incluso, de las costumbres individuales. A continuación, te mostramos las elecciones dietéticas de los quelonios según sus ecosistemas (y poniendo como ejemplo a especies abanderadas).

Alimentación de las tortugas terrestres

Cuando hablamos de tortugas terrestres, nos referimos a todas las especies criptodiras pertenecientes a la familia Testudinidae. Estas destacan por sus caparazones pesados, sus grandes tamaños y su supervivencia exclusiva en ambientes terrestres. La inmensa mayoría de quelonios de este grupo son herbívoros exclusivos.

Si cogemos como ejemplo a la especie Geochelone sulcata o tortuga sulcata, veremos que estas tortugas basan su dieta en materia vegetal, como hierba, brotes, flores y algunas frutas. En cautividad se adaptan bien a ingredientes de consumo humano, como lechuga, zanahoria, escarola, pimiento y tomate. El exceso de proteína en estos animales se asocia a condiciones médicas y deformidades del caparazón.

¿Qué comen las tortugas de agua dulce?

Aunque la mayoría de tortugas pasan parte de su vida en tierra, las que conocemos como “de agua dulce” suelen observarse en lagos y estanques, soleándose esporádicamente en las rocas de los lindes del agua. Muchas de las especies en este grupo son omnívoras o directamente carnívoras.

El ejemplo típico de los quelonios de agua dulce es la Trachemys scripta o tortuga de orejas rojas. Los juveniles de esta especie son mayoritariamente carnívoros. Se alimentan de grillos, larvas de insectos, arañas, cangrejos de río, renacuajos de anfibios, peces, caracoles, babosas y otros muchos animales de pequeño porte. A veces también adoptan conductas carroñeras.

Curiosamente, al alcanzar la edad adulta, las tortugas de orejas rojas cambian de dieta y se vuelven omnívoras. Desarrollan una flora intestinal que les permite degradar la materia vegetal, por lo que empiezan a alimentarse de algas, hojas y brotes frescos. En este punto, su dieta se compone de plantas y algas en más de un 40 %.

Por otro lado, existen especies enormes (como Macrochelys temminckii) que se alimentan exclusivamente de carne (viva o muerta). Entre sus víctimas destacan peces, anfibios, mamíferos, pequeñas aves e invertebrados. Curiosamente, esta tortuga utiliza su lengua como señuelo, imitando con ella el movimiento de un gusano. Cuando la presa se acerca, cierra su boca de forma violenta y la mata al instante.

¿Qué comen las tortugas marinas?

En última instancia, exploramos de forma somera la dieta de las tortugas marinas, pertenecientes a la superfamilia Chelonioidea. En general, estos quelonios destacan por su omnivoría, bastante más expandida que en las especies de agua dulce.

Si cogemos como ejemplo a la especie Caretta Caretta, veremos que su pico córneo le ayuda a romper la coraza de diversas especies de moluscos y crustáceos acuáticos. De todas formas, también se alimenta de esponjas, medusas, peces y huevos de animales. Complementa su dieta con algas, sobre todo de los géneros Ascophyllum, Ulothrix, Urospora y Sargassum.

Como puedes ver, la pregunta de qué comen las tortugas no se responde fácilmente. Como todo animal altamente adaptado a su hábitat, la dieta de cada especie varía según el medio en el que viva, su edad y la disponibilidad de alimento. Sin duda, el mundo de los quelonios es fascinante.