La producción de leche de almendras está matando a miles de millones de abejas

La producción de leche de almendras se ha asociado a un declive en las poblaciones de abejas mantenidas por apicultores estadounidenses. ¿A qué se debe esta correlación?
La producción de leche de almendras está matando a miles de millones de abejas

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 28 agosto, 2021

En la última década, la importancia de las abejas polinizadoras (Apis mellifera) se ha recalcado a nivel social por dos motivos: su declive debido a las actividades agrícolas nocivas y su reconocido papel como pilares de los ecosistemas. Puede que en tiempos recientes hayas leído la siguiente noticia: “la producción de leche de almendras está matando a las abejas”. ¿Cuánto hay de cierto en esta afirmación?

Si bien es cierto que los cultivos intensivos y los insecticidas son culpables de la disminución poblacional de muchas especies, no todo se puede achacar a las demandas de los consumidores. ¿Es el problema querer consumir fuentes alternativas a la leche de vaca? ¿Qué pasa con los medios de producción agresivos que se requieren para fabricar ciertos alimentos?

La noticia

En enero del año 2020, el prestigioso periódico estadounidense The guardian publicó la siguiente noticia: ‘Like sending bees to war’: the deadly truth behind your almond milk obsession. En ella, se comienza contando la experiencia de Dennis Arp, un criador de abejas polinizadoras (Apis mellifera) encargado de producir miel.

Tal y como indica la fuente citada, aproximadamente la mitad del beneficio económico de este profesional proviene de “alquilar” sus panales a partir de febrero y marzo para la polinización de almendros del California’s fertile Central Valley. En este lugar se producen el 80 % de los productos de almendras del mundo, incluyendo su leche.

Por desgracia para Dennis, las colonias de abejas comenzaron a morir a medida que el invierno se instauraba, antes de mandar los panales a California para su polinización anual. Las infestaciones por ácaros nocivos acabaron con el 12 % de sus poblaciones en solo unos pocos meses, algo totalmente inesperado.

Esto no debería pasar en una situación normal. Por lo tanto, ¿podría la polinización para la obtención de la leche de almendras estar matando de forma indirecta a las abejas? A continuación, te damos la respuesta.

En media década, el consumo de leche de almendras ha aumentado en un 250 %.

El ciclo vital de las abejas es muy compleja.

Más allá de la anécdota

Otro informe de The guardian indica que el caso de Dennis no es aislado, pues de media, los apicultores perdieron 1 de cada 4 colonias en su posesión entre los años 2018 y 2019. Este es el máximo histórico registrado desde que se comenzó a monitorizar esta actividad hace 13 años, gracias a la Bee Informed Partnership

Vamos más allá, pues solo en el invierno de este intervalo anual 50 000 millones de abejas perdieron la vida. Los datos fueron recogidos tras el análisis de las cifras brindadas por más de 4700 apicultores en 50 estados de EE. UU.

Las causas de la muerte masiva de las abejas

Todos estos datos son de gran interés, pero siguen sin responder a si la leche de almendras está matando a las abejas estadounidenses de forma directa o no. Según las fuentes citadas, la asociación entre la polinización de los almendros y la alta tasa de mortalidad de A. mellifera podría deberse a los siguientes desencadenantes:

  1. Uso irresponsable de pesticidas: los pesticidas se utilizan para todo tipo de actividades agrícolas, pero los almendros son rociados con más cantidades absolutas que cualquier otro cultivo, tal y como indican fuentes profesionales. El glifosato, utilizado de forma global en cultivos de gran escala, ha demostrado ser perjudicial para las abejas.
  2. Interrupción de la dormancia: los panales de abejas cesan su actividad en invierno debido a las bajas temperaturas. Aprovechan este tiempo para recuperar energías y fortalecerse. Por desgracia, la polinización de los almendros en California hace que se tengan que “despertar” antes de lo esperado, en febrero o a inicios de marzo.
  3. Aglomeración de abejas: la cantidad total de abejas necesarias para polinizar los campos de almendros es mucho más alta que la que se requeriría para la polinización de manzanos y otros árboles. La acumulación de abejas en un entorno limitado puede promover que se expandan ácaros, virus, bacterias y otros patógenos para estos insectos.

Más allá de esto, la propia liberación masiva de abejas Apis mellifera en los campos de cultivo estadounidenses podría tener un efecto deletéreo sobre las especies nativas. Debido a su gran número y eficacia productiva, estos animales foráneos podrían competir por los recursos con las especies autóctonas y desplazarlas a largo plazo.

Una reflexión necesaria

Parece que está claro que la polinización de almendros afecta a las abejas. De todas formas, la prestigiosa revista Forbes hace una reflexión esencial: culpar a los consumidores nunca es la solución. No es nuevo que los medios de comunicación fijen la responsabilidad en las personas, pero no se habla suficiente de las prácticas agresivas de las corporaciones privadas.

¿Acaso es necesaria una noticia que se titule “la verdad mortal detrás de tu adicción a la leche de almendras”? Los almendreros no son responsables de la muerte de las abejas, pero sí los métodos de producción masificados y el uso de pesticidas. Según Forbes, la compañía Monsanto (del grupo Bayer), fabricante del glifosato, sería la verdadera culpable de esta situación y de la muerte de las abejas. 

El uso de pesticidas nocivos en los cultivos y la falta de respeto hacia los ciclos biológicos normales de los animales son el verdadero problema.

Un número masivo de abejas muertas.

Los almendros no matan a las abejas

Así pues, podemos afirmar que la frase “la producción de leche de almendras está matando a miles de millones de abejas” es relativamente cierta, pero requiere aplicar muchos matices. Los árboles de las almendras (Prunus dulcis) no matan a estos himenópteros, pero el querer producir a niveles desorbitados para obtener beneficios monetarios astronómicos sí lo hace.

Más allá de culpar al consumidor (ajeno a todo esto), lo correcto sería depositar la responsabilidad en quienes realmente la merecen: las compañías que utilizan métodos de producción dañinos para los ecosistemas y los seres humanos por igual. Y tú, ¿qué opinas?


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