Perros y roedores: ¿pueden convivir?

Los perros y los pequeños roedores pueden convivir juntos, pero no hay que perder de vista que todo cánido es un depredador facultativo, por muy amigable que sea con nosotros.
Perros y roedores: ¿pueden convivir?

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 06 noviembre, 2021

Cada vez es más común que un hogar tenga 2 mascotas o más bajo su techo. Los perros y los gatos son una auténtica fuente de placer (y de responsabilidad), pero otros seres vivos más pequeños como canarios, cobayas, peces, conejos de indias y hámsteres aportan un prisma distinto a lo que es la tenencia de un animal. Por ello, es normal preguntarse si es posible la convivencia entre taxones muy dispares.

En este espacio exploramos si los perros y los roedores pueden llegar a convivir juntos y cómo evitar que surjan problemas durante su interacción. No te lo pierdas, pues el secreto de una relación sana entre animales siempre está en la habilidad del tutor.

El instinto de caza de los perros

Aunque no esté tan agudizado como en los gatos, es innegable que los canes domésticos tienen un marcado instinto cazador (denominado prey drive en inglés). Esto se manifiesta a la perfección cuando el tutor está en el parque y, de repente, su perro se para en seco y se vuelve loco intentando localizar un rastro o un sonido. Sin duda, en este escenario está buscando a una pequeña presa.

La mayoría de especies de la familia Canidae (en la que están incluidos lobos, zorros, perros y coyotes) son carnívoras facultativas. Esto quiere decir que su dieta se basa en presas vivas o muertas la mayoría del tiempo, pero que también comen frutos y otros elementos vegetales de forma más o menos esporádica. Su aparato dental con fuertes caninos nos indica que son cazadores.

El prey drive se puede escindir en los siguientes pasos:

  1. Localizar al animal (mover ojos, orejas y nariz, por ejemplo).
  2. Seguir el rastro una vez identificado (con la nariz en el caso de los perros):
  3. Perseguir al animal cuando se ha establecido contacto sensorial.
  4. Morder (ya sea para inmovilizar a la presa o para matarla).
  5. Diseccionar su cuerpo en partes.
  6. Consumir a la presa.

Como los perros han sido seleccionados a nivel genético durante cientos de años, ciertas razas están mucho más adaptadas a una fase del prey drive que otras. Por ejemplo, los canes pastores tienen un instinto de persecución extremadamente agudizado, mientras que los hounds se deleitan localizando rastros y siguiendo su estela.

Un perro adulto requiere hasta un 20 % de proteína de origen animal al día.

Un ejemplo de los dientes de un perro.

¿Pueden los perros y los roedores convivir pacíficamente?

La respuesta a la cuestión que aquí hemos planteado depende en su totalidad de la raza del can, de su personalidad intrínseca y de la educación que le haya otorgado el tutor. Si tienes un border collie retriever, pointer, terrier o pastor australiano, seguramente la convivencia se complique un poco. Recuerda que muchos perros han sido seleccionados para la caza durante siglos.

Antes que nada, es necesario destacar que el hámster, la cobaya o la rata que adoptes debe estar en otra habitación distinta a la del can durante los primeros días. Puedes dejar a tu perro oler bajo la puerta, pero no le permitas entrar a la sala con la jaula. Espera más o menos 7 días, pues en este tiempo la excitación inicial debería haber disminuido.

Para introducir al nuevo roedor al can en la misma sala, ponle la correa dentro de casa y preséntale la jaula con el nuevo integrante dentro. Los siguientes signos indican que el perro está muy interesado en el animalillo, quizá demasiado:

  • Mirada fija y constante a la jaula.
  • Orejas en punta.
  • Cola erecta o en constante movimiento.
  • Olfateo continuado y agitado.
  • Vocalizaciones: aullidos, ladridos y todo lo que está entre medias.

Si este es el caso, notarás que tu roedor se meterá sin dudarlo un segundo dentro de su refugio y no saldrá hasta que el perro esté fuera de la habitación. En caso de intentar esto unas 2-3 veces separadas en el tiempo y que el comportamiento del can no mejore, lo ideal es que desistas.

¿Es necesario?

Los humanos tendemos a buscar una suerte de unidad familiar entre los seres vivos que nos rodean y los de nuestra propia especie. Nos gustaría hacernos fotos con todos los animales del hogar a la vez y que estos interactúen entre ellos de forma pacífica, pero por desgracia esto no siempre es posible.

Todos los roedores tienen una condición de presa en la naturaleza. Esto quiere decir que una cobaya y un hámster estarán en alerta constante, mucho más si hay un mamífero enorme pululando cerca de su jaula que en la naturaleza se los comería sin dudarlo. Por ello, lo mejor es que reduzcas la interacción entre especies al mínimo.

Coloca la jaula de tu roedor encima de una mesa para que el perro no pueda husmear de forma directa y, si tu can es demasiado insistente, cierra la puerta y prohíbele la entrada. Un roedor puede llegar a fallecer por el estrés derivado de la sensación de inseguridad, así que nunca dejes que la interacción continúe por más de unos segundos.

Si quieres sacar a tu roedor a pasear (en el caso de las cobayas es necesario), cierra la puerta de la habitación y deja que explore de forma tranquila sin el perro pululando por los alrededores. Por muy pacífico que sea, nunca se recomienda que un can y un pequeño mamífero compartan habitación sin una jaula o correa de por medio.

Es posible que el perro pierda el interés o la excitación inicial hacia el roedor, pero su instinto puede activarse en cualquier momento y atacarlo si lo ve desprotegido.

Un perro con una cobaya.

Perros y roedores pueden convivir, pero no hay motivo

Con todas estas líneas no queremos decir que los perros y los roedores no puedan convivir en el 100 % de los casos. Los foros y las webs están llenos de gente contando sus vivencias y cómo su perro acepta perfectamente a cobayas, ratas, hámsteres, pájaros y otros pequeños vertebrados. De todas formas, la idea subyacente siempre es la misma: esto no es necesario. 

Lo que para ti es una convivencia agradable y bonita, para un hámster puede traducirse en un momento límite en el que está a punto de ser devorado (aunque este no sea el desenlace). Lo mejor es que interactúes con cada una de tus mascotas por separado y le des al pequeño roedor el espacio que requiere para ser feliz.


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