Mi perro no quiere comer: 10 causas y cómo actuar

Que un perro deje de comer es una mala señal en cualquier escenario. Conoce con nosotros los posibles motivos de inapetencia canina.
Mi perro no quiere comer: 10 causas y cómo actuar

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 02 julio, 2021

Dependiendo de la raza y la edad del animal, un perro puede requerir de 800 a 2300 kilocalorías al día. El requerimiento energético de cada cánido se obtiene con un par de comidas cada 24 horas, variando los alimentos secos con patés húmedos y platos frescos preparados en casa. De todas formas, si tu perro no quiere comer por cualquier motivo, es posible que tenga una enfermedad subyacente.

Los canes necesitan alimentarse diariamente para mantener un peso estable y una salud general óptima. Por ello, va en contra de todo mecanismo biológico que dejen de comer de repente. Cualquiera de las causas de falta de apetito que te mostramos a continuación justifican por sí solas una visita al veterinario. No te las pierdas.

1. Gastritis

La gastritis se define como una inflamación aguda o crónica de la mucosa gástrica, es decir, del tejido que recubre el estómago. Tal y como indica el portal MSD Veterinary Manualsesta condición puede surgir a causa de infecciones bacterianas, parásitos, ingesta de cuerpos foráneos, venenos, medicamentos y otras muchas cosas más.

La causa más común de la gastritis aguda es la ingesta de comidas en mal estado y objetos no digeribles por el estómago del can. Esta condición se resuelve por sí sola en unas 24 horas y rara vez requiere atención veterinaria. De todas formas, si tu perro no quiere comer y vomita a menudo, puede tener un problema autoinmune o una infección parasítica grave.

La gastritis produce vómitos y fomenta la deshidratación. Si tu perro no mejora en 24 horas, llévalo al veterinario.

Un perro vomitando.

2. Obstrucción gastrointestinal

Este cuadro puede parecer similar al anterior, pero presenta muchas diferencias con respecto a él. En la obstrucción gastrointestinal, la comida no puede pasar por los intestinos de forma normal y se acumula en el tracto, ya sea por un objeto físico que tapona las tripas, una hernia o una torsión. Estas obstrucciones pueden ser totales o parciales.

Un can con una obstrucción se mostrará apático, letárgico y con signos claros de dolor en la zona abdominal. También es normal que en estos cuadros el perro no quiera comer, vomite y sus heces sean de tipo diarrea. Los perros grandes cachorros son más proclives a esta condición, ya que tienden a comerse objetos grandes por curiosidad.

3. Enfermedades bucodentales

A veces, el perro del hogar no quiere comer porque simplemente le duele la boca al hacerlo. Un diente caído, un tumor oral o una gingivitis —inflamación de las encías— son algunas de las causas de la falta de apetito en cánidos. Si al observar el entorno oral de tu mascota ves sangre y enrojecimiento, lo más posible es que tenga una herida o una infección.

4. Medicamentos

Tal y como indica la American Kennel Club (AKC), algunos fármacos pueden provocar falta de apetito en perros. Entre ellos, se encuentran los antibióticos, la quimioterapia y ciertos medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). Tu veterinario te avisará de los posibles efectos secundarios de cada tratamiento.

5. Ansiedad y estrés

Los cánidos son animales de rutinas. Les gusta salir en momentos concretos del día, tienen espacios propios que protegen y no suelen responder bien a los cambios constantes. Por ello, un perro en un entorno inestable tenderá a desarrollar ansiedad.

Si tu perro no quiere comer y te acabas de mudar con él o estáis de vacaciones, la respuesta quizá se encuentre en la falta de aclimatación al nuevo espacio por su parte. Para evitar este cuadro, intenta llevar contigo objetos que el can reconozca como familiares y ve introduciendo los cambios poco a poco.

6. Úlcera gastrointestinal

Las úlceras gastrointestinales son lesiones abiertas que aparecen en los tejidos del tracto digestivo. Suelen estar causadas por patologías sistémicas, consumo de agentes tóxicos, infecciones crónicas y una sobreproducción de ácido gástrico.

Algunas veces, las úlceras se desarrollan sin síntomas notables. De todas formas, otros perros con úlceras no quieren comer, pierden peso de forma muy rápida y muestran un claro malestar abdominal. En la clínica veterinaria, se suele tratar la acidez estomacal con el fin de que la úlcera sane por sí sola.

Si la úlcera es tan profunda que genera infiltraciones de los ácidos en el abdomen, el pronóstico pasa a ser muy pobre.

7. Ausencia del tutor

A veces, los canes prefieren esperar a que lleguen sus tutores para comer. Esto no siempre muestra un problema de dependencia o apego: como animales gregarios que son, algunos perros tienden a esperar a que esté “la manada al completo” antes de alimentarse.

8. Enfermedad inflamatoria intestinal

La enfermedad inflamatoria intestinal (IBD) es una condición crónica que, en muchos casos, no tiene una causa concreta —es idiopática—. Casi todos los perros con este síndrome tienen un historial a largo plazo de vómitos, diarrea y falta de apetito continuada. 

En todos los casos, se trata de una inflamación del tejido intestinal, que puede ir precedida por una infección grave o una reacción de hipersensibilidad a ciertos alimentos. No existe una cura para el IBD, pero se puede paliar la sintomatología del paciente con la dieta adecuada y ciertos medicamentos.

9. Depresión

Aunque el término “depresión” se aplica únicamente a humanos y otros animales muy complejos a nivel emocional, los perros también pueden tener tristeza extrema ante algunos eventos. Según el portal VCA Hospitalsel 36 % de los perros presentan una pérdida de apetito marcada cuando otro can de la familia muere. El 11 % dejan de comer del todo.

En estos casos, lo mejor que puede hacer el tutor es tratar de distraer al perro con actividades conjuntas y no reprimirlo por su tristeza. Todo ser vivo tiene derecho a penar durante un tiempo, siempre y cuando su cuadro emocional no incurra en terrenos patológicos.

10. Preferencias alimenticias

En última instancia, también es necesario tener en cuenta que los perros tienen predilección por algunas marcas y piensos específicos. Si le cambias la dieta de forma drástica a tu perro y de repente deja de comer, es posible que no le agrade su nueva comida o que sea intolerante a algunos de sus compuestos.

Los perros celiacos tienen que cuidar su dieta.

Como ves, un perro que no quiere comer suele esconder una patología subyacente, ya sea anímica o fisiológica. Independientemente de la causa de la falta de apetito, un cuadro de este tipo que dure más de 24-48 horas debe ser notificado a un veterinario con urgencia.


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