Perro alérgico: las alfombras podrían estar contribuyendo a estas alergias

Las alergias cada vez son más frecuentes en los perros; los ácaros suelen ser uno de los alérgenos más comunes

Escrito y verificado por la bióloga Silvia Conde.

Última actualización: 24 octubre, 2019

Las alergias son una respuesta exagerada del sistema inmune a una sustancia, llamada alérgeno, que en condiciones normales no provocaría este tipo de respuesta. Cada vez, es más común encontrar a un perro alérgico a ácaros, pulgas, alimentos o cualquier elemento del ambiente.

¿Cómo saber si un perro es alérgico?

La alergia puede presentarse a cualquier edad, en cualquier raza de perro, aunque es cierto que hay algunas con más tendencia a las alergias, como el bulldog francés.

Los síntomas más comunes de alergia son:

• Picor. A veces, el prurito es tal, que llegan a hacerse heridas o calvas en el pelo de tanto rascar o lamer la zona afectada. Los picores pueden afectar a todo el cuerpo o estar localizados.
• Enrojecimiento. Muy típico en la zona de las orejas o el espacio entre los dedos.
• Vómitos y diarreas. En las alergias alimentarias.
• Otitis. Es muy frecuente en perros alérgicos; para el animal es muy molesto, ya que le produce mucho picor. Es importante tratar las otitis para evitar daños a nivel de oído interno.

Las alergias y las alfombras

Uno de los alérgenos más comunes en perros –y personas– son los ácaros del polvo. Los ácaros son una subclase de arácnidos microscópicos que habitan por todo el mundo, y que suelen encontrarse en el polvo del interior de las casas.

El otoño y la primavera son las peores épocas debido a las lluvias, pero si se dan las condiciones adecuadas, los ácaros pueden encontrarse en cualquier época del año.

El polvo se acumula con facilidad en las alfombras, cortinas, colchones, tapices, mantas… en cualquier superficie que acumule polvo, pero especialmente entre las fibras textiles donde el polvo queda atrapado y prolifera una gran cantidad de ácaros.

Puedes conocer lo que causa alergia en tu perro mediante un test de alergia en el veterinario. Mediante unas muestras sanguíneas y un panel de alérgenos se detectan aquellos que producen reacción.

¿Cómo podemos ayudar a nuestro perro en casa?

Para combatir una alergia lo mejor es evitar aquello que desencadena los síntomas. Es decir, hay que procurar no entrar en contacto directo con los alérgenos.

Los ácaros prefieren un ambiente templado y de humedad alta, así que podemos tomar una serie de medidas para eliminarlos o reducir su número en casa:

• Evitar las alfombras y otros objetos que acumulen polvo. Y si no podemos o queremos evitarlo, hay que lavar periódicamente y dejar secar por completo.
• Lavar cama, mantas y juguetes del perro. Para evitar que acumulen ácaros y suciedad.
• Bañar regularmente al animal, siempre que nos lo haya indicado el veterinario y con un champú adecuado para un uso frecuente. No debemos olvidar secar por completo a nuestra mascota; el pelo húmedo es un hábitat ideal para ácaros y hongos.
• Ventilar. Una ventilación diaria junto a las limpiezas regulares conseguirán eliminar los ácaros.
• Aspirar el suelo. Es mejor que barrer, ya que no levanta el polvo de la superficie del suelo.

Es importante que acudamos periódicamente al veterinario para tratar los síntomas que puedan afectar a la piel y oídos de nuestra mascota, pues seguramente nuestro perro necesite algún tipo de medicamento para eliminar el picor, curar las lesiones de la piel y tratar las otitis que puedan aparecer.

Hay que tener en cuenta que un perro alérgico tiene una sensibilidad especial a la picadura de parásitos externos como pulgas, garrapatas y mosquitos. Por ello, debemos prevenirlo mediante pipetas o collares.

Las alergias no se curan. Hay que aprender a convivir con ellas minimizando el alérgeno, pero si decidimos vacunar contra la alergia no debemos olvidar completar las pautas de vacunación que marque el veterinario.