Esta perrita se aferra a su bebé cuando los iban a eutanasiar, por fortuna los adoptaron a tiempo
Hoy vas a conocer una historia conmovedora protagonizada por una perrita de raza pitbull que se aferra a su bebé para defenderlo de la crueldad humana. La dueña de la canina y su cría no los quería más y por eso decidió llamar a la perrera para que los durmieran sin razón alguna.
No obstante, un milagro salvó sus vidas antes de que este acto se ejecutara. ¿Quieres saber más sobre esta linda madre que no soltaba a su bebé? ¡Sigue leyendo y descúbrelo!
¿Por qué querían sacrificar a la perrita que se aferraba a su bebé?
La eutanasia es un método de muerte digna que muchas personas sin corazón han tomado como una salida de abandono. La dueña de la perrita pitbull que se aferra a su bebé con temor decidió “deshacerse” de ellos con este método.
Sin enfermedades ni causas válidas, esta persona decidió llamar a la perrera para que recogieran a la cánida y a su cría que tenía solo semanas de vida para que los durmieran. Sin embargo, el instinto materno de la peluda conmovió a todos los colaboradores del lugar, ella se aferraba a su cachorro con tal fuerza y entrega que logró cambiar su destino rápidamente.
La adopción cambió el destino de esta madre y su cría
Geiselle Padilla se convirtió en la tutora de la perrita pitbull y su cachorro. Ella misma ha contado la historia de cómo rescató de la muerte a esos seres hermosos. La tía y la madre de esta mujer son animalistas y por ello en algún momento la invitaron a convertirse en hogar de paso para aquellos animales que han sido abandonados.
Fue a través de FundaDog, una organización animalista, que la mujer conoció la historia de la pitbull y su bebé. Ellos la llamaron para contarle el caso y verificar si podía acogerlas, lo que ella y su esposo aceptaron. No obstante, había un factor clave que creó una delgada línea entre la vida y la muerte para estos dos perros.
La salvación llegó un día antes de la eutanasia
Padilla y su esposo estaban de vacaciones en Ciudad de México, ya que ellos son de Nuevo León. Fue allí cuando recibieron la llamada a través de la cual conocieron la historia de la perrita que se aferraba a su bebé para salvarle la vida.
Los profesionales del refugio le contaron cómo la peluda mantenía a la cría en su boca y buscaba protegerla a toda costa, era como si sospechara del peligro que los acechaba. El problema era que ellos regresaban el jueves y la eutanasia estaba programada para el viernes a primera hora. Si el viaje se retrasaba o pasaba algo, no habría nada que hacer.
“Mi tía nos habla y nos dice que les acababa de llegar una perra con su cachorrito que su propia dueña fue y le habló a la perrera para que se los llevara, al parecer ya no la quería y solo la botó para que la durmieran”, recuerda Geiselle.
Los adoptantes casi pierden la oportunidad de salvar a la perrita y su bebé
La pareja llegó el jueves en la noche, así que las esperanzas parecían perdidas. Por ello, al siguiente día madrugaron para impedir el fatal destino de los peludos. Todo estaba listo para ejecutar el procedimiento, pero los esposos interrumpieron con un rotundo “No” y con lágrimas en sus ojos.
“Dentro del antirrábico, cuando la agarraron con el ahoga perros y sin saber su destino, tomó con fuerzas a su único cachorrito y no lo soltó. Ella, aunque no sabía a dónde iba, no lo iba a dejar solo, se aferró a él como lo único que le quedaba”, explica un post de FundaDog en redes sociales, en donde compartieron el caso.
¿Qué pasó con la perrita que se aferra a su bebé?
Padilla logró salvar la vida de la perrita y su cría. Aunque por la actitud sobreprotectora pensó que no se generaría una buena relación entre ellos y su Husky rescatado, todo cambió cuando la madre se sintió segura.
Una vez llegó a casa, la perrita permitió que su nueva familia tuviera contacto con su bebé. “Al abrir la camioneta, ella sola se subió con su bebé, fue cuando vimos que todo estaría bien”, precisó Gieselle.
Fue entonces cuando la adopción se dio de forma oficial y los tres peludos disfrutan de su compañía constante. “Solo le bastó 3 días para adaptarse con nosotros y 2 semanas para que convivieran con el Husky. La verdad es que estoy embarazada y a ella le gusta estar encima de mi pancita”, contó la mujer.