Los últimos perros de Chernobyl

A pesar de los errores del ser humano que llevaron al desastre nuclear de la central de Ucrania –cuando era parte de la URSS– en esta zona aún viven 300 canes, la mayor parte asilvestrados; estos cuentan solo con la ayuda de los guías turísticos que hay en la zona
Los últimos perros de Chernobyl
Eugenio Fernández Suárez

Escrito y verificado por el veterinario Eugenio Fernández Suárez.

Última actualización: 03 marzo, 2018

El desastre de Chernobyl permanece décadas después en el imaginario colectivo de la humanidad, pero no podemos olvidar a algunos de sus supervivientes más inspiradores: hablamos de los perros de Chernobyl.

En 1986 ocurrió uno de los desastres ambientales y humanos más graves de la humanidad, el accidente nuclear más desastroso que ha vivido el hombre. El 26 de abril de ese año se produjo un sobrecalentamiento en la central de Ucrania (cuando pertenecía a la URSS), lo que liberó una cantidad de radiación 500 veces mayor que la de Hiroshima.

El escape de Chernobyl mató directamente a 31 personas e hizo que se evacuaran de forma repentina a más de 100 000 personas, además de establecer todo un plan de contención que aisló 30 kilómetros a la redonda de la central nuclear; a pesar de ello, millones de personas han vivido en áreas con mayor o menor grado de contaminación.

Chernobyl, ¿un refugio para la fauna?

Aunque a día de hoy existe un enorme sarcófago de 30 000 toneladas que sustituye a los anteriores, aún  existe un área de exclusión conocida como zona de alienación donde únicamente viven algunas personas de forma ilegal, pero donde la biodiversidad parece estar retornando.

Tras el desastre, alrededor de la central los pinos murieron y se volvieron de un color rojo y dorado, lo que hizo que se bautizase con el nombre de bosque rojo. En el caso de la fauna, mucha murió o perdió gran parte de su capacidad reproductiva, si bien años después este bosque se ha convertido en un refugio de fauna.

Gracias a que la actividad humana ha desaparecido, los animales salvajes han vuelto e incluso se plantea declarar el lugar reserva natural.  Lo cierto es que pese al desastre, a la larga se ha producido un aumento de la biodiversidad de la zona; aunque parezca increíble, osos, linces, lobos y rapaces amenazadas han recuperado su territorio al haber sido descartado por el hombre.

Chernobyl: animales mutados

Aunque pueda sonar idílico, la mayoría de estos animales tienen bajas esperanzas de vida y malformaciones que dificultan su reproducción. Algunas alteraciones producidas por la radiación son sorprendentes, como el cambio de los patrones en las telas de araña.

Las duras condiciones de los perros de Chernobyl

Sin embargo, hay más animales que han tomado las viejas calles asoladas por el desastre nuclear, en su mayoría perros. Aquellos descendientes de los perros a los que no se permitió abandonar la zona contaminada, han conseguido sobrevivir y reinan entre las cenizas.

Estos perros no han tenido una vida fácil: sus padres fueron separados de sus dueños, a los que vieron irse para siempre en autobuses. Mientras, sus crías han tenido que convivir con fauna salvaje sin la ayuda de los humanos; por ejemplo, Tarzán es un cachorro cuya madre fue devorada por los lobos y al cual cuidan ahora los guías de Chernobyl.

Las condiciones tampoco son fáciles; a los altos niveles de radiación que reducen la fertilidad y esperanza de vida de estos animales se añade la ausencia de refugio para sobrevivir a los duros inviernos que azotan esta región del este de Europa. La mayoría de perros de Chernobyl no llegan a los seis años de edad debido a los restos radioactivos de su cuerpo.

De hecho, muchos animales fueron sacrificados tras la catástrofe; sin embargo, algunos consiguieron sobrevivir y hoy se calcula que en un área de 2 600 kilómetros cuadrados hay más de 300 perros asilvestrados. Prácticamente los perros de Chernobyl superan a sus habitantes, por lo que la mayoría carecen de dueños.

Los guías, la esperanza de los perros de Chernobyl

Por suerte, los perros cuentan con el apoyo de los guías y de la escasa infraestructura turística de la zona, por lo que se quedan cerca de alguna de las cafeterías que aprovechan el tirón turístico de este punto histórico de Europa.

Perros abandonados de Chernobyl

Los guías turísticos también han establecido pequeños refugios de animales, que se convierten en pequeños oasis donde los perros tienen las sobras humanas y un techo para pasar las duras noches ucranianas. Aún así, estas personas lamentan que no exista más colaboración humanitaria con estas antiguas mascotas.

Los turistas aman a los perros, aunque algunos los miran con recelo ante los niveles de contaminación que puedan acarrear. Aunque no parece que sea arriesgado convivir con ellos, algunos guías los evaden para evitarse problemas. Pero la mayoría no pueden resistirse a los encantos de estos animales, que solo buscan la compañía que les fue arrebatada por los errores humanos del pasado.

Un futuro para los perros de Chernobyl

Alguna ONG, como la Fundación Futuros Limpios, ayuda a estos animales estableciendo clínicas veterinarias, para poner vacunas a estos perros de enfermedades como la rabia o la parvovirosis. Una incluso se ha establecido en las instalaciones de la antigua central, lo que permite a los escasos habitantes de la zona llevar a sus animales, además de proporcionar cuidados para los perros vagabundos.

También están realizando castraciones, para llevar un control de natalidad sobre estos animales. Y es que al no poder ser rescatados de la zona por el riesgo que presentan para la salud humana, si nacen más perros estarán condenados a vivir en estas condiciones; por ello, el objetivo final es que no queden perros vagabundeando por Chernobyl.

Por desgracia, parece que los animales también se ven afectados por esta clase de desastres, si bien aún existen personas a las que parece importarles que los perros de Chernobyl vivan felices y con alimento.


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