Llegaste tú y contigo la alegría a mi hogar

Llegaste tú y contigo la alegría a mi hogar

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 23 julio, 2020

Tener una mascota sin importar si es perro o gato, nos llena la vida de felicidad. Su aparición nos hace sentirnos menos solos, amados, necesitados… Es algo que quienes nunca han tenido una mascota no pueden comprender. Es un sentimiento que solo disfrutan quienes viven la experiencia. Por eso decimos que llegaste tú y nuestra vida cambió.

Hemos querido plasmar ese sentimiento en un escrito en el que te veas identificado. Estamos seguros de que la mejor mascota del mundo es la tuya, y que el amor y la amistad entre dueño y mascota, la tenéis vosotros, ¿a qué sí?

Cada vez que te miro, pienso en el día en que llegaste tú a mi vida

perro en el sofa

Estar en el sofá y mirarte, me inspira a recordar, a soñar y a poder revivir el momento en el que apareciste en casa. Llegaste tú y todo cambió. Eras tan tímido, pero pronto fuiste tras mis piernas a buscar refugio, ¡ya confiabas en mí y apenas me conocías! La sensación que me invadió, fue la de un superhéroe que puede proteger a los indefensos, sentí que me necesitabas.

El primer día que tuve que marchame al trabajo, fue horrible dejarte solo allí. Me miraste con cara de tristeza e ibas tras mis pasos intentando colarte por alguna pequeña rendija de la puerta para acompañarme. Me hubiera encantado llevarte, pero por más que intenté explicarte que no era posible, no me entendías… Tus ojos llenos de tristeza me seguía castigando.

Deseaba volver a casa, había estado todo el día preocupado pensando en si todo estaría bien, si me necesitarías. Al regresar, tu alegría al verme fue tan inmensa que olvidé los pipas que habían en el suelo y solo quería abrazarte, besarte y regalarte una golosina. ¿Se puede querer más a alguien?- pensaba. Hoy, 7 años después de ese día, puedo asegurar que no.

Mirarte es recordar, soñar y volar hacia una convivencia juntos en la que hemos pasado buenos momentos y… ¡solo buenos! Tú trajiste la alegría a mi vida, a mi hogar. No importó cuántos cambios vinieron, o cuántas personas se quedaron en mi vida, las quisiste tanto como a mí. Eso me facilitaba las cosas. Aunque imagino que eso es algo que has hecho toda la vida, facilitarme la existencia.

Me encanta verte con mi pareja pidiendo sus mimos, o durmiendo bajo la cuna de mi bebé para protegerlo. Eres pequeño, pero estoy seguro de que darías la vida por él si hiciera falta. Eso me llena de orgullo y felicidad. Estoy seguro de que jamás podría haber encontrado un compañero de vida más ideal que tú.

Tú haces mi vida más bella

perro-mujer-tumbados

Y aunque ahora comparto tu amor, para nada me siento celoso, pues sé que me quieres de una manera especial, que cuando necesitas algo o a alguien siempre soy yo tu primera opción. ¿Qué más puedo pedir? Me regalaste una vida llena de amor, un hogar sin soledad, una existencia repleta de felicidad.

Dicen que ser dependiente de alguien te hace ser agradecido. Dicen que las mascotas son dependientes, pero ¿sabes? Soy yo quien tiene que agradecerte haber hecho mi vida más bella, enamorar a mi pareja con tus carantoñas y juegos, proteger a mi hijo aun si tu vida va en ello, hacerme reír cuando lo necesito, venir a mi lado cuando he necesitado apoyo.

No hay nada que pueda decir más que gracias y gracias por haber llenado mi vida de felicidad. Gracias por existir, gracias por elegirme para acompañarte en tu vida, gracias por tu amor, tu protección y tu lealtad, pero sobre todo, mil gracias por hacerme feliz. Y deseo con todo mi corazón que tú sientas que yo te he ayudado a serlo también.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.