Las diferencias entre sapos y ranas

Aunque puedan parecer lo mismo, lo cierto es que estos animales divergen tanto en lo relativo a los colores o rugosidad de la piel como en lo que respecta a la presencia o carencia de membrana entre los dedos
Las diferencias entre sapos y ranas
Laura Huelin

Escrito y verificado por la educadora canina Laura Huelin.

Última actualización: 14 octubre, 2022

Los sapos y las ranas pertenecen a la misma familia, pero si los miramos atentamente podemos distinguirlos. Te damos las claves para encontrar las diferencias entre sapos y ranas, ¡ya que no siempre es fácil!

Las complicadas diferencias entre sapos y ranas

Las ranas y los sapos pertenecen a la misma familia de los anfibios: los anuros. Tienen unas cuantas características en común, y unas cuantas diferencias que los dividen.

Tanto sapos como ranas son anfibios y tienen un cuerpo redondo y corto. Ambos tienen cuatro patas, de las cuales las traseras son más fuertes. Tienen los ojos grandes y vivaces, pero, al contrario que las salamandras, no tienen cola. Pueden ser de muchos colores diferentes y tienen una dieta parecida, basada en insectos y otros pequeños animales.

Además de todas estas similitudes, podemos notar unas cuantas diferencias entre sapos y ranas: son unas cuantas características que podemos notar a primera vista o para las que necesitaremos un estudio en mayor profundidad.

El aspecto de la piel

Una de las diferencias entre sapos y ranas más obvia es su piel: las ranas tienen una piel lisa y brillante, y habitualmente con el aspecto de estar húmeda. Además, pueden ser de colores muy diferentes: algunos de los animales más coloridos del planeta son ranas, como las ranas dardo venenoso. Las ranas comunes que nos podemos encontrar en zonas húmedas serán de vivos colores verdes y amarillos.

Rana y sapo: diferencias

En cambio, los sapos tienen la piel rugosa. Tiene aspecto de ser áspera y seca. En cuanto a sus colores, los sapos son menos lucidos que las ranas: son de colores pardos y apagados. Esto se puede explicar gracias a sus diferentes hábitats.

El hábitat

Aunque ambas especies son anfibios, las ranas viven en zonas más húmedas que los sapos, que pueden prescindir del agua durante más tiempo.

Las ranas viven en ríos y charcas, o en cualquier lugar con la humedad suficiente. Su piel tiene aspecto húmedo porque, de hecho, está húmeda. Las ranas no suelen alejarse durante demasiado tiempo de su hábitat acuático, aunque pueda hacer pequeños viajes por tierra firme en busca de alimento.

Por el contrario, los sapos pueden permanecer alejados del agua mucho más tiempo. A veces se esconden en la tierra y se alejan durante horas o días de los ríos o las charcas; gracias a su color pardo pasan desapercibidos con mucha facilidad.

Sapo y rana: diferencias

En cambio, ambas especies se reproducen en el agua: tanto ranas como sapos depositan los huevos en el agua y, cuando estos eclosionan, nacen renacuajos. Durante las primeras semanas de vida, antes de que desarrollen patas y pulmones, solamente pueden vivir bajo el agua.

Las patas y dedos palmeados

Si nos encontramos un anuro y queremos saber si es un sapo o una rana, y ni el hábitat ni el aspecto de la piel nos dan las claves, hay otras diferencias entre sapos y ranas que podemos tener en cuenta. Por ejemplo: sus patas.

Las patas de las ranas son más fuertes y hábiles que las de los sapos. De esta manera, las ranas pueden dar largos saltos para desplazarse. En cambio, las patas de los sapos solamente son capaces de propulsarlo a base de pequeños saltos, y les costará mucho subirse a árboles o arbustos.

Otra sutil diferencia está en los dedos: habitualmente, las ranas tienen las patas palmeadas: entre los dedos tienen una membrana. Gracias a ella, le resulta mucho más sencillo manejarse dentro del agua. Los sapos, como están más preparados para moverse por la tierra, carecen de esta membrana.

La prueba definitiva: el ADN

A pesar de todo esto, hay especies en las que las diferencias entre sapos y ranas no están claras o son confusas: por ejemplo, hay especies de sapos con la piel lisa y brillante, y especies de ranas con las patas cortas y poco potentes.

Por eso, la prueba definitiva para saber si un animal pertenece a familia de las ranas o a la de los sapos está en una prueba de ADN: solamente a nivel genético se pueden distinguir algunas especies. Pero si te interesa mucho distinguir a un animal, es más sencillo que sepas identificarlo bien y buscarlo en una enciclopedia animal.

Las diferencias entre sapos y ranas son varias: la piel o las patas son pistas que podemos emplear para identificarlos. Sin embargo, algunas especies son ambiguas y necesitaremos la ayuda de un experto para decidir a qué especie pertenece cada animal.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.