Las codornices, reservorio desconocido de los virus Toscana y Sicilia
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Al igual que otros animales silvestres, las codornices comunes (Coturnix coturnix) son susceptibles de contraer diferentes enfermedades e incluso volverse reservorios de bacterias, virus y parásitos. Aunque esto no suele representar un problema ecológico, la distribución y el comportamiento migratorio de esta ave la podrían convertir en una amenaza para la salud.
Claro está, no todas las patologías que padecen las codornices se pueden contagiar a otros animales. Sin embargo, un reciente estudio parece indicar que son portadoras del virus Toscana y el flebovirus siciliano (virus Sicilia), un grupo de patógenos que afectan a especies domésticas y a humanos. Sigue leyendo este espacio y descubre qué significan estos nuevos hallazgos.
¿Qué ocasionan el virus Toscana y el flebovirus siciliano?
El virus Toscana y el flebovirus siciliano son un tipo de patógenos virales que pertenecen al mismo género (Phlebovirus) dentro de la familia Phenuiviridae. Ambos son capaces de infectar tanto a animales domésticos como a los humanos. No obstante, solo en estos últimos se han registrado casos clínicos de importancia que a veces se complican.
Estos virus se caracterizan por provocar eventos febriles de intensidad variable, náuseas, dolor abdominal, erupciones cutáneas y migraña. La única diferencia que existe entre los dos es que el virus Toscana ocasiona problemas neurológicos como la meningitis o encefalitis. Mientras que el flebovirus siciliano tiene cuadros clínicos más leves.
El tratamiento de estas infecciones es sencillo y consiste en el uso de medicamentos paliativos para controlar los síntomas. Por el momento no existen vacunas ni fármacos especializados que erradiquen a estos virus, así que se hace un seguimiento de soporte hasta que se cure el paciente (entre 3 y 7 días).
¿Cómo se transmiten el virus Toscana y el flebovirus siciliano?
Tanto el virus Toscana como el flebovirus siciliano son transmitidos por los flebótomos, un grupo numeroso de dípteros (mosquitos) hematófagos. Una vez que se contagian con el virus, se convierten en vectores que infectan a otros animales por medio de su picadura.
Los flebótomos suelen alimentarse de distintos mamíferos, reptiles y aves, incluidos los humanos. Esto significa que pueden contagiar a una amplia variedad de animales. Aun así, no todos ellos presentan síntomas clínicos, ya que algunos se pueden convertir en reservorios naturales para el virus.
¿Qué son los reservorios naturales?
Se les denomina reservorios naturales a aquellos animales infectados por el virus que lo hospedan a largo plazo. A pesar de que son portadores del patógeno, la mayoría son asintomáticos y su vida no corre peligro. De esta forma, el agente infeccioso se mantiene presente en la naturaleza y logra sobrevivir.
Además, los reservorios naturales también sirven como focos de infección que dispersan al patógeno en el área. No obstante, lo hacen de manera indirecta, puesto que necesitan de los vectores (mosquitos) para contagiar a otros animales.
Las codornices son reservorios naturales del virus Toscana y el flebovirus siciliano
Según un estudio de la revista Frontiers in Microbiology, se ha encontrado evidencia de que las codornices comunes son reservorios naturales del virus Toscana y el flebovirus siciliano. Si bien es cierto que estos patógenos son conocidos por utilizar de hospederos a los perros, los gatos, las cabras, los caballos y los murciélagos, ninguno de ellos representa un peligro tan grande como estas aves.
Esto se debe a que las codornices comunes son una especie que tiene grandes movimientos migratorios en Europa, Asia y África. Por lo tanto, si se infectan con estos virus, tienen la capacidad de dispersarlos por diferentes países. Además, también son empleados para consumo humano, lo que incrementa la probabilidad de infecciones sin necesidad de vectores (mosquitos).
Aunque suena alarmante, la presencia de las codornices no ha tenido un impacto negativo en la salud de la población. De hecho, en Europa, la cantidad de casos clínicos ocasionados por el virus Toscana y el flebovirus siciliano es reducida y se restringen a la región del Mediterráneo. Una posible explicación a esta situación parece ser la ausencia de los mosquitos flebótomos, lo cual limita la transmisión del virus.
Por supuesto, el objetivo de este espacio no es generar pánico ni odio hacia la codorniz, sino hacer consciencia sobre el peligro que se corre al entrar en contacto con la fauna silvestre. Con las precauciones adecuadas, es poco probable infectarse con estos virus. Aun así, es mejor restringir el contacto con cualquier tipo de especie salvaje para evitar exponerse a patógenos.
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