La salud del shorthair británico

El shorthair británico es un gato muy conocido por su aspecto de peluche y su gran sonrisa, aunque no está exento de la posibilidad de padecer alguna enfermedad hereditaria
La salud del shorthair británico
Silvia Conde

Escrito y verificado por la bióloga Silvia Conde.

Última actualización: 02 mayo, 2019

Hoy en Mis Animales te presentamos al shorthair británico, un gato que seguro que sabes reconocer por su cara redonda y pelaje afelpado. Te enseñaremos algunos de los cuidados básicos que precisa esta raza, las enfermedades comunes y algunos consejos para mantenerlo sano y feliz.

El shorthair británico, la sonrisa del gato de Cheshire

El shorthair británico, british shorthair o británico de pelo corto es muy popular, sobre todo en Reino Unido, de donde procede. Es un gato de tamaño mediano, de unos cinco a ocho kilos de peso. Lo más característico es su cara ancha y redonda, su eterna sonrisa y su grueso pelo afelpado.

Puede ser de cualquier color, pero el gris azulado es el más común. Suele mudar el pelo abundantemente durante todo el año, por lo que se aconseja un cepillado semanal para reducir las bolas de pelo.

Es un gato apacible, paciente, estable pero a la vez independiente y algo enérgico. Este felino es sociable y suele llevarse bien con otros animales y personas.

Enfermedades asociadas al shorthair británico

La selección artificial hecha por el hombre mediante cruces ha conseguido que diferenciemos unas razas de otras por el color de pelo, la textura, los ojos, la forma… Pero también ha arrastrado otros caracteres genéticos, como ciertas enfermedades.

Esto no significa que todos los individuos vayan a padecer la enfermedad a la que está predispuesta su raza, pero tienen más posibilidades que otros. El shorthair británico es propenso a padecer las siguientes enfermedades:

Miocardiopatía hipertrófica

La miocardiopatía hipertrófica es una enfermedad del corazón. En concreto afecta al músculo cardíaco, que se engrosa (hipertrofia): se reduce el volumen de sangre que entra al corazón y, por tanto, disminuye la cantidad de sangre que el corazón puede bombear en cada contracción.

Shorthair británico: enfermedades

El sexo parece ser otro factor que predispone a la miocardiopatía en esta raza. Son los machos los que suelen padecer la enfermedad y las hembras, si la padecen, suelen manifestarla con más edad. Esta tendencia también se repite en otras razas como el Maine Coon.

Para diagnosticar esta enfermedad es necesario un examen ecocardiográfico que valore el tamaño y funcionamiento del corazón. La cardiomiopatía es una patología progresiva, aunque su evolución puede ser lenta.

El especialista veterinario establecerá el tratamiento adecuado en cada caso. Los fármacos recomendados se emplean para aliviar todos los problemas subyacentes: relajan el corazón para que se llene más el ventrículo, bajan la tensión si hay hipertensión, evitan trombos, edemas, etc.

Riñones poliquísticos

Este trastorno hereditario también es muy común en la raza persa y los cruces que han surgido de ella. De hecho, el british shorthair se ha cruzado con el persa. En esta enfermedad en los riñones se van formando quistes llenos de líquido. Estos quistes empiezan siendo pequeños, pero, conforme avanza el tiempo, aumentan y pueden llegar a dañar el riñón y causar fallo renal.

Los riñones poliquísticos pueden comenzar desde el nacimiento del gatito. Los quistes crecen lentamente, de ahí que podamos no observar síntomas hasta que el gato es adulto o de edad avanzada. Es un solo gen dominante el que causa los quistes, y es que basta con que uno de los padres esté afectado para heredar y desarrollar la enfermedad.

No existe tratamiento que pueda prevenir el desarrollo del fallo renal en un gato afectado. Los quistes no se pueden extirpar, ni se puede impedir que crezcan. Hay tratamientos para intentar disminuir el trabajo de los riñones y evitar los efectos secundarios producidos por insuficiencia renal. Con ellos podemos mejorar la calidad de vida del gato.

Problemas dentales

Esta raza, junto a los persas o exóticos de pelo corto, suelen tener los dientes mal alineados. La mala alineación impide que los dientes se limpien por la abrasión natural que se produce al masticar.

Problemas dentales en el shorthair británico

Estas dentaduras son más propensas a acumular sarro y placa. La acumulación de sarro puede provocar gingivitis, por lo que es recomendable mantener limpia la boca de estos gatos.

Estos son los problemas de salud más frecuentes, asociados a su genética. Como cualquier otro gato, el shorthair británico precisará de revisiones veterinarias mínimo una vez al año, ser alimentado con un buen pienso, hacer ejercicio para evitar la obesidad y disponer de todo lo que necesita un gato doméstico.


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