Holanda, sin perros callejeros

Holanda, sin perros callejeros

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 17 noviembre, 2017

La existencia de perros callejeros no hace más que exhibir uno de los problemas más infravalorados que existen en el mundo. Aun cuando en este contexto los canes estén a expensas de sufrir cualquier tipo de daños, en muchos países se sigue viendo esto como algo para lo que no es necesaria una solución.

Afortunadamente no todos son así. Existen naciones que han tomado diferentes tipos de medidas que permiten brindarles al mejor amigo del hombre una vida más digna y alejada de los males que pueden sufrir cuando se encuentran sin familia y sin hogar.

Uno de ellos es Holanda, país que ha logrado la impresionante gesta de no tener perros callejeros. Este hecho ha significado un auténtico ejemplo de humanidad y amor por estos compañeritos de cuatro patas.

Si conocías esta admirable realidad, a continuación te contaremos un poco sobre ella.

Concienciación

perro mujer violencia de genero

Como es de imaginar, una de las razones más importantes para que en esta nación no existan perros callejeros es el alto nivel de compromiso que tienen sus habitantes. Tanto para los canes como para otros seres vivos, perciben el maltrato animal como un crimen tan deplorable como cualquier otro.

Y es que en Holanda, al igual que ocurre en otros países europeos como Inglaterra, el can es tratado de la misma forma que a un ser humano. Este hecho se traduce en situaciones como que si una familia tiene un perro, este nunca es considerado como una simple mascota, sino como otro miembro tan importante como un hijo.

Como es de suponer, los derechos de los animales resultan tan fundamentales como el de las personas. Esta situación que hace de Holanda una de las naciones más admirables en la forma en la que tratan a otras especies.

Historia de los perros callejeros

A pesar de la admirable mentalidad de los holandeses en cuanto a este tema, lo cierto es que esta no se desarrolló de la noche a la mañana. Resulta imprescindible explicar las raíces que han traído como consecuencia la afortunada realidad que viven los canes hoy en día en este país.

Dichas raíces datan del siglo XIX, cuando la cantidad de perros callejeros que existían en Holanda era tan grande o mayor que la que hace poco podía existir en Tailandia.

Este  hecho trajo como consecuencia un preocupante brote de rabia entre la población neerlandesa de la época provocada por las escasas medidas de salud que se tomaban.

La razón por la que existían tantos canes viviendo en las calles se produjo por la popularización de la compra de perros de raza.

Esta situación llegó a un punto tan extremo que el Gobierno optó por cobrar costosos impuestos a quien tuviera a uno de estos animales viviendo con él. Ello provocó que los dueños se decidieran por echarlos a la calle al no poder pagar.

A partir de esta terrible situación en la que también era víctima el mejor amigo del hombre, nacieron en el año 1886 las primeras asociaciones para la protección del animal, las cuales lucharon fuertemente para que se les brindara a los animales el trato digno y justo que estos merecen.

Leyes y medidas actuales

cariño entre mujer y perro

Lejos de quedar en un intento infructuoso por proteger a estas especies, el triunfo de dichas asociaciones es lo que ha generado hoy en día  que no existan perros callejeros en Holanda.

Y es que a partir de la lucha de quienes decidieron solidarizarse con la causa animalista, se llegaron a establecer una serie de leyes en el siglo XX que han resultado fundamentales.

La más importante de estas es la Ley de Salud y Bienestar animal. Se trata de un castigo ejemplar que va de una multa de 17 mil euros o 3 años de prisión para cualquier persona que atente contra la mascota.

De igual forma, el Gobierno también ha establecido medidas llamativas como campañas de esterilización para evitar que cualquier perrito viva luego en la calle.

De igual forma, este país cuenta con numerosas asociaciones que sacan a los canes de las calles para brindarles un buen cuidado y posteriormente darlos en adopción.

 


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