Hay una serpiente en el jardín: ¿qué hago?

Estos reptiles son inofensivos, y no atacarán siempre y cuando no las acorralemos o las pisemos, ya que tienden a huir de las personas
Hay una serpiente en el jardín: ¿qué hago?
Eugenio Fernández Suárez

Escrito y verificado por el veterinario Eugenio Fernández Suárez.

Última actualización: 25 mayo, 2018

La actividad de la mayoría de animales sufre un aumento en primavera, especialmente de algunos reptiles como las serpientes. Es por ello que es común que en estas fechas pueda aparecer una serpiente en el jardín o incluso en casa.

En ocasiones, las serpientes pueden quedar atrapadas por estructuras hechas por las personas, como pueden ser en piscinas y estanques. Es por ello que muchas veces las serpientes que nos encontremos necesitan ayuda, y no que nos asustemos.

Lo cierto es que las serpientes no entrañan un peligro para el hombre, por lo que debemos actuar con la cautela y respeto que merece un animal protegido.

¿Qué hago con una serpiente en el jardín?

En primer lugar, hay que insistir en actuar con tranquilidad. Es conveniente moverse con cautela aunque no sea peligrosa, ya que los sentidos de las serpientes son muy sensibles a los temblores del suelo y se puede estresar.

Si tenemos una serpiente en el jardín debemos no perderla de vista y saber dónde se encuentra en cada momento, no porque sea peligrosa, sino por tenerla controlada para poder cogerla o indicar al Seprona o algún organismo o profesional que llamemos dónde se encuentra.

Culebra bastarda

Una serpiente en el jardín: identificación

Escasas serpientes de la península ibérica son venenosas, pero alguna tenemos, por lo que conviene saber identificar estos animales. Especialmente importante es saber distinguir las diferencias entre culebras y víboras, ya que las víboras sí contienen veneno.

Es especialmente importante que hagamos esta identificación antes de tocar al animal, ya que de ella depende si manejar a estos animales entraña algún riesgo.

Para ello, os recomendamos usar grupos de herpetología en las redes sociales, que suelen responder con gran prontitud; es importante tener la opinión de varias personas antes de arriesgarnos a manejar un ejemplar.

Una serpiente en el jardín: ¿a quién llamo?

Lo mejor es que avises a alguna asociación de herpetología, al 112, al Seprona o a los agentes medioambientales de tu zona. Si ninguna de estas opciones sale adelante, y has identificado una especie no peligrosa, podrás rescatarla tu mismo.

Si vivimos en sus cercanías, también podemos llamar a centros de recuperación como AMUS o GREFA, que incluso tienen recomendaciones para estos casos, y que nos darán consejos sobre cómo actuar.

En caso de que consigamos que alguien nos atienda, debemos continuar vigilando a la serpiente para que los agentes la encuentren. Si debemos rescatar a la serpiente nosotros, debemos coger un cubo o caja y dirigir a la serpiente con un palo. 

Qué hacer si me encuentro una serpiente

Una vez hayamos hecho esto, podemos liberarla en una zona de matorral o bosque cercana, o llamar al 112 en caso de que no pudiésemos hacerlo anteriormente.

Solo se recomienda realizar estas actuaciones si la hemos identificado correctamente y estamos seguros, y si el animal está en peligro. Es normal que las serpientes vivan en nuestros jardines, y pueden ser parte de su fauna normal; aunque son inofensivas, pueden atacar si las manipulamos.

Una serpiente en el jardín: animales protegidos

Debemos mentalizarnos de que todas las serpientes rehuyen la presencia humana: solo nos atacan si se sienten acorraladas y acosadas, como por ejemplo cuando las pisamos.

Además, todos los diferentes tipos de serpientes de la península ibérica son especies protegidas, por lo que nunca podemos agredirlas o molestarlas de forma intencionada.

Cuando nos encontramos una serpiente en el jardín, es habitual que sean las culebras bastardas y las culebras de escaleras. Estas culebras son inofensivas, aunque pueden mostrar agresividad si las manejamos.

Por desgracia, las serpientes siguen siendo unas criaturas denostadas y que dan miedo, pero debemos concienciarnos que no entrañan un peligro real para el ser humano, al menos en regiones como Europa.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.