¿Hay orugas que pueden ser peligrosas?

Además de su innegable belleza, muchas orugas pueden ser peligrosas y representan un riesgo en caso de contacto directo
¿Hay orugas que pueden ser peligrosas?
Luz Eduviges Thomas-Romero

Escrito y verificado por la bioquímica Luz Eduviges Thomas-Romero.

Última actualización: 30 julio, 2022

Aunque parezcan ser animales inofensivos y hasta vulnerables, existen orugas que pueden ser peligrosas, ¡y mucho! Por ello, no debes proceder a manipularlas sin tener en cuenta ciertos aspectos.

Ten presente que un riesgo adicional es que estas criaturas lucen absolutamente encantadoras. Muestran varios colores, patrones y texturas que les ayudan a sobrevivir hasta el momento de pasar a pupas y, finalmente, convertirse en mariposas o polillas.

Estrategia de defensa de las orugas que pueden ser peligrosas

Cabe decir que las orugas son criaturas muy ricas en proteínas y bastante indefensas, lo que las convierte en un alimento básico para la cena de otros muchos animales. En este contexto, es natural que las orugas hayan desarrollado diversos medios de protección.

Es común, que sus marcas y partes del cuerpo hagan que la oruga parezca más grande o llamativamente peligrosa. Muchas orugas poseen pelos urticantes: cerdas huecas que contienen toxinas producidas por glándulas venenosas. Al tacto, estas estructuras pueden romperse y liberar el veneno.

Además, las reacciones a estas toxinas van desde picazón leve hasta dolor intenso y, en el caso de la oruga gigante de la polilla del gusano de seda, incluso la muerte. ¡Pero atención! Antes de aplastar una oruga, recuerda que las picaduras solo ocurren cuando se las toca y se sienten amenazadas.

Oruga ensillada

La hermosa oruga ensillada (Acharia stimulea) es nativa del este de los Estados Unidos, prolifera en zonas de climas más cálidos. Su nombre proviene de las marcas características que asemejan que la oruga lleva una montura verde brillante con asiento marrón.

La oruga ensillada (Acharia stimulea).

Además, posee pelos urticantes que recubren los bordes inferiores del cuerpo de la oruga y dos cuernos carnosos en cada extremo. Estos pelos están cargados de veneno y al contacto con la piel puede causar hinchazón dolorosa, sarpullido y náuseas. La erupción puede durar días.

Oruga gato o peluche

Esta oruga (Megalopyge opercularis) tiene una apariencia inusual. Posee pelos largos que recuerdan a un gato persa o algún otro animal de pelo largo. Así, también se la conoce como oruga peluche,​​​​ gato lanudo y oruga pollito.

Es importante destacar que es una de las orugas más tóxicas de América del Norte, sus “pelos” son en realidad espinas venenosas. Al tacto, el veneno provoca una fuerte reacción. Inmediatamente, aparecerá una erupción, seguida de un dolor bastante intenso.

La oruga gato o peluche (Megalopyge opercularis).

Además, el dolor puede irradiarse a otras áreas conectadas al sitio de la herida y otros síntomas incluyen ardor, hinchazón, náuseas, dolor de cabeza, dolor abdominal, ampollas y, en casos graves, dolor en el pecho, entumecimiento o dificultad para respirar.

La oruga de la polilla Io

La oruga de la polilla io (Automeris io) catalogada dentro de las 13 orugas más tóxicas de América. Su cuerpo está cubierto de púas verdes ramificadas. Cada uno de los pelos termina en una punta negra que libera veneno cuando se rompe, generalmente dentro de la carne del depredador.

Así, estas espinas pueden incrustarse, causando irritación más allá de la picadura inicial. Con frecuencia este emponzoñamiento requiere atención médica. Esta oruga se distribuye en toda Norteamérica. Además, se alimentan de una variedad grande de plantas, que incluye el maíz, la rosa, la sauce, el tilo, el olmo, el manzano, la haya, el fresno, la grosella, y el trébol.

La oruga polilla (Automeris io).

¿Qué ejemplar destaca entre las orugas que pueden ser peligrosas?

Las orugas de Lonomia (Lonomia obliqua) al entrar en contacto con la piel, ocasionan una reacción local inicial. Así, las cerdas en forma de lanza penetran en la piel y entregan una dosis de toxina que provoca dolor de cabeza, fiebre, vómitos y malestar general.

Posteriormente, de 12 a 24 horas después, el afectado presenta un cuadro hemorrágico caracterizado por una intensa actividad fibrinolítica, que puede incluso provocar la muerte.

Por último, desde 1967 se han informado accidentes por orugas del género Lonomia y de otras de la familia  Saturniidae en Venezuela, Brasil, Perú, Guyana Francesa, Paraguay y Argentina. En esas localidades se la considera una oruga asesina.


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