Goldfish o pez dorado: consejos avanzados

El goldfish o carpín dorado es el primer contacto de muchos con el mundo de la acuarofilia. A pesar de su distribución global, esta especie requiere de más cuidados de los que en un principio podría parecer.
Goldfish o pez dorado: consejos avanzados

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 26 agosto, 2020

El goldfish, carpín dorado o carpa dorada (Carassius auratus) fue uno de los primeros peces domesticados por el hombre, y a día de hoy, es una de las especies más comunes en el mundo de la acuarofilia.

Por desgracia, este animal suele ser el primer contacto de muchas personas con una mascota, y por ello, puede llegar a sufrir un destino incierto y una desatención propia de un tutor muy joven o sin experiencia.

Por este motivo, aquí queremos mostrarte consejos avanzados sobre el  goldfish, pues por sorprendente que parezca, se trata de un animal con muchos más requerimientos de los que la gente inexperta piensa.

1. La pecera en forma de bol está prohibida

«El pez crece según el tamaño de la pecera, así que no te preocupes por el espacio», es una afirmación que sin duda habrás escuchado decir a más de un vendedor sin experiencia. Esto es una verdad a medias, pero para nada debe justificar un habitáculo reducido para el animal.

Sí que es cierto que la presencia de agua estancada en el habitáculo incide en el empobrecimiento en sales químicas e iones, lo que se traduce en una deficiencia a la hora de sintetizar y secretar hormonas por parte del animal.

También es una realidad el hecho de que los peces producen feromonas de reclamo sexual y defensa del territorio. Estas, en acuarios sobrepoblados, pueden llegar a limitar el crecimiento de sus integrantes.

La falta de espacio y mala calidad del agua desde luego inciden en el crecimiento del animal, pero ni mucho menos esto va a causar que un pez de una talla media de 20 centímetros se quede en cinco centímetros de longitud toda su vida.

Por ello, la regla general es que cada goldfish adulto requiere de 80 litros por individuo en el acuario. Ninguna pecera en forma de bol puede aportar esta cantidad, ni mucho menos el sistema de filtrado necesario para mantener al animal sano.

Goldfish en una pecera de bola.
Un ejemplo de lo que nunca hay que hacer.

2. La arena: una mala compañera para el goldfish

Los carpines dorados son peces rechonchos, curiosos y glotones que se llevarán a la boca todo lo que puedan. Por desgracia, la arena puede formar bolos fecales en el intestino del animal, causando una impactación y la muerte posterior.

Por ello, desde aquí desaconsejamos totalmente el uso de arena como sustrato para el acuario. Si se quiere aportar una imagen natural al habitáculo se puede utilizar grava, siempre compuesta por rocas grandes que el animal pueda expulsar por la boca tras ingerirlas.

De todas formas y sin ninguna duda, la mejor opción siempre será no utilizar sustrato alguno. Aunque aporte una imagen poco natural al acuario, facilita el trabajo de limpieza y evita que el pez ingiera material inorgánico que no pueda digerir.

3. Cuidados para cada variedad

La variedad de morfotipos dentro de la especie Carassius auratus es abrumadora. Todos habréis visto alguna vez en la tienda de animales de confianza a un goldfish negro con los ojos saltones. En este caso, hablamos de la variedad telescopio.

Aún así, existen muchos más tipos según los criterios morfológicos y cruces realizados: ranchú, oranda, fantail, ojos de burbuja y otros muchos. Cada variedad tiene cuidados específicos que debes conocer antes de adoptar a un ejemplar especial.

Por ejemplo, los ojos de burbuja y telescopios son más susceptibles a presentar lesiones en los ojos debido a la fragilidad de su aparato ocular. Por ello, apartar decoración con bordes puntiagudos se hace esencial a la hora de adoptar a un ejemplar con este morfotipo.

4. Compatibilidad reducida

Las especies de peces que pueden convivir con el goldfish son pocas, pues estamos ante unos animales de agua fría, mientras que casi todo el resto de peces domésticos son tropicales.

Existen aplicaciones fehacientes que recogen las posibles especies compatibles con el carpín dorado, pero siempre debemos tener en cuenta una cosa: las temperaturas altas están fuera de la ecuación con los goldfish, pues generan estrés en ellos, y con el tiempo, la muerte.

Un ejemplar de goldfish oranda.
Un ejemplar de goldfish de la variedad oranda.

Un pez sencillo de cuidar, pero no tanto

Como habréis podido observar en estas líneas, en el mundo del cuidado de los goldfish no todo vale. La típica pecera en forma de bol acabará con la vida del animal rápidamente, pues carece de espacio, oxigenación y un sistema de filtrado mínimos para el bienestar animal.

Además, si no se tienen en cuenta factores asociados a la variedad del animal tales como el sustrato, la decoración o las especies que pueden cohabitar con él, el destino del pez puede verse comprometido. Es necesario informarse antes de adoptar cualquier animal.

 

 


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