Los gatos pueden padecer hipertiroidismo

Los gatos pueden padecer hipertiroidismo

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 18 noviembre, 2017

Nos puede resultar extraño escuchar que nuestras mascotas pueden sufrir enfermedades que nosotros sufrimos, pero así es. En este caso vamos a hablarte del hipertiroidismo y la relación que tiene con los gatos. 

Para entrar en materia primero veamos qué es esta enfermedad y cómo puede afectar a nuestros felinos.

Qué es el hipertiroidismo

enfermedades comunes en los gatos

El hipertiroidismo está causado por un trabajo excesivo de la glándula de la tiroides o también conocida como glándula tiroidea.

Este trabajo excesivo genera un exceso de hormonas tiroideas que son las que se encargan de controlar muchos procesos del organismo. Al haber una sobreabundancia, el cuerpo se descontrola y esto puede generar muchas enfermedades.

Según la Asociación Veterinaria de Amigos Felinos, 1 de cada 10 gatos mayores sufren esta enfermedad, generando problemas muy graves de salud en ellos.

No obstante, a pesar de que su salud puede empeorar de forma alarmante, en la mayoría de los casos puede controlarse con un tratamiento que consigue en la mayor parte de los casos la curación.

Qué provoca el hipertiroidismo en los gatos

La aceleración de la glándula tiroides causa una aceleración también en el cuerpo del gato. Este acelerará su metabolismo, quemará energía mucho más rápido y por tanto bajará notablemente de peso. Sin embargo, su apetito aumentará.

Aunque se ha comprobado que el hipertiroidismo puede ser provocado por un tumor maligno, esto solo ha sucedido en un 2% de los casos, por lo que la causa general de esta afección aún no es conocida, pues no se han encontrado puntos comunes entre los afectados.

En lo que tiene que ver con su apariencia, su pelo perderá lustrosidad y fuerza.

El animal tendrá una sed desmesurada, por lo que orinará con más frecuencia y su comportamiento puede irse a los extremos. Si es un gato joven, podría parecer que ha envejecido de repente, y si es uno mayor, podría tener la misma energía que un cachorro de nuevo.

Unas causas no tan normales pero que pueden suceder en algunos casos son la debilidad, vómitos y diarreas, depresión, estrés y problemas para respirar.

Tratamiento para el hipertiroidismo

El hipertiroidismo, afortunadamente, no es una enfermedad que matará a tu gato, porque los tratamientos contra ella son eficaces y efectivos. Los hay de 3 tipos:

  • Medicación
  • Cirugía
  • Iones radiactivos

Como todo, cada uno de estos tratamientos tiene sus pros y sus contras:

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  • La medicación por ejemplo, es muy efectiva para controlar la creación de hormonas de la tiroides. Es capaz de hacer que todo vuelva a su lugar y que la tiroides funcione con normalidad, pero no cura definitivamente la enfermedad, por lo que si escoges esta opción, tu gato deberá medicarse de por vida.
  • La cirugía erradicará el problema, pues con tan solo una sencilla operación se extraerán las glándulas tiroideas regulando así la generación de hormonas. De este modo tu gato ya no tendrá que estar tomando medicación toda la vida. Eso sí, por muy sencilla que sea una cirugía, puede conllevar riesgos.
  • Los iones radiactivos que en este caso se aplican en forma de yodo son muy eficaces a la hora de combatir esta enfermedad. Ya se ha probado en miles de casos de gatos con hipertiroidismo teniendo éxito en el 100%.

El tratamiento de iones radiactivos consiste en aplicar a diario unas inyecciones de yodo radiactivo que atacarán a las glándulas, controlándolas y haciendo que no creen más hormonas de la cuenta. ¿La ventaja? En solo dos semanas tu gato estará curado por completo, sin cirugías y sin medicación de por vida.

Recuerda que si tienes una mascota es importante que durante todo el proceso de su vida la mantengas vigilada para notar con rapidez cualquier cambio que haya en su carácter, pues como en este caso, estos pueden ser síntomas de una enfermedad.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.