Cuidados básicos del jerbo

Cuidados básicos del jerbo

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 28 noviembre, 2017

Quizá cuando hayas leído el título te hayas preguntado qué es un jerbo. Pues bien, un jerbo es un roedor que pertenece a la familia Muridae. Sus patas traseras están más desarrolladas que las delanteras, lo que les permite moverse con agilidad. ¿Te gustaría tener uno como mascota? Te contamos todo lo que necesitas saber sobre sus cuidados.

Cómo conseguir un jerbo

Hay varias cosas que debes tomar en cuenta si decides tener uno de estos animalitos como mascota:

  • Cómpralo a un criador. Nos encantaría poder usar aquí la palabra adoptar, pero es poco probable que encuentres uno de estos animales en un refugio o protectora. No obstante, sí te recomendamos que acudas a un criador que podrá identificar fácilmente tanto su género como su comportamiento.
  • Busca los más sanos y amigables. Para saber si un jerbo está saludable, su cola deberá ser tan larga como su cuerpo y debe estar repleta de pelo, y sus ojos deben estar bien abiertos y brillantes. Para saber si es amistoso, fíjate si acude al cristal cuando te ve y si intenta mordisquear, su forma de conocer el entorno.
  • No compres solo uno. Aunque estos animalitos son muy territoriales, también son muy sociables. Si están solos, se deprimirán y es posible que mueran. Es por ello que si decides comprar uno, compres al menos dos. Si no quieres tener complicaciones con la reproducción, escógelos del mismo sexo. Un criador te ayudará a saber de qué sexo son sin problema.
  • Intenta que se lleven bien. Siendo del mismo sexo, y por su instinto territorial, no será fácil que siempre se lleven bien. Lo mejor es que sean de la misma camada y que al menos tengan entre 6 y 8 semanas de edad. Tendrás que mantenerlos separados un tiempo para que se vayan adaptando el uno al otro.

Cuidados básicos de tu jerbo

Una vez que ya has adquirido tu, o tus, jerbos, es hora de saber cómo cuidarlo. Pues bien, estos son los cuidados más básicos para ellos:

  1. Alimentación. Los jerbos necesitan una dieta completa de vitaminas, proteínas, grasas y verduras. Lo mejor es comprar una fabricada especialmente para ellos, pues contendrá todos los nutrientes que necesita. No obstante, podrás suplementar con golosinas o alimentos naturales como frutas o vegetales. No nesitarás un comedero. Lo mejor es esparcirlo sobre la jaula.
  2. Pon un tanque con agua. No te olvides que el jerbo, como nosotros y los demás animales, también necesita agua para subsistir. Intenta que el tanque en el que guardarla tenga el pitorro de metal, pues si es de plástico será probable que se lo coma y se podría dañar el estómago.
  3. Hazle una cama. Lo mejor es coger una caja de madera y llenarla con trozos de papel y poner una cobija que lo haga sentirse confortable.
  4. Limpia su jaula a menudo. Los jerbos son animales a los que les gusta la limpieza, por lo que limpiar su jaula a menudo será lo idóneo para ellos.
  5. No olvides el ejercicio. Aunque son activos por naturaleza, nunca está de más que los ayudes a jugar y ejercitarse. En su cama excavará, algo que les encanta, pero una ayuda extra externa será muy bien recibida.
  6. Ten paciencia. Cuando lo lleves a casa por primera vez, es probable que no sea demasiado amigable, pero esto sucederá porque se siente perdido. No intentes forzar la situación, dale tiempo y ten paciencia.
  7. Interactúa con él. Un jerbo feliz será aquel que interactúe con su dueño a diario. La convivencia será más liviana y pacífica. Nunca los cojas por la cola.

Como ves, este animal tan pequeño puede ser una mascota ideal y te podrá aportar cariño y diversión. No te pierdas detalle de nuestros consejos y ponlos en práctica si decides poner un jerbo en tu vida.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.