Conoce el pirarucú gigante del Amazonas

El pirarucú es considerado uno de los peces de agua dulce de mayor tamaño en el planeta; sus escamas brillantes y duras le protegen de depredadores y de bruscas alteraciones de su hábitat
Conoce el pirarucú gigante del Amazonas

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 10 diciembre, 2018

El pirarucú es un animal ejemplar que surca las aguas amazónicas desde la antigüedad. También conocido como paiche o arapaima, este pez ha generado desconcierto por su singular forma de respirar fuera del agua.

La población tribal del Amazonas ha aprovechado este animal desde tiempos ancestrales. Su carne firme y blanca contiene un enorme valor nutricional. Las escamas del paiche son tan resistentes que las utilizan para elaborar herramientas cortantes y limas para las uñas.

Este pez posee un sistema óseo, en lugar de espinas, que los pobladores de la región aprovechan para diversos usos. Entre ellos, consumirlos molidos junto con guaraná para calmar malestares intestinales y también para fabricar utensilios.

El gigante del Amazonas

Esta denominación no le ha llegado por casualidad. El pirarucú puede medir tres metros de longitud o un poco más y pesar unos 180 kilos. Sin embargo, la población actual de esta especie se ha visto reducida en algunas cuencas de la selva amazónica.

Esto se debe a la pesca desproporcionada que hacen los pobladores de la región, que han visto el potencial económico de vender la rica carne del pez. En los mercados de Brasil que circundan la región del Amazonas,se puede encontrar pirarucú envuelto en hojas y secado en sal, similar a la técnica usada con el bacalao.

También se puede conseguir fresco y en cantidades abundantes, aun cuando se han establecido períodos de veda para tratar de preservar la especie. Asimismo, se han organizado movimientos sociales para impulsar la cría del paiche en cautividad.

Pirarucú: pez del amazonas

La alta cocina de Brasil y Perú también tienen una cuota de responsabilidad en la baja población del paiche. Esmerándose en ubicar recetas tradicionales en los estándares internacionales, han desencadenado un increíble deseo de los clientes por platillos que contengan a este pez como ingrediente principal de sus recetas.

Esto impulsa a los pescadores del sector a desestimar las medidas de protección, ya que cada día la carne de pirarucú se cotiza a mejores precios y deja una buena rentabilidad.

Morfología y hábitat del pirarucú

La forma de su cuerpo tiene una gran similitud con un torpedo y luce, además, aerodinámico. Tiene dos aletas dorsales y otro par muy cerca de la cola. Sus escamas pueden medir entre cinco y seis centímetros de longitud, poseen una capa dura de minerales y una serie de capas inferiores de colágeno. Esto le permite al arapaima tener una especie de armadura.

El color del paiche varía de gris con ciertas tonalidades verdes a unas profusas manchas rojizas con tonos anaranjados en la cola. Su lengua es ósea y está cubierta de dientes con los que aplastan a sus presas.

Adicional a las branquias, el pirarucú posee una vejiga natatoria, que es el órgano interno responsable de controlar la flotabilidad en los peces óseos. Esta vejiga está compuesta de tejidos similares a los pulmones, lo que les permite la extracción de oxígeno del aire.

Pirarucú: morfología

Este gigante fluvial vive en aguas con poco oxígeno y, por lo general, en lugares pantanosos. Pueden verse ejemplares del arapaima incrustados en el lodo que permanece en las riberas de los ríos cuando las aguas se reducen en temporadas de sequía.

Allí no requiere de sus branquias, sino que respira de manera similar a los animales terrestres y puede hacerlo hasta por 40 minutos.

Reproducción

La mitad del año existe una gran cantidad de agua en los ríos de la Amazonia y en la otra mitad las condiciones de sequía son impactantes. No obstante, el pirarucú se adapta de manera sorprendente a los cambios estacionales de su hábitat. De febrero a abril, cuando los niveles de agua han bajado, estos peces desovan en el fango arenoso.

Construyen, previamente, un foso de unos 50 centímetros de ancho con cerca de 15 centímetros de profundidad. Cuando el agua comienza a subir, los huevos eclosionan y sus crías aprovechan la inundación para desarrollarse.

Los machos son perfectos cuidadores de su camada y se encargan de airear el agua en la zona con deficiencia de oxígeno. Asimismo, su cabeza cambia de color a un negro grisáceo, similar al color de las crías, para camuflarlos.

Los machos también exudan una feromona especial que sirve para atraer a los pequeños pirarucús y mantenerlos cerca. De esta manera, los mantienen vigilados y a salvo de depredadores. Estos cuidados se mantienen durante tres meses.

Cuando los jóvenes ya pueden valerse por sí mismos, el macho se distancia y su cabeza retoma su anterior color verdoso. El arapaima alcanza la madurez sexual a los cinco años aproximadamente.


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