¿Cómo cuidar una hámster embarazada?

Las hembras de hámster embarazadas requieren unos cuidados específicos durante esta etapa tan importante. Es deber de sus tutores conocer dichas atenciones para poder proporcionárselas.
¿Cómo cuidar una hámster embarazada?
Samuel Sanchez

Revisado y aprobado por el biólogo Samuel Sanchez.

Última actualización: 16 septiembre, 2021

Los hámsteres son mascotas muy apreciadas y, por ello, no es de extrañar que a veces se opte por adoptar una pareja de diferente sexo en vez de tener a un solo ejemplar en la jaula. En esos casos, lo habitual es que se apareen y, por ello, será importante conocer los cuidados de una hámster embarazada.

De no proporcionarle las atenciones que requiere, el desarrollo del embarazo puede no darse adecuadamente. Esto pondría en peligro tanto la vida de las crías como de la madre, así que todo tutor debe estar al tanto de qué pasos seguir para que el proceso llegue a buen puerto. Aquí te lo contamos todo sobre ello.

¿Cómo saber que una hámster está embarazada?

Los embarazos de un hámster son, por normal general, bastante cortos: suelen durar entre 15 y 25 días. La variación dependerá de su raza y del propio organismo de la hembra.

Además, entre razas también puede haber mucha diferencia en lo que a número de crías se refiere. Por ejemplo, un hámster dorado (Mesocricetus auratus) hembra es capaz de traer al mundo a unas 20 crías, mientras que una hámster rusa solo llega hasta 8 como máximo.

Como tutores de los hámsteres, es importante conocer los síntomas más comunes de un embarazo en estos animales. Estos son los siguientes:

  • Pezones hinchados: cuando la hámster está embarazada, sus mamas se preparan para la lactancia. Por ello, que los pezones estén hinchados o sobresalgan más de lo habitual es un síntoma de gestación en este roedor.
  • Comportamiento diferente: hay ciertas actitudes que indican que una hámster está esperando crías. Una de ellas es que al principio de la gestación se puede mostrar algo agresiva, especialmente con los machos, aunque luego se irá serenando. Otro comportamiento habitual es la preparación de un nido en el que comenzará a almacenar alimentos.
  • Aumento del apetito: que la hámster coma más es síntoma de embarazo. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado con esto, pues también puede indicar ansiedad, estrés y la existencia de algunas enfermedades.
  • Incremento de peso: Con lo poco que dura la gestación, es muy normal observar un incremento de peso repentino en la mascota.
  • Distensión abdominal: esto solo sucede durante los últimos 5 días de gestación.

Conocidos los principales síntomas del embarazo en estos animales, pasemos a ver cuáles son los cuidados más importantes durante esta etapa. ¡No te lo pierdas!

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Cuidados de una hámster embarazada: las visitas al veterinario

Lo esencial es que, ante la sospecha de un posible embarazo en tu mascota o la detección de cualquiera de los síntomas mencionados, se acuda a un veterinario especializado para que este le realice un chequeo. No dejes el tiempo pasar, pues es posible que confundas los síntomas de un embarazo con una patología subyacente.

Las visitas regulares al veterinario son unos de los cuidados para un hámster más básicos, pero en estos casos cobran mayor importancia. Es la forma en la que se verificará el estado de salud del animal y, además, el profesional podrá dar pautas específicas a su cuidador para el periodo de gestación y lactancia.

Dicha consulta también debe ser aprovechada por el tutor para exponer todas las dudas sobre ese periodo tan importante. Por ejemplo, qué hacer el día del parto o cuándo se debe acudir con las crías a consulta.

Alimentación de una hámster embarazada

Cuidar la alimentación de una mascota es esencial a lo largo de toda su vida. Sin embargo, en un momento tan importante como es un embarazo, la atención que se ponga sobre la dieta es aún más relevante.

Una hámster encinta necesitará un aporte energético superior al normal para que sus crías se desarrollen correctamente y para prepararse para la lactancia. Eso sí, será el veterinario siempre el encargado de recomendar el incremento de proteínas y grasas adecuadas para cada animal.

Lo más normal es incluir en su comida un poco de pollo o pavo hervido, queso magro, huevo cocido, cereales y frutos secos. Por supuesto, las vitaminas, la fibra y los minerales que aportan las frutas y verduras son fundamentales durante el embarazo, por lo que hay que seguir suministrándoselos al animal.

Por último, mientras dure la gestación se debe dejar disponible a lo largo de todo el día el alimento y el agua para que la hámster se sirva cuando quiera. De esta manera, tendrá acceso a lo que necesite cuando tenga hambre, además de que podrá coger alimento para almacenarlo en su nido (algo que siempre hará de cara al parto).

¿Cómo preparar la jaula y el ambiente para la madre y las crías?

Otro de los cuidados de una hámster embarazada es ir acondicionando su entorno para el momento del alumbramiento. Para empezar, esta debe ser separada del resto de hámsteres, pues solo así se sentirá tranquila.

Como se mencionaba antes, una hámster en estado puede volverse algo agresiva. Esto es así porque su instinto de protección hacia las crías que vienen se acelera y atacará por territorialidad para garantizar la seguridad de su prole.

Por este mismo motivo, no debemos acercarnos mucho a la jaula, molestar a la hembra ni mucho menos tomarla constantemente en las manos, pues podríamos hacerle daño. La estancia en la que se coloque al roedor gestante tiene que ser un lugar muy calmado, sin ruidos ni alteraciones de ningún tipo.

La higiene de su habitáculo será esencial, pues de lo contrario la hámster se estresará. Además, dentro de él deberán haber materiales con los que pueda hacer su nido, como madera, ramas o paja, pero nunca algodón. Este último material es muy conflictivo, ya que puede hacer que el animal se enrede y se acabe amputando una de sus extremidades.

Por último, hay que tener mucho cuidado con no destrozar su nido si la hembra lo ha empezado a construir al limpiar la jaula y retirar los restos de comida y los excrementos. Si la limpieza es muy dificultosa sin tocar su nido, es mejor no hacerla: lo prioritario es no intentarlo.

Cuidados de las crías del hámster

Una vez las crías lleguen al mundo, los cuidados cambian un poco. El principal será respetar la intimidad de la nueva mamá y no tocarla a ella ni a los hámsteres recién nacidos.

En ese sentido, el acercamiento a la jaula solo se realizará para proporcionarle agua y alimento. Se reducirá al mínimo la limpieza, incluso puede suspenderse durante las dos primeras semanas. Las crías que nacen son muy sensibles, ciegas, sordas y sin pelo. Tras parir, la madre las llevará a su nido y será la encargada de amamantarlas.

A partir de los 5 días de vida, se deberá bajar el nivel del bebedero para cuando las crías comiencen a tomar agua. Cumplidos los 10 días empezarán a consumir alimento sólido, por lo que hay que tener en cuenta las cantidades de comida que se pongan en el plato de la jaula.

Por otro lado, hay un dato importante a conocer y es que algunas hámsteres se comen a sus hijos. Esto no siempre es evitable, pero se pueden tomar ciertas medidas para prevenirlo, como proporcionarle una alimentación equilibrada y de calidad y mantener a la madre en un entorno tranquilo que le transmita confianza.

Unas 3 semanas después del parto, ya se puede comenzar a realizar un acercamiento más normal. La limpieza de la jaula se retomará y la interacción con la mamá y las crías comenzará poco a poco. Además, será el momento en el que se acuda con la nueva familia a un centro veterinario para controlar su estado de salud.

Atención a la madurez sexual del hámster

En lo que a la madurez sexual de los hámsteres se refiere y a su reproducción, hay que tener en cuenta dos cuestiones muy importantes:

  • La madurez sexual de estos animales se da muy pronto. Después de su primer o segundo mes de vida ya la alcanzan, pudiendo tener descendencia.
  • Las hembras pueden quedarse embarazadas de nuevo poco más de 24 horas después de dar a luz.

Por estas razones (y para evitar una nueva camada o problemas conductuales derivados de las épocas de celo), no es mala idea plantearse una separación por sexos. A menos que quieras criar, lo mejor es mantener a cada ejemplar en su propia jaula.

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Además de todo lo dicho sobre los cuidados de una hámster embarazada, en el caso de las crías ya nacidas, no hay que olvidar que se merecen todas las atenciones necesarias para que crezcan sanas. En caso de no poder proporcionárselas, lo responsable siempre será buscarles una familia.


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