Colesterol alto en perros: causas, diagnóstico y tratamiento

El colesterol alto no es una patología única en humanos, pues la hiperlipidemia también puede darse en canes. La obesidad juega un papel muy importante en este trastorno.
Colesterol alto en perros: causas, diagnóstico y tratamiento

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 13 octubre, 2020

Una mala alimentación promueve la aparición de depósitos de grasa en los vasos sanguíneos del individuo, lo que puede derivar en accidentes vasculares de distinta gravedad. Esta afirmación no es únicamente aplicable a los seres humanos, pues el colesterol alto en perros es una realidad que cualquier tutor debe combatir.

Por desgracia, este tipo de trastornos están al alza en el mundo de las mascotas, pues se calcula que del 20 % al 40 % de los canes domésticos presentan obesidad. Por ello, aquí te contamos qué es el colesterol alto en perros, cómo combatirlo y cuáles son sus posibles tratamientos.

¿Qué es el colesterol alto?

El colesterol es una sustancia cerosa que se encuentra en la sangre, y en contra de lo que se pueda llegar a pensar, se trata de un compuesto necesario para la formación de células sanas.

El colesterol viaja por la sangre del individuo adherido a una serie de lipoproteínas específicas, pero una acumulación del mismo en las arterias puede llegar a generar placas. Esto, por desgracia, se traduce en accidentes cerebrovasculares o ataques al corazón, ya que se está deteniendo el flujo sanguíneo.

Un perro en el veterinario con problemas del corazón.

Hiperlipidemia canina

Este trastorno también puede darse en perros, pero más que «colesterol alto», la denominación correcta para la patología es hiperlipidemia o hiperlipemia canina. Esta enfermedad se puede dividir en las siguientes categorías:

  • Hiperlipidemia primaria: se debe a una alteración propia del metabolismo de las grasas. No es común y a veces no se conocen las causas subyacentes, por lo que se considera de naturaleza idiopática.
  • Hiperlipidemia secundaria: ocurre como consecuencia de otras enfermedades, como pueden ser la obesidad, hipotiroidismo, diabetes y otras muchas patologías.

Sea como fuere, este desorden clínico se caracteriza por un aumento de la concentración plasmática —en la sangre— de colesterol en el can.

Es normal que la cantidad de lípidos en la sangre del perro aumente tras la ingestión de ciertos alimentos, pero si este estado se prolonga por más de 12 horas, es necesario empezar a sospechar que algo va mal.

Causas del colesterol alto en perros

Según fuentes veterinarias, el colesterol alto o hiperlipidemia suele venir acompañado de una patología subyacente. Desde luego, podemos decir que el primer factor de riesgo es la obesidad en el can.

Se calcula que aproximadamente el 34 % de los canes en hogares de Estados Unidos presentan algún tipo de trastorno relacionado con el sobrepeso y la obesidad. Esta patología es mucho más común en animales castrados de 6 a 10 años de edad, por lo que suele aparecer en la etapa geriátrica de la mascota.

A pesar de que la obesidad juegue un papel esencial en el desarrollo de esta enfermedad, existen otras patologías que pueden desencadenarla. Algunas de ellas son las siguientes:

  • Hipotiroidismo: es el trastorno endocrino más frecuente en perros, por lo que suele estar detrás de muchas hiperlipidemias.
  • Pancreatitis, o lo que es lo mismo, inflamación del páncreas.
  • Diabetes mellitus.
  • Síndrome nefrótico, un trastorno renal que hace que el can excrete demasiadas proteínas en la orina.

Estas son algunas de las patologías que pueden llegar a desembocar en colesterol alto en el perro, pero desde luego, no las únicas. La hiperlipidemia puede ser una patología multifactorial, por lo que también se verá favorecida si el can presenta más de una de las enfermedades listadas con anterioridad.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico de esta patología es muy sencillo, ya que se puede descubrir con un análisis de sangre del animal tras 12 horas de ayuno. Aún así, la tarea compleja es sospechar de la enfermedad, ya que los perros con hiperlipidemia no suelen mostrar síntomas hasta que el cuadro clínico empieza a complicarse.

Según la revista de Medicina Veterinaria, el primer paso para el tratamiento de la hiperlipidemia es conocer si se trata de un trastorno de naturaleza primaria o secundaria, en cuyo caso se debe atajar la enfermedad originaria principal.

De todas formas, el colesterol alto en perros suele abordarse de la siguiente forma:

  • Variando la dieta y hábitos de vida del animal. Esta reestructuración de la rutina de la mascota y sus costumbres es esencial para combatir el sobrepeso y la obesidad.
  • Incluyendo el uso de fármacos hipolipemiantes —que disminuyen los niveles de lípidos en sangre— cuando la concentración de colesterol en los vasos sanguíneos del animal sea peligrosa.
  • Integrando diversos ejercicios en la rutina de la mascota y complementando esta actividad física con fármacos que disminuyan la absorción lipídica.
Un chihuahua obeso.

Una enfermedad silenciosa

Como hemos podido ver en estas líneas, el colesterol alto en perros puede tener múltiples causas y su solución no siempre se reduce a promover la actividad física del animal. A veces el cuadro clínico puede ser grave, por lo que se requiere de fármacos específicos para disminuir el riesgo de que algo vaya realmente mal.

Por otro lado, la hiperlipidemia en perros es difícil de detectar. Es por esta razón que se hacen necesarias las revisiones veterinarias periódicas a pesar de que nada vaya aparentemente mal.


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