Cardiomiopatía hipertrófica felina: síntomas y tratamiento

La cardiomiopatía hipertrófica felina es una enfermedad que produce el engrosamiento de la pared del ventrículo izquierdo, deteriorando la circulación. Aprende aquí más sobre ella.
Cardiomiopatía hipertrófica felina: síntomas y tratamiento
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 26 noviembre, 2021

Las enfermedades del aparato circulatorio son de las que más preocupan a los tutores, pues suelen ser de carácter crónico y comprometen la vida y el bienestar del animal. De todas ellas, la cardiomiopatía hipertrófica felina es la más frecuente en estos animales.

Si sospechas que tu félido podría tener alguna dolencia cardiaca o simplemente quieres informarte sobre la condición que nos ocupa, en este artículo tienes todo lo que necesitas saber sobre la cardiomiopatía hipertrófica. No te lo pierdas, pues conocer esta enfermedad es el primer paso para garantizar la calidad de vida de tu felino.

¿Qué es la cardiomiopatía hipertrófica felina?

La cardiomiopatía hipertrófica felina o CMHF es una enfermedad cardiaca en la que la pared muscular del ventrículo izquierdo se engrosa de forma anormal. Esta hipertrofia reduce la capacidad del ventrículo para almacenar sangre durante el latido.

Se piensa que esta enfermedad tiene un carácter hereditario y se presenta con mayor incidencia en razas como el maine coon, el ragdoll y el persa.

Con este estrechamiento del ventrículo izquierdo, el corazón no puede hacer circular suficiente sangre por latido. A la larga, esta condición causa hipertensión y tromboembolismos, entre otras patologías de naturaleza cardiovascular.

¿Sabes lo que es la cardiomiopatía hipertrófica felina?

CMHF y tromboembolismos

La complicación más frecuente y peligrosa en la cardiomiopatía hipertrófica felina son los mencionados tromboembolismos. Un trombo es un coágulo de sangre que puede taponar una vía circulatoria, con consecuencias diferentes dependiendo del lugar en el que se atasque. Esto último se conoce como embolia.

Un tromboembolismo se reconoce por causar parálisis rígida, flacidez en los miembros posteriores del animal o, en el peor de los casos, muerte súbita.

Puesto que en la cardiomiopatía hipertrófica el flujo sanguíneo es más lento, la sangre tiene tiempo de coagularse en los vasos sanguíneos y formar estos trombos. Un gato con CMHF puede sufrir uno o más episodios de tromboembolismo a lo largo de su vida, lo cual aumenta las probabilidades de que padezca un infarto o derrame a largo plazo.

Causas de la cardiomiopatía hipertrófica felina

Existen 2 tipos de CMHF dependiendo de la causa que la origine. La cardiomiopatía hipertrófica felina primaria es la que aparece por la ya mencionada predisposición genética. La secundaria, por otro lado, es consecuencia de enfermedades ya presentes en el félido, como la insuficiencia renal crónica, el hipertiroidismo o la estenosis subaórtica.

Los genes MYBPC3 y MYH7 parecen estar implicados en el desarollo de la condición. 

Síntomas de la enfermedad

Los síntomas de la cardiomiopatía hipertrófica felina varían en función de lo avanzada que esté la enfermedad. Al principio, cuando la pared del ventrículo empieza a engrosarse, el félido se muestra asintomático o quizá algo más apático de lo normal. A medida que avanza, otros síntomas van apareciendo. Destacamos los siguientes entre todos ellos.

  • Falta de apetito (anorexia).
  • Letargia e inactividad.
  • Respiración más rápida de lo normal (taquipnea).
  • Dificultades para respirar (disnea).
  • Boca abierta para respirar.
  • Vómitos.
  • Arritmias ocasionales.
  • Tensión arterial alta (hipertensión).
  • Tromboembolismos.

Diagnóstico de la cardiomiopatía hipertrófica felina

La única prueba diagnóstica para esta enfermedad es la ecocardiografía, con la que se observa directamente una imagen del corazón y de la pared engrosada. Las radiografías solo detectan la enfermedad cuando ya está muy avanzada, por lo que no sirven para llevar a cabo un diagnóstico precoz.

Un electrocardiograma será útil para detectar posibles arritmias, pero el latido normal no se ve alterado por esta enfermedad, de forma que tampoco se puede diagnosticar de este modo.

Para que la cardiomiopatía hipertrófica felina tenga un buen pronóstico es necesario detectarla antes de que se produzca un episodio de tromboembolismo. Además, si el gato padece esta enfermedad y no se detecta antes de someterle a algún procedimiento invasivo (como una cirugía), las complicaciones que podrían surgir son graves.

Tratamiento

La cardiomiopatía hipertrófica felina no tiene cura. Por tanto, el tratamiento que se le da al gato es paliativo y va orientado a mantener una calidad de vida óptima en el paciente durante el máximo tiempo posible.

Solo un veterinario está cualificado para establecer la combinación de medicamentos más adecuada para cada caso concreto. Los fármacos más habituales que se recetan para esta patología son los siguientes:

  • Diuréticos: se usan para reducir los líquidos del pulmón y el espacio pleural, los cuales se acumulan con la hipertensión. Es posible que sea necesario extraerlos introduciendo un catéter a través de la pared torácica.
  • Fármacos de apoyo a la función cardiaca: los más corrientes son los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, los betabloqueantes y los bloqueantes del canal del calcio. El objetivo es relajar el músculo del corazón, dilatar los vasos sanguíneos y reducir el ritmo cardiaco en las arritmias.
  • Ácido acetilsalicílico: se administra a dosis muy bajas y controladas para reducir el riesgo de tromboembolismo.
  • Amlodipino: reduce la presión sanguínea en casos en los que la hipertensión es el problema principal del gato.
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Por último, el veterinario te recomendará que crees un ambiente sin estrés y sin sobresaltos para tu felino. Cada susto o periodo de ansiedad es una nueva oportunidad para que la enfermedad empeore.

Debes cuidar su dieta (siempre baja en sal) y prestar mucha atención a cualquier signo de tromboembolismo. Colabora con tu veterinario en todo lo que puedas, pues esta enfermedad es de por vida y de tus cuidados dependerá que tu gato lleve una existencia llena de cariño y tranquilidad.


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