Brutus: perrito que esperaba con ansias su rescate sin oponer resistencia alguna
Hope for paws es una organización animalista que le dio una segunda oportunidad a Brutus. Esta es una historia que nos enseña a dejar de lado los estigmas que se han generado hacia ciertas razas de perritos consideradas peligrosas. Así es, nuestro protagonista es un pitbull que fue abandonado y buscó la manera de hacerse notar y rescatar.
Su historia de abandono
Los hechos se desenvuelven en Los Ángeles, California. Un día la familia de Brutus lo abandonó, no se conocen los motivos, ni mucho menos los nombres o información precisa de los autores. El animal, al ver la situación que estaba viviendo, buscó refugio y lo encontró en un taller de mecánica automotriz.
Esta fue su mejor opción, de otra manera tal vez no habría sobrevivido por mucho tiempo. Las personas del sector se contactaron con Hope for paws informando que allí veían a un pitbull sin propietarios. Recordemos que la raza de nuestro protagonista es una de las más estigmatizadas por su supuesta agresividad.
Sin embargo, esta característica no es que sea una regla en todos los pitbull. Es más, si el entorno del perrito es tranquilo y sus propietarios no buscan fortalecer su instinto, el animal termina siendo uno de los más dulces, amorosos y educados.
Hope for paws marcó un nuevo comienzo para Brutus
Finalmente, voluntarios de Hope for paws llegaron al lugar reportado con mucha curiosidad. Al ver a Brutus se acercaron con mucha precaución y le dieron golosinas. Al parecer, lo que él más quería era ser rescatado, pues fue muy amigable y tierno con sus héroes, no opuso resistencia a la misión de estos valientes.
Se veía muy necesitado de atención, estaba sucio, desnutrido y con algunas lesiones en su piel. Esta fue, definitivamente, la misión de rescate más fácil de la entidad animalista, según indicaron en sus publicaciones.
Aunque esta historia es de hace cinco años, es una muestra de lo que el amor, la dedicación y el deseo de un mejor mundo para los peluditos puede conseguir. Brutus fue puesto en adopción y se espera que una familia muy afortunada se lleve a casa a este gigante.
Por su parte, él ya no tendrá que volver a deambular por las calles nunca más, sufriendo indiferencia, hambre y frío. Compartimos su anécdota porque consideramos que a través de ella se hace un llamado a la compasión, el amor y sobre todo a la empatía con todas las formas de vida.
Los perros son mascotas de compañía y si los criamos desde pequeños no les será fácil sobrevivir en la selva de cemento sin nosotros, hay muchas soluciones antes que el abandono y este no debe ser ni siquiera una opción para nadie.